Pedro Muñoz de Toro y Borrego (1793-1872) fue un imaginero y tallista lucentino que desarrolló la totalidad de su producción en su localidad natal. Era muy hombre muy piadoso que desempeñó diversos cargos en varias cofradías y hermandades de gloria y penitencia de Lucena. Su condición de sordo le impidió desempeñar la carrera militar, como era la aspiración de su padre.

Muy influido por el estilo del maestro Andrés de Carvajal, Muñoz de Toro llevó a cabo imágenes como el Calvario del Convento de San Martín, el Nazareno de la Archicofradía del Carmen, el Cristo crucificado con la advocación de la Misericordia o la obra que nos ocupa. Como tallista realizó la puerta y cancel de la capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno o un trono para la Virgen del Socorro. También hizo varias restauraciones.

Muñoz de Toro talló el actualmente llamado Cristo de la Humillación, titular de la cofradía homónima fusionada en el año 1975 con la Congregación Servita de los Dolores, siguiendo fielmente el modelo de Carvajal en el Cristo del Mayor Dolor de Antequera; de hecho, esta última fue la advocación original de la imagen lucentina, hoy en el templo parroquial de San Mateo Apóstol.