SANTIAGO DELGADO CARRERA

Jesús Abades (22/06/2021)


 

"Para un artista es muy importante ser ambicioso en el buen sentido con sus obras"

 

 

¿Cómo ha sido la acogida de tu última obra, Nuestra Señora del Rosario, en Almería? Una escultura, la de mayor envergadura de tu carrera hasta el momento, cuyo proyecto se remonta a varios años atrás, y que, como tantas otras, se ha visto afectada por el confinamiento sanitario de cara a su ejecución y presentación.

La acogida ha sido brutal. Firmé el contrato con ellos en noviembre de 2018, por lo que hasta su presentación han transcurrido dos años y siete meses, aproximadamente. Luego, como ya sabemos todos, vino la pandemia, de ahí que la obra, que evidentemente no pudo salir de mi taller durante mucho tiempo ni para la saca de puntos, haya sufrido ese retraso tan considerable. Pero bueno, todo ha merecido la pena ante las reacciones que ha tenido la obra en Almería después de tanto tiempo esperando. Con eso me quedo.

Es lógico, teniendo en cuenta la enorme repercusión mediática que, damos fe, ha tenido. Por cierto, en Almería su presentación no solo se limitó a la bendición y puesta al culto ante sus devotos, sino que también incluyó un coloquio por tu parte sobre la realización y el significado de esta imagen mariana del Rosario.

Ha sido todo estupendo y en Almería han preparado muy bien todos los actos, que además de los que dices también se llevó a cabo un traslado público a su capilla. Ellos mismos me decían que no se esperaban una imagen de esa calidad. Ten en cuenta que es para el barrio de Regiones, una zona de Almería bastante humilde y sin mucha imaginería en un templo parroquial que, además, solo cuenta con una hermandad. Esperaban la imagen, pero no una imagen con esas características que conllevan tanta técnica.

En la charla se explicó por encima cómo había sido todo su procedimiento de ejecución. Debo reconocer que, desde un primer momento, el proyecto me atrajo muchísimo por el carácter tan recogido y de oración que tenía, sin pretender procesionar la imagen desde un principio, aunque ya están hablando de sacarla a la calle algunos años. Ese espíritu de recogimiento me inspiró mucho a la hora de hacerla.

Una imagen de María muy trabajada, con muchísimo detallismo y en la que has pretendido ser original, sobre todo a la hora de componer la silueta y los paños. Además de ese referente místico que mencionas, no sabemos si has tenido un referente artístico a la hora de llevarla a cabo.

En cualquier trabajo que me encargan siempre busco referencias, obras similares, tanto para tenerlas de ejemplo como para no recaer nunca en las mismas. En el caso de la Virgen del Rosario, mi principal referente en cuanto a modelado ha sido Luis Salvador Carmona, tuve muy en cuenta el trabajo de los paños que hacía este escultor pero siempre intentando darle otro aire. Aunque una obra como ésta parta de una técnica y concepción tradicionales, siempre hay que tratar de darle algo distinto que se pueda calificar como novedoso.

Vistos tus agradecimientos, que no se limitaron al orfebre y a los doradores que intervinieron para completar la obra, se advierte que has estado muy arropado a la hora de llevar adelante la Virgen del Rosario.

Pues sí, porque esta obra para mí ha sido todo un reto. Ha sido muy difícil sobre todo durante las circunstancias del confinamiento, porque, al ser yo de Huelva y estar en esos momentos trabajando en Sevilla, lejos de mi familia y sin poder visitarla, me vi sin la ayuda y el apoyo que seguramente pudiera haber necesitado.

En los agradecimientos, nombro a Carlos Marqués, que es mi aprendiz, aunque con la Virgen del Rosario sobrepasó todo aprendizaje. La tomó como propia y se involucró al máximo desde un principio. Sacó la obra conmigo y por eso me siento tan agradecido. También nombro a Fran Carrasco, que hizo todo el diseño de los dibujos siempre siguiendo lo que yo le decía. A los dos les estoy muy agradecido porque han hecho posible que el resultado sea el que podáis contemplar y que la obra, pese a los retrasos, haya podido finalmente ser entregada en estas fechas. La verdad es que hemos sido un auténtico equipo trabajando.

Lo cierto es que el encargo en 2018 de esta escultura de la Virgen del Rosario para Almería se remonta casi a los principios de tu carrera. Una carrera intensa pero corta, debido evidentemente a tu edad (28 años), y que en sus inicios estuvo dedicada brevemente a la pintura, que abandonas para meterte de lleno en la escultura.

