LA ICONOGRAFÍA MACABRA DEL BARROCO
LA ALEGORÍA DE LA VANIDAD


 

 

Es conocida la abundancia de naturalezas muertas en el siglo XVII, especialmente en España y los Países Bajos. La obra "Alegoría de la vanidad", del pintor barroco Antonio de Pereda (Valladolid, 1611 - Madrid, 1678), importante figura de la escuela madrileña, resulta especialmente significativa para centrar el discurso dentro del campo de la naturaleza muerta, en el subgénero de la "vanitas". La "vanitas" vehiculó una idea bíblica esencial: "todo es vanidad", en las múltiples formulaciones que quieran hacerse, desde el célebre "Collige, virgo, rosas", de Ausonio, hasta la comprensión de la vida como un "quotidie moribunt", de Séneca.

En esta obra del Kunsthistorisches Museum de Viena, un ángel enviado por Dios encarna la "vanitas", el recuerdo de la fugacidad de todo lo terrenal. Frente a la figura, los objetos están dispuestos como una naturaleza muerta de barroca opulencia que apunta al rápido paso del tiempo, la vanidad del poder y la volatilidad de los placeres de la vida, pues una de las características más notables de la naturaleza muerta es la evocación del paso del tiempo y su devenir, lo que en última instancia constituye el advenimiento de la muerte.

En el tablero de la mesa vemos la inscripción "nil omne" ("todo está vacío") ya que el término "vanitas" deriva de "vanus", literalmente "vacío" o "fugaz". Las referencias a la dinastía de los Habsburgo, como el retrato-camafeo de Carlos V en la mano izquierda del genio, sugieren un encargo cortesano.

Desde el punto de vista iconográfico, esta obra presenta un exhaustivo catálogo de las vanidades del mundo: desde la riqueza material encarnada en las monedas y las joyas hasta la intelectual de los libros, pasando por la gloria de las victorias bélicas (armadura, armas) y las posesiones (globo terráqueo). Las calaveras, que constituyen, sin duda, una de las representaciones más icónicas de la muerte, adquieren especial significado cuando conviven con los naipes (evocadores del azar), la vela (significativamente apagada), y la presencia de dos relojes (uno, tradicional; el otro, moderno) que recuerdan el paso implacable del tiempo.

A través de su maestro Giovan Battista Crescenzi, artista romano, Pereda absorbió el estilo del naturalismo posterior a Caravaggio, que combinaba el gusto por las composiciones sencillas con gran atención al detalle con una tendencia a acumular elementos simbólicos en los que el significado no siempre es obvio.

Es interesante destacar una de las denominaciones utilizadas en el Siglo de Oro español para describir pinturas como esta, "pintura de desengaño". El engaño es, naturalmente, la vida, y el desengaño revelado es la muerte.

Otra composición similar de Pereda se conserva en la Galería de los Uffizi (imagen inferior). El monarca al que se alude en este caso es Felipe II. Vemos una ironía sobre la vanidad de la creación artística al incluir un dibujo de un pintor joven con su paleta y un pincel. Figura también una pintura del Juicio Final que representa este episodio donde figuran bienaventurados y condenados que habrán de alcanzar la gloria triunfal o los tormentos del infierno. De nuevo las calaveras aparecen recurrentemente. Pereda las representa como si fueran bodegones, con la misma técnica y concepción espacial, y las introdujo en muchas de sus representaciones religiosas.

La presencia del mensajero alado pertenece totalmente a la creatividad hispana puesto que no aparece en ningún tipo de "vanitas" creadas en esta época en Europa, siendo probablemente creada por algún discurso o sermón moral en Madrid e interpretado posteriormente por Pereda, activo en la corte madrileña.

 

 

FUENTES

AA.VV. (coord. de CIRLOT, Lourdes y MANONELLES, Laia) Muerte y transfiguración en el mundo artístico contemporáneo, Ediciones de la Universidad de Barcelona, 2016, pp. 140-142.

VALDIVIESO GONZÁLEZ, Enrique. "El arte en tiempos de cambio y crisis. Y otros estudios sobre Extremadura", en Actas de las XI Jornadas de Historia en Llerena, 11ª, 22 y 23 de octubre de 2010, Llerena, Sociedad Extremeña de Historia, pp. 16-17.

DE MINGO, Adolfo. "Una nueva obra de Antonio de Pereda en Toledo", en La Tribuna de Toledo, 03-06-13.

VIVES-FERRÁNDIZ SÁNCHEZ, Luis. Vanitas. Retórica visual de la mirada, Madrid, Encuentro, 2011, p. 244.

 

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