Se trata de una Dolorosa de candelero para vestir, realizada en barro cocido, de pequeño formato (mide 50 cm de altura), con brazos articulados, ojos de cristal pintados a mano, pestañas superiores de pelo natural y cinco lágrimas de cristal en sus mejillas. Luce diadema y corazón con siete puñales de Carlos Marqués Pámpano, mientras que la confección del terno completo ha corrido a cargo de Francisco Carrasco Murillo.

Esta es una imagen de creación personal para una colección particular de Almería en la que el artista ha realizado un estudio de los cánones del barroco granadino y tenido como referencia algunas creaciones marianas de la célebre escuela de escultura desarrollada en la ciudad de Granada, siempre calladas y contenidas en su dolor, con la mirada baja y las manos unidas, sujetando los clavos y la corona de espinas de Cristo.