EL SAN JORGE DE ESTRELLA RESTAURADO. UNA INTERVENCIÓN QUE PUEDO EVITARSE

23/06/2019


 

 
 
La obra en 1916 (Archivo Mas)
 
 
 
 
La obra en 2006
 
 
 
 
La obra tras la desastrosa actuación de 2018

 

Hoy hace justamente un año que publicamos la desafortunada actuación (ver enlace superior) efectuada sobre la imagen de San Jorge venerada en la parroquia de San Miguel de Estella-Lizarra, una obra que forma parte del Registro de Bienes del Patrimonio Cultural de Navarra y está declarada Bien Inventariado. El desastre a manos de una aficionada obligó a la Dirección General de Cultura a hacerse cargo de los tratamientos necesarios para revertir las nefastas consecuencias de dicha intervención. Desde entonces se han llevado a cabo distintas actuaciones encaminadas a recuperar la mayor parte de las policromías regionales de la talla.

Ahora la restauración de la imagen de San Jorge ha llegado a su fin, tras casi tres meses de trabajo. Estas últimas actuaciones han consistido en reintegrar las lagunas de policromía hacia la fisonomía que tuvo la escultura a partir del siglo XVIII, lo que ha permitido recuperar la integridad de la imagen original.

 

 
 
 
 
Estudios RX
 
 
 
 
Catas y test de retiradas de repintes

 

Tras la detección del problema, y de acuerdo con la parroquia de San Miguel y el Arzobispado de Pamplona y Tudela, el 28 de junio del año pasado un equipo especializado en transporte de obras de arte trasladó la imagen desde su capilla de San Miguel de Estella-Lizarra hasta las dependencias del Servicio de Patrimonio Histórico (SPH) / Fondo de Arqueología del Gobierno de Navarra. Allí ha permanecido hasta hoy donde ha recibido los tratamientos necesarios para la reversión, en la medida de lo posible, de las actuaciones anteriormente citadas. El coste de todas las acciones encaminadas a restituir y restaurar la imagen ha supuesto una inversión de algo más de 30.000 euros, habiendo sido sufragado en su totalidad por la parroquia de San Miguel.

En primer lugar se realizó la documentación gráfica y fotográfica del estado de la escultura a su llegada al Gobierno de Navarra. Además, entre el 3 y el 5 de julio, la empresa SGS llevó a cabo el estudio radiológico de la imagen constatando que, bajo el repinte realizado, subsistían parcialmente las capas de policromía original. Tras estos estudios previos y el análisis de la documentación, se verificó que la intervención realizada sobre la escultura de San Jorge no había seguido los estándares propios de una restauración de bienes culturales. Además, había provocado daños diversos en el bien: pérdidas de policromías originales, eliminación de policromías inestables y de grafitis, y retirada de elementos metálicos sin documentar. Asimismo, se habían utilizado materiales y procesos completamente incompatibles con la restauración de obras de arte.

En consecuencia, se consideró que la actuación constituía una infracción al patrimonio cultural tipificada como grave en el artículo 101.b de la Ley Foral 14/2005 de Patrimonio Cultural de Navarra. Se propuso una sanción de 6.010 euros a cada una de las partes (la parroquia de San Miguel de Estella-Lizarra y la empresa de manualidades Karmacolor S.L.), que fue aceptada y abonada por las mismas. Comenzó entonces el camino del tratamiento y la recuperación. La parroquia de San Miguel y el Arzobispado de Pamplona y Tudela mostraron desde el primer momento su disposición a sufragar todo el proceso de restauración.

 

 
 
 
 
Proceso de restauración

 

La talla de San Jorge y el dragón es una interesante efigie de gran tamaño que representa al santo a caballo abatiendo al dragón. El protagonista está vestido de guerrero, con el yelmo levantado, de modo que deja ver su rostro. Se integra en una de las líneas de trabajo del Servicio de Patrimonio Histórico (SPH) en torno al estudio y visualización de la escultura tardogótica en Navarra.

Consta según los referidos estudios que en el repinte de 2018 se empleó pintura acrílica, base gesso, tejido venda y papel de aluminio. La policromía del siglo XVIII fue realizada al óleo con una base de aparejo. La policromía del siglo XVI presentaba lámina de oro y plata, bol rojo y policromía. Por último, el soporte en madera de nogal estaba provisto de aparejo en yeso fino, entelado parcial, clavos de armazón y decoraciones superpuestas.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fases del proceso de restauración

 

El primer paso del proceso de restauración fue la limpieza de las capas de pinturas y añadidos aportados, un trabajo que realizó la empresa CYRPA S.L: se eliminó toda la capa de pintura acrílica con medios químicos, se valoró la extensión del estrato de gesso, reconstrucciones con venda de escayola y papel de aluminio, se retiró de forma químico/mecánica el gesso y los materiales de reconstrucción, fijando en paralelo los estratos inferiores, y se valoró el estado de conservación del soporte y uniones estructurales.

Las primeras pruebas de limpieza, mecánicas y químicas se realizaron entre julio y agosto del pasado año 2018. Esta fase de estudios permitió planificar y acometer la limpieza general de la escultura, que se llevó a cabo entre octubre y diciembre de 2018, y descubrió, de nuevo, los revestimientos y capas de policromía del siglo XVIII, y por debajo de ellos, en algunas partes, los del siglo XVI.

A la vista del estado de la escultura, se valoraron las posibilidades de restauración en base a dos criterios: uno más arqueológico, que estabilizaría las policromías de la imagen conservando las pérdidas y lagunas; y otro, más integral, que reintegraría las lagunas de policromía hacia la fisonomía que tuvo la escultura a partir del siglo XVIII. Se decidió seguir este segundo criterio, realizándose la reintegración y la restauración final entre marzo y mayo de 2019, tareas que ha llevado a cabo la empresa de restauración ARTRES S.L.

 

 
     
     
Estado final. Detalles

 

La imagen de San Jorge fue realizada en torno al año 1500, probablemente por el llamado maestro Tarín o Terín, natural de Zaragoza y afincado en Estella-Lizarra, autor de varias obras como el San Miguel titular de la parroquia, el Cristo y la santa Águeda en San Miguel de Estella-Lizarra, el Cristo y el san Juan Evangelista en Lerín, el san Bricio de san Martín de Escala y los santos Juanes de Muruzábal. El maestro Terín, sobre el que hay bastante información, trabajó en colaboración con el pintor puentesino Diego Polo, quien se encargaba de la tablas pintadas y del dorado y policromado de las tallas.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
Estado final. Detalles

 

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