Mis inicios son en mi pueblo natal, Alosno, cuyo arte más destacable ya sabemos que entra dentro del flamenco y es de otro tipo muy diferente al que me dedico. Hablamos también de una localidad que, desde hace mucho tiempo, no conoce de cerca la imaginería de calidad. Ya desde niño yo destacaba en el dibujo, y en Alosno di mis primeras clases de pintura. Sin embargo, mi primera toma de contacto, tanto con la escultura como con la pintura a nivel profesional, fue en la Escuela de Arte y Oficios de Huelva, donde coincidí con Manuel Caliani, Abraham Ceada y Josema López Vidal. Allí, y luego estudiando Bellas Artes en Sevilla, me fui dando cuenta que mi manera de pintar es muy de buscar volúmenes, poco pictórica. Los mismos profesores me decían que las figuras que yo pintaba tenían peso, que yo más que pintar lo que hacía era modelar con la pintura. Entre eso y que modelando me veía más desenvuelto a la hora de concebir lo que yo artísticamente quería expresar, termino enfocándome en la escultura. Fue entonces cuando busqué a Juan Manuel Parra Hernández, que me acogió en su taller y acabó siendo mi maestro en la escultura, por lo que tampoco podía faltar entre los agradecimientos que antes hemos mencionado, pues desde entonces ha estado a mi lado.

Respecto a la pintura, tengo que decir que no es que haya renunciado a ella y que no es un campo que no quiera trabajar más, pero sí es cierto que la he dejado para ocasiones más esporádicas que puedan surgir o cuando a mí me apetezca. Solo quiero insistir en que yo, personalmente, lo que me considero es escultor.

 

 
 
Virgen del Rosario (detalle)

 

Como te decía, en 2018 es cuando empiezas a darte a conocer como escultor, siendo tu primera obra importante un Niño Jesús para Córdoba en el que también vemos referencias a Luis Salvador Carmona.

Sí, es un escultor que siempre he tenido presente. Fue muy bueno y a la vez muy distinto dentro de su ámbito, por lo que siempre me ha llamado la atención.

Unos meses después, presentamos otra obra tuya, una Virgen del Carmen para Canarias, en la que, además de las características de la imaginería del archipiélago, vemos también el estilo de tu maestro Parra Hernández, algo que es inevitable casi siempre para cualquier discípulo.

Claro, es que Juan Parra, además de haberme enseñado la profesión sin ningún tipo de tapujos, siempre ha sido para mí, antes de brindarme la gran oportunidad de formarme en su taller de Triana, otro gran referente artístico, de ahí el deseo que yo tenía de aprender a su lado. Yo además me considero un artista que todavía está en sus inicios, por lo que es habitual que la obra del alumno se parezca a la del maestro. Admiro muchísimo la obra de Juan, su forma de modelar, tallar y policromar; por lo que, entre una cosa y otra, es normal que obras mías como la Virgen del Carmen se parezcan a las suyas.

Dices que estás en tus inicios, pero lo cierto es que tu obra es una de las más valoradas actualmente en el campo de la escultura sacra y que la misma participó hace dos años en la doble exposición murciana "Barro, Madera y Sangre", que sigue siendo la muestra más importante celebrada sobre imaginería contemporánea.

Como tú mismo has dicho, no llevo mucho tiempo trabajando, pero en ese poco tiempo mi obra ha tenido mucha aceptación, así como mucha difusión que, en gran parte, es gracias a vosotros. Aparte, yo me considero una persona que todavía está aprendiendo. Por ejemplo, la Virgen del Rosario para Almería ha sido mi primera obra a un tamaño mayor que el resto, en talla completa en madera y con la técnica del estofado, caracteres todos ellos que nunca había trabajado antes. Todo ello es aprendizaje que yo estoy haciendo en este momento. Y espero, en este sentido, seguir aprendiendo siempre.

¿Notas mucha diferencia entre el trabajo de la terracota y el de la talla completa en madera?

No destacaría tanto las diferencias como las experiencias en cada uno de esos materiales. Casi la totalidad de lo que he hecho ha sido en barro, por lo que es un material que controlo muy bien. En el caso de la madera, no tenía tanta experiencia hasta el proyecto de la Virgen del Rosario, cuyo proceso ha sido largo y toda una lección de cara a mi evolución escultórica. No diría yo que trabajar con la madera es más difícil, lo que más me ha llamado la atención de ella es el nivel de detallismo al que se puede llegar. Yo ya había trabajado la madera en el taller de Juan Parra pero nunca detallando, ya que de eso siempre se encarga él, de ahí que me hayan sorprendido las increíbles calidades a las que se puede llegar con un material que me ha parecido estupendo.

Volviendo a la exposición de Murcia, en ella presentaste la bellísima terracota del Niño Pasionario que, pese a su pequeño formato, se convirtió en una pieza muy admirada e icónica, dentro y fuera de la muestra.

