UNA OBRA DE MANUEL GONZÁLEZ LIGERO EN MOTRIL (GRANADA)

Eduardo González García


 

 

Iconografía del Buen Pastor (I)

En el Viejo Testamento se encuentran las primeras referencias iconológicas sobre la imagen del Buen Pastor; en el libro de Ezequiel e Isaías existen testimonios narrativos sobre el contenido metafórico de esta imagen. En el Nuevo Testamento, en los evangelios de San Juan (10, 11-15) y San Lucas (15, 3-7), se describe en sentido alegórico que Jesús ejerce de Pastor y las ovejas son los creyentes, que forman un rebaño de almas que siguen al Pastor que les protege y alimenta. La Imagen de Dios recoge todas las bondades que tiene un buen pastor que protege y cuida a cualquier oveja de su rebaño. Estos pasajes bíblicos ponen la semilla de lo que después los primeros cristianos configuraron como símbolo de Jesucristo, la imagen del Buen Pