LA ICONOGRAFÍA DE SAN JOSÉ - PINTURA Y ESCULTURA (XXI)
RAÚL BERZOSA

19/03/2021


 

 

Ocupa esta entrega del especial una nueva obra del pintor Raúl Berzosa (Málaga, 1979) que tiene como destino un altar de la capilla del Centro Cultural y Deportivo Monte Verde de Bogotá, entidad sin ánimo de lucro que tiene como objetivo la formación integral de la juventud colombiana y, especialmente, buscar servir a la comunidad juvenil que cuenta con escasos recursos económicos.

La obra muestra a San José orante, con las manos cruzadas e inclinado para adorar a Cristo, revelando en su rostro humildad y veneración, como si se tratase de una representación de la Natividad en el pesebre, solo que en este caso, al ir este óleo sobre lienzo (89 x 120 cm) detrás de un sagrario, el recién nacido se reemplaza por el recipiente eucarístico que simboliza la presencia viva de Jesús en el templo.

Como afirmó Louis-Gaston de Ségur al hablar sobre Jesús Niño, en el sagrario está presente Cristo como en su día lo estuvo en su día en la cueva de Belén. Desde el fondo del sagrario contempla, bendice y ama a su pueblo, como en la noche de Navidad, según la tradición fijada por el cristianismo sobre la fecha de su nacimiento, contemplaba, bendecía y amaba a su dichosa Madre y a San José.

 

 

Ya que la pintura quedará parcialmente tapada por el sagrario, el artista adopta la solución compositiva de elevar las manos del santo para así dejarlas totalmente visibles al espectador. Entre sus brazos queda sujeto el popular atributo de la vara florida, en este caso nardos, flores blancas asociadas secularmente tanto a la pureza de su corazón, como a la castidad de San José, afirmada entre otros por San Agustín de Hipona, si bien uno de los textos apócrifos, el llamado "Protoevangelio de Santiago", nos habla de San José como varón viejo, viudo y con hijos, que respetando el voto de virginidad de María, y dada su avanzada edad, se mantuvo célibe durante su segundo matrimonio, quedando como servidor de Dios y fervoroso protector de su nueva familia.

Pero como ya sabemos, la ancianidad cambia en la Baja Edad Media, cuando las nuevas corrientes devocionales defienden la idea de un San José joven y bello, fundamentándose sobre todo en su relación hagiográfica con José de Egipto. Y así se sigue plasmando actualmente, como podemos observar en esta obra de Berzosa, en la que aparece sedente, barbado e idealizado, mostrando un tipo parecido al que representó el pasado 2020 con "El sueño de San José" para el templo dedicado al santo en Almería. En este caso lleva sus colores típicos en el atuendo: verde en la túnica y ocre en el manto. Como en muchas de sus creaciones, una luz sobrenatural irradia de la figura. También son habituales la viveza del colorido y el fuerte halo piadoso que inunda la escena.

 

 

FUENTES

DE ARRIBA CANTERO, Sandra. "San José", en Revista digital de iconografía medieval, vol. V, nº 10, Servicio de Publicaciones de la Universidad Complutense de Madrid, 2013, pp. 57-58.

 

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