LA ICONOGRAFÍA DEL BUEN PASTOR
SEBASTIÁN SANTOS
02/06/2025
Los orígenes de la figura del Buen Pastor, personaje erguido con un cordero encima del hombro, lo encontramos en la imagen de Orfeo de la mitología romana, que porta un cordero entre los brazos y simboliza la filantropía. Aunque unas veces Jesús aparece representado de pie o sentado cuidando el rebaño, la composición más extendida es la del cordero extraviado sobre sus hombros. |
En el Viejo Testamento se encuentran las primeras referencias iconológicas sobre la imagen del Buen Pastor; en el libro de Ezequiel e Isaías existen testimonios narrativos sobre el contenido metafórico de esta imagen. En el Nuevo Testamento, en los evangelios de San Juan (10, 11-15) y San Lucas (15, 3-7), se describe en sentido alegórico que Jesús ejerce de Pastor y las ovejas son los creyentes, que forman un rebaño de almas que siguen al Pastor que les protege y alimenta. La Imagen de Dios recoge todas las bondades que tiene un buen pastor que protege y cuida a cualquier oveja de su rebaño. Estos pasajes bíblicos ponen la semilla de lo que después los primeros cristianos configuraron como símbolo de Jesucristo, la imagen del Buen Pastor con su forma humana portando sobre sus hombros la oveja descarriada. Estamos por tanto ante una de las representaciones más antiguas del mundo cristiano, que sirve en este caso al célebre escultor e imaginero onubense Sebastián Santos Rojas (Higuera de la Sierra, Huelva, 1895 - Sevilla, 1977) como tema para gubiar en 1953 con gran maestría -y tomando como modelo a su hijo Jesús, como nos confirmó su hija Pilar Santos Calero en una entrevista-, este Buen Pastor que recibe culto en la Parroquia de Nuestra Señora del Socorro, de Ronda (Málaga). Hablamos de una talla completa a tamaño natural (mide 170 cm de altura). La figura, de moderado barroquismo, sostiene en sus brazos, en airosa y bella posición, al cordero. La túnica del Buen Pastor es una lección magistral en el tratamiento de las telas y el uso correcto de los pliegues. El manto, con armoniosas ondulaciones, se ajusta a la figura plegándose en la cintura, detalle éste muy utilizado por Sebastián Santos en muchas de sus obras, la gran mayoría de carácter sacro. La cabeza, con clara referencia al natural, es de inspiración montañesina en el modelado del rostro y los cabellos. La oveja, situada en la base, establece una comunicación con la parte superior del conjunto. La encarnación es de un tono más tostado de lo habitual. El estofado, de gran riqueza, evita un excesivo contraste de los tonos de fondo con el oro. Con el delicado silueteado de los dibujos, el reconocido artista pretende un efecto que no distrae en absoluto el modelado de las telas. El uso de laca en los fondos del manto es posiblemente una primicia en esta técnica, usada posteriormente con frecuencia. |
Fotos: Pichi Gardel
FUENTES https://www.lahornacina.com/articulosgranada8.htm PALOMERO PÁRAMO, Jesús Miguel. "Juan Bautista Vázquez el Viejo y el retablo de la Virgen de la Piña, de Lebrija", en Archivo Hispalense, tomo 69, n º 210, Ediciones de la Diputación de Sevilla, 1986, pp. 161-163. |
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