ROQUE LÓPEZ (VI)
SAN PASCUAL BAILÓN


 

 
 

 

Heredero del taller de Salzillo, Roque López es la segunda gloria de la imaginería murciana, y como tal tiene que ser reconocido. Según consta en la carta de aprendiz, entró en el taller de Salzillo el 25 de julio del año 1765, a la edad de dieciocho años, con objeto de aprender, al amparo del genial escultor, los secretos del dibujo y del arte barroco por expreso deseo de su padre, quien lo dejó bajo la custodia del escultor.

Mantiene siempre el maestro una rigurosa y severa enseñanza con todos sus discípulos. Prueba de ello es que el tiempo que Francisco Salzillo ostentó el cargo de director de la Escuela de Dibujo establecida en Murcia por la Real Sociedad Económica de Amigos del País, cargo que desempeñó hasta su muerte, ninguno de sus discípulos consiguió premio alguno. Sin embargo, poco después de su muerte, Roque López aparece como ganador en los concursos de la Academia.

Se puede afirmar que el taller del maestro, bajo la dirección de López, continuó con el paso de los años desarrollando un notorio ritmo de trabajo, a pesar de que, en el año 1798, había un total de seis escultores en Murcia. Sin embargo, la demanda no había decaido en absoluto tras el fallecimiento de Salzillo, y la mayoría de los encargos se basaban en repeticiones de la escultura de éste, modelos realizados con anterioridad, y ello contribuyó evidentemente a que prosperara Roque López. Si bien no dejó nunca de pertenecer a la clase media, no se enriqueció con su trabajo, manteniéndose siempre en una holgada economía, pero sin alardes.

El más aventejado y excepcional discípulo de Salzillo deja entrever en creaciones como las estatuillas para el famoso Belén Riquelme iniciado por su maestro (Degollación de los Inocentes, Casa de la Virgen, Anunciación y Sueños de San José, Visitación, Herodes y su Guardia y Vieja Hilando) sus ansias de crear, imprimiéndoles la impronta de su propia personalidad, aunque no está en su ánimo variar en absoluto las líneas de Salzillo, al que admira profundamente, ni desvirtuar su escuela.

En el San Pascual Bailón de la localidad alicantina de Dolores, fechado en el año 1786, Roque López destacó todo el ascetismo del religioso franciscano (de forma parecida al ya estudiado Beato Andrés de Hibernón que se conserva en una de las capillas de la catedral murciana), expresado en la posición de las manos y en el rostro. Se halla representado en el momento que tuvo la supuesta visión de Cristo en la Eucaristía, convirtiéndose entonces en un ferviente propagador de la devoción a Jesús Sacramentado. López volvería a cultivar esta iconografía con gran acierto en la imagen conservada en Almansa (Albacete), realizada en el año 1804. Patrón de Dolores, el santo es objeto de una populosa romería cada mes de mayo.

Además de todas las mencionadas en estos especiales, otras piezas destacables de Roque López son los cuatro Ángeles (1797) para las cajas de los órganos de la Catedral de Murcia, un Niño Pasionario (1809) esculpido en mármol para un sepulcro en la Capilla de los Vélez de dicho templo metropolitano y la efigie de San Pedro de Alcántara (1811) para el Convento de los Diegos, actualmente en la parroquia murciana de San Bartolomé.

 

FUENTES: DÍAZ GARCÍA, María José y José María GÓMEZ TORO. "El arte belenístico de la Región de Murcia", volumen XIII de la serie Biblioteca Básica Murciana, Murcia, 1983, pp. 87-88; ZARAGOZA BRAEM, Francisco. "La exposición "Semblantes de la Vida" muestra una parte del rico patrimonio de la Diócesis de Orihuela, Alicante", publicado en Escuela de Imaginería, Córdoba, 2004, p. 9; MELENDRERAS GIMENO, José Luis. "Los discípulos de Francisco Salzillo", publicado en Amica Verba in honorem Prof. Antonio Roldán Pérez, vol. II, Murcia, 2005, pp. 658-663. Con información de Jesús Abades.

 

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