LA ICONOGRAFÍA DEL BUEN PASTOR
HERMANOS CAVA

22/06/2025


 

 

La principal singularidad de esta obra, realizada en 2020 por los imagineros murcianos Juan y Sebastián Martínez Cava (1988 y 1992, respectivamente) para un oratorio privado de Ceutí (Murcia), es que conjuga las iconografías del Buen Pastor y del Sagrado Corazón de Jesús, teniendo así los escultores la oportunidad de huir del prototipo histórico de la devoción pastoreña y profundizar en la efigie de Cristo desde un prisma iconológico.

Es frecuente encontrar en los textos devocionales del Sagrado Corazón de Jesús alusiones a Cristo como modelo de Buen Pastor que da la vida por sus ovejas, símbolo de los paganos que, en su vida terrena, estaban "como ovejas sin pastor", lo que le llevó a asumir su condición de cuidador y protector de aquel redil, cuidando a las ovejas enfermas, buscando a las descarriadas y deseando unir a todas en un único rebaño.

Por lo demás, este misterio de terracota para vestir y tamaño inferior al natural, bebe de las fuentes del barroco murciano, tan mediatizado por la obra de Francisco Salzillo, pero también por la de seguidores del maestro como Francisco Sánchez Tapia y sus hijos, los Sánchez Araciel, que en la transición del siglo XIX al XX prolongaron con éxito la imaginería barroca murciana.

Todo el conjunto está lleno de la gracia del Rococó, tanto en la disposición de la figura de Jesús como en la adición de las figuras secundarias de la oveja y el querubín, que completan la significación del misterio y lo dotan de una gracia conventual que contrasta con la rotundidad del Cristo, una imagen que, en muchos aspectos, pareciera ser más el boceto de un colosal monumento público al Corazón de Jesús que una pequeña pieza para la devoción particular.

El Buen Pastor es un Jesús adulto, como en las imágenes protocristianas del Alto Imperio. Los signos visibles de su entrega por los hombres no son solo el cayado, el sombrero y el cordero, sino, sobre todo, su corazón inflamado y sus llagas. Para profundizar en la novedad iconográfica, se evita tanto la pelliza como los consabidos colores jesuíticos blanco y rojo para utilizar el rosa de los sacerdotes levíticos y el azul de la divinidad.

 

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FUENTES

https://www.lahornacina.com/noticiaslourdes33.htm

GÓMEZ, María Luz. El Sagrado Corazón de Jesús, Sevilla, Caligrama Editorial, 2019, p. 23.

 

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