CENTENARIO DE PALMA BURGOS
JESÚS DE LA HUMILLACIÓN Y PERDÓN


 

 
     
     

 

Esta imagen, titular de la Ilustre y Venerable Hermandad de la Orden de Santo Domingo de Guzmán de Nuestro Padre Jesús de la Humillación y Perdón y María Santísima de la Estrella, representa a Cristo despreciado por Herodes, si bien la pertenenencia a este pasaje solo se advierte hoy día en la túnica blanca que viste, una indumentaria ignominiosa en la época de Jesús, símbolo de burla y de locura, que el tetrarca ordenó ponerle en señal de desprecio, y que motivó el desprecio del pueblo a Jesús al vérsela llevar.

Jesús de la Humillación y Perdón fue labrado en el estudio de Palma Burgos en Málaga, al igual que la efigie del Cristo de la Columna para Úbeda, considerada como una de las mejores creaciones del artista y con la que la figura malagueña guarda una enorme analogía. Llaman la atención de ambas hechuras el abatimiento físico y moral que se refleja en unos rostros cuyas miradas son apenas perceptibles desde un punto de vista frontal, al mantener las cabezas profundamente bajas en señal de humillación.

Pese a lo anterior, no hay que verlas como un mero reflejo, pues se observan distingos en detalles fisonómicos, así como en las encarnaduras y el acabado del cabello, revelándose probablemente la malagueña como un Cristo un poco más pálido, austero y recio de formas. Ambas obras son de talla completa, despojada la de Úbeda de todo tejido natural superpuesto, lo que permite el total lucimiento de la apolínea anatomía, apenas velada por un escueto paño de pureza, y que además se halla realzada por un excelente trabajo de policromía.

 

 
     
     
Fotografías de Juan Antonio García Delgado

 

Decimos que su iconografía solo es advertida por las ropas blancas que luce porque, desde 1998, Jesús de la Humillación y Perdón es procesionado en solitario sobre uno de los tronos más antiguos de la Semana Santa de Málaga. Tres tentativas de misterio por parte de diferentes imagineros no cuajaron -de hecho, la propia hechura cristífera fue la segunda de Palma Burgos tras una primera que no convenció a los cofrades por tener las ropas talladas y por no llevar las manos atadas a la espalda-, ni tampoco la propuesta presentada por José María Ruiz Montes en el año 2010 de cara a la ejecución de un nuevo misterio.

La imagen ha sido intervenida en tres ocasiones: una en 1978 por Mario Palma Burgos, otra en 1990 por Elisa Quiles Faz, y la última por Tecno-Restauro Úbeda en 2001, sin que en ningún caso se haya visto alterada la impronta artística y estética de Palma Burgos.

Retomando el pasaje que escenifica, se recrea en concreto los momentos inmediatamente posteriores al desprecio de Herodes, cuando Cristo es vuelto a enviar a Pilato, de ahí la decidida actitud itinerante que vemos en la escultura. Sus labios siguen cerrados. Si Pilato había admirado el silencio de Jesús como efecto de una virtud más que humana, Herodes -más ciego que Pilato, pese a ser judío, a la hora de comprender el misterio de la sabiduría y de la justicia divina- lo despreció como un efecto de flaqueza y debilidad del preso.

 

 
 
Palma Burgos en la Piazza Navona de Roma
Foto: Fausto Lanciano

 

FUENTES

D' ICARD DUQUESNE, Arnaud Bernard. El Evangelio meditado, Barcelona, Librería Religiosa - Imprenta de Pablo Riera, 1861, pp. 204-206.

RETANA, Rafael. "Humillación: la historia de una incógnita por resolver", en La Opinión de Málaga, publicado el 30 de marzo de 2010.

GARCÍA MAYENCO, Adrián. Jesús de la Humillación y Perdón, en http://humillacionyestrella.org

 

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