La oportunidad de participar en esa muestra fue estupenda. Yo intento siempre separar lo que puede ser la repercusión que pueda tener una obra, como por ejemplo el Niño Pasionario, del desarrollo personal que yo llegue a alcanzar con la misma. En cada una de ellas trato de que haya mucho trabajo y que cuando esté acabada, aunque con el tiempo siempre habrá detalles que me hubiera gustado terminar mejor, sentirme a gusto por haber hecho algo interesante y que aporte en el arte. Por eso precisamente te digo que yo me considero alguien que sigue aprendiendo, ensayando cosas y viendo cómo evoluciona mi obra.

 

 
 
Belén

 

Hablando de repercusiones, ninguna hasta la fecha como la Virgen del Rosario, pero tras ella podríamos situar un maravilloso Belén, también de hace dos años, en el que volviste a colaborar con el diseñador onubense Blas López, quien hizo un espectacular diseño de ropajes que no sabemos si fue consensuado o no.

Blas López es un artista increíble con el que tengo mucha confianza. En el caso del Belén, las telas las aportó el propio cliente y procedían, creo recordar, de anticuarios de Roma. Fue el propio Blas, tras ver las telas, quien las seleccionó y quien indicó de qué manera habían de hacerse las cosas. La confección la hizo Inma Navarro, con la que también tengo gran amistad. Blas también se encargó de vestir las figuras. Ambos pretendimos siempre, dadas las estupendas telas que trajo el cliente y el tipo napolitano de las piezas, que fuera un Belén muy rico. Eso también motivó muchísimo a Blas y la verdad es que el resultado fue genial.

Tu humildad te honra mucho al calificarte de principiante teniendo en cuenta la calidad de tu trabajo y logros como el rozar la Opinión del Experto en la última edición del Premio La Hornacina con tu Dolorosa. El historiador granadino José Antonio Díaz Gómez hizo una maravillosa valoración en general y dedicó grandes elogios a esa pieza que, como muchas hasta ahora, realizaste para una colección particular.

Con la Dolorosa experimenté esa diversidad que, tanto el historiador como tú mismo en la noticia, comentasteis sobre ella. Cuando la tuve en el taller, la gente que venía a verla me decía de todo: unos que parecía italiana, otros que parecía granadina, también que se parecía a Montes de Oca y que tenía influencias centroeuropeas. Eso la verdad es que me encantó porque el hecho de que tuviera un poquito de cada cosa, y todas buenas por lo que me decían, era gratificante. Pero, sobre todo, que tenga un poquito de todas y al final no sea exactamente de ninguna, también la hace diferente, y eso la verdad que es lo que más me satisface.

Curiosamente, con otra Dolorosa posterior no se dio ese eclecticismo, sino que te decantaste claramente por reversionar los modelos del barroco granadino.

Con esa Dolorosa estaba muy interesado en hacer una versión personal de la escuela granadina tradicional. Ellos tenían en mente una imagen desaparecida, la Soledad de Almería, que era también de ese estilo. Tuve en cuenta detalles de la misma como la inclinación de su cabeza y la postura de sus manos, que no eran las habituales entrelazadas, sino separadas y orantes, casi unidas por sus palmas, pero lo que hice realmente fue un estudio de la escuela granadina tratando de darle mi toque, sobre todo en los acabados.

Has nombrado, lógicamente, a tu maestro Juan Parra, y también a Abraham Ceada y Manuel Caliani, con el que compartiste taller. No cabe duda que ha surgido con fuerza en los últimos años un grupo de jóvenes artistas procedentes de Huelva y su provincia y que todos compartís varios propósitos comunes: la ambición de sus obras, el querer ir más allá de lo habitual, y la búsqueda de un estilo innovador y diferente sin desvirtuar una tradición de siglos, lo que supone todo un soplo de aire fresco para las artes sacras.

La verdad es que es llamativo que estemos a la vez varias personas de Huelva buscando lo mismo y dedicándonos con éxito a esto, pero pienso que estamos ante un momento muy bueno para la imaginería, con mucha calidad, mucho de todo y muy bueno, además de que todo se conoce perfectamente gracias a las redes sociales, que permiten saber en todo momento qué se está haciendo, dónde y quién lo hace. Todo eso sirve para aprender y estar al día. Y como tú dices es muy importante ser ambicioso en el buen sentido con nuestras obras, ya que al final somos artistas y lo que pretendemos es superarnos a nosotros mismos, ponernos las pilas.

Entre las cosas que quedan de cada uno está también de dónde venimos, y para nosotros, creo que hablo por todos mis compañeros, es un orgullo que Huelva esté en la actualidad en el campo de la imaginería.

Gracias a Internet, el mayor escaparate para cualquier creador, ya casi no son necesarios los traslados a lugares donde antes era prácticamente obligatorio trabajar para tener asegurados un nombre y una clientela, o al menos eso es lo que nos dicen muchos artistas de tu generación. ¿Ha influido ello en la decisión que has tomado de trasladar tu estudio y tu residencia de Sevilla a tu localidad natal?

Eso lo he tenido muy en cuenta. Salir de mi pueblo ha sido necesario para formarme en Sevilla, que ha sido y sigue siendo uno de los principales focos de este arte. Pero en Sevilla estoy de alquiler, y vivo y trabajo en el mismo lugar. Son condiciones mucho más complicadas que las que me ofrece Alosno, mi pueblo, donde me puedo permitir tener mi casa propia y mi taller propio, ambos por separado y con instalaciones mucho mejores. En Sevilla no me puedo permitir adaptar mi estudio-taller, que como digo es de alquiler, a las condiciones que requiere mi trabajo. El espacio en Sevilla tiene muchas carencias de luz natural y ventilación, además de que es muy reducido y me impide manipular adecuadamente los trabajos, algo que he sufrido sobre todo en la ejecución de una obra de mayores dimensiones, en todos los aspectos, como ha sido la Virgen del Rosario. En Alosno, sin embargo, pasa todo lo contrario, y esas condiciones hay que tenerlas muy en cuenta para que las obras salgan lo mejor posible. Alosno y Huelva en general, además, están muy cerca de Sevilla para lo que haga falta venir, como por ejemplo adquirir materiales que sean más específicos. Por otro lado, también decirte que me influyó el hecho de que Abraham Ceada volviera a Huelva y comprobar que allí le fuera tan bien. Eso me sorprendió y también ha influido en la decisión que he tomado de regresar a mi pueblo.

 

 
 
Niño Jesús

 

Yo solo he estado una vez, pero puedo decir, para todo aquel que se plantee visitarte en Alosno, que es un pueblo precioso, acogedor y que, además de ese patrimonio musical reconocido internacionalmente, cuenta con un acervo gastronómico, festivo y artístico, pese a las pérdidas sufridas en este último caso, muy atractivo.

Me alegra que te guste. En Alosno hubo la suerte de que se recompuso la iglesia, que es barroca y muy bonita, con una imaginería, la mayoría, de obras modernas pero de calidad, realizadas por escultores de renombre. Y sí, la verdad es que es un pueblo precioso, que tiene una gastronomía estupenda, y que es mundialmente famoso por el flamenco y por el fandango. Yo animo a todo el mundo a que vaya, y allí me van a encontrar a partir de ahora. Yo tendré las puertas abiertas para todo aquel a quien le interese mi trabajo.

Fuera aparte de nuestras labores de difusión, tenemos que decirte que eres uno de los artistas que resume perfectamente el espíritu que hemos querido siempre aportar desde los inicios de La Hornacina, entre cuyos aspectos está el hecho de apostar por la imaginería como un arte contemporáneo capaz de reinventarse sin perder sus esencias, y creemos que tus obras son un buen ejemplo de que ello puede lograrse.

Yo creo que habéis jugado un papel importantísimo, en mi caso y en el de mis compañeros. Es el portal donde encontramos la actualidad de la imaginería, y siempre recurrimos ahí cuando necesitamos saber y estar al día gracias a unas publicaciones que permiten valorar y aprender. Eso es un mérito vuestro.

Un mérito más bien tuyo, ya que tus creaciones y las de muchos de tus compañeros y compañeras son los que nos animan a seguir trabajando. Y hablando de trabajo, ¿hay algún proyecto de entre los que actualmente tienes entre manos del que podamos adelantar algo en estos momentos?

Todos los proyectos que tengo ahora confirmados son para particulares, excepto un Niño Jesús que va para un monasterio de Panamá. Los particulares van para Córdoba, Almería, Canarias y Sevilla, para muchos sitios. Hay otros proyectos todavía en el aire, tanto a nivel religioso como civil, que aún están por ver, pero espero que algunos, al menos, de ellos salgan y los podamos contar.

Esperamos que seas también profeta en tu tierra como otros de tus compañeros, camino te queda por delante por ello. Por último, y teniendo en cuenta ese largo camino dada tu juventud, ¿qué proyectos escultóricos a cualquier nivel son los que más te gustaría abordar ahora en esta primera etapa de tu carrera?

Soñar, porque lo que más me gustaría hacer es un conjunto escultórico, por ejemplo, de un Descendimiento de Cristo a tamaño natural. Me parece que es una escena que da muchísimo juego y con la que se pueden hacer muchísimas cosas. Algunos de los proyectos para particulares que he mencionado son, en parte, parecidos, en pequeño formato, pero un Descendimiento a escala real te da muchas posibilidades en cuanto a composición, sobre todo esa verticalidad que a mí personalmente me encanta en las composiciones.

 

 

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