DESTROZAN LA POLICROMÍA DE UNA ESCULTURA
DEL SIGLO XVI EN ESTELLA (NAVARRA)

23/06/2018


 

 
 

 

Ha sido la empresa ArtUs, formada por especialistas en Conservación y Restauración del Patrimonio Histórico-Artístico, Bienes Culturales y Arqueología, la que a través de sus redes sociales ha difundido y denunciado la desastrosa actuación perpetrada en la escultura de san Jorge que preside la capilla dedicada a su culto, anexa por un arco al templo de san Miguel del municipio navarro de Estella.

La obra escultórica es un ejemplar de gran interés histórico y artístico que ha sido fechada en la primera mitad del siglo XVI. Muestra al santo montado en un caballo blanco, espada en alto, luchando contra el dragón que se retuerce bajo las plantas del equino. Constituye una simbología de la lucha del bien contra el mal cuyo origen se encuentra en las representaciones egipcias del dios Horus luchando a caballo contra su adversario Seth.

 

 

En palabras de Luis Miguel Muñoz, responsable de Édolo Conservación Restauración S.L., estamos ante un atentado cultural "realizado por gente sin ninguna capacidad ni sentido de la responsabilidad alguna de lo que tienen entre manos, piezas únicas que nos cuentan la verdadera historia, arte con sus técnicas bien desarrolladas y aplicadas" (...) "Gente que se consideran salvadores de la historia" pero que en realidad se dedican a "destruir un patrimonio que pertenece a todos y encima se vanaglorian de ello. Publican como han llevado a cabo este atentado cultural, sin ni siquiera informarse anteriormente de lo que tiene entre las manos".

Esto último lo comenta el restaurador a raíz de que los encargados de la intervención -una "escuela creativa" con sede en el centro de Estella llamada Karmacolor, dedicada según sus responsables a las bellas artes y las manualidades-, hayan publicado un vídeo de la misma lijando la figura y repintándola con escayola.

Para Luis Miguel Muñoz, lo que realmente han hecho es eliminar de la escultura "capas de historia, las lijan y las destruyen y dicen que se han quedado con una muestra de la pintura para ver el color. Esa muestra nunca, jamás, debía de haberse arrancado de su sitio, esa muestra de color pertenece a la policromía de una obra de arte que se tenía que haber conservado toda en su sitio y no haberla lijado" (...) "Esa capa que con tanta soltura y alegría dice que es escayola y pintura, no es escayola y pintura, es una preparación de estuco realizado con colas orgánicas" (...) "¿Quizás piensa que sus supuestas habilidades son superiores a las del artista que lo policromó? Aunque así fuera, que no lo es, es obra de un artista del siglo XVI, y no suya. Encima cuelga el vídeo, para que otros aprendan a hacer lo que nunca se debe hacer: dedicarse a una profesión para la que no está preparada. Dedicarse a una profesión que es una vocación con muchos años de preparación".

 

 

No es la primera vez que Karmacolor realiza una intervención similar ni que recibe críticas por ello. De hecho, en abril de este mismo año publicaron en sus redes sociales un montaje (imagen superior) del trabajo que llevaron a cabo en una talla de Santa Elena, también antigua y de interés, con resultados muy discutibles tal y como salta a la vista. Hablaron incluso de "alumnado de diez" cuando se refirieron a sus artífices.

La efigie de san Jorge y el dragón, cuya restauración para devolverle el aspecto original tras este atentado se antoja hoy por los expertos "irrecuperable" o de "muy difícil recuperación", era la mejor en España a la hora de recrear la armadura y demás arreos de los caballeros navarros de su época.

Cierto es también que la restauración del santo por manos especializadas era algo solicitado desde hace mucho ya que la talla se encontraba muy deteriorada, con fuertes desgastes en la policromía, ataques de xilófagos, pérdida de piezas y suciedad acumulada que la oscurecía notablemente. De haberse atendido las peticiones, ahora seguramente no hablaríamos de un despropósito que se asemeja a otros acaecidos en los últimos años.

 

Fotografía del santo antes de la intervención de Luis Sanz

 

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