LAS DOLOROSAS SERVITAS
CÁDIZ

Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

   

 

Durante un tiempo se la consideró erróneamente como obra del holandés Peter Sterling. Últimamente, se halla atribuida a las gubias del escultor e imaginero genovés, afincado en Cádiz, Francesco Maria Galleano, autor de obras como el San Juan Bautista del municipio gaditano de Chiclana de la Frontera y colaborador del maestro Anton Maria Maragliano en la ejecución de varios casse procesionali.

La imagen fue tallada entre los años 1730 y 1763 y presenta los típicos grafismos de la escuela en sus Dolorosas: pronunciada inclinación de su cabeza hacia el lado derecho, expresión desolada y ausente, y manos unidas por las palmas, en actitud de recogida oración. Así mismo, se encuentra labrada en madera de abedul, material muy utilizado por los artistas ligures en sus obras.

Conviene señalar que el rostro de la venerada imagen quedó sustancialmente alterado tras la intervención, documentada en el año 1904, del imaginero sevillano Manuel Gutiérrez Reyes, quien sustituyó los característicos ojos de cascarilla por otros de pasta vítrea y renovó la policromía en general, sustituyendo las originales carnaciones lechosas por otras aceitunadas, más acordes con el gusto sevillano de la época. En los próximos días, la efigie volverá a ser intervenida en Sevilla por Pedro Enrique Manzano Beltrán.

En el año 1766, la Fraternidad Servita y la Comunidad de Religiosas Concepcionistas Franciscanas del gaditano Convento de la Piedad, firmaban Carta de Hermandad entre ambas, con facultad para imponer el Santo Escapulario de la Orden desde el año 1727, fecha en que Fray Pedro María Pieri Senensis, Prior General, expedía la patente solicitada para la fundación de la V.O.T. en la gaditana Parroquia de San Lorenzo.

La imagen que analizamos no fue la primitiva titular de la corporación, sino una talla de tamaño inferior al natural realizada en el año 1729 por el escultor e imaginero José de Montes de Oca. Actualmente, recibe culto en una hornacina del templo de San Lorenzo, visible desde la Calle Sagasta, y al igual que la pieza genovesa presenta las manos entrelazadas en señal de oración. Ambas muestran también una peculiar forma de vestir y llevar los aderezos que ha servido de inspiración para varias dolorosas de otras localidades andaluzas.

 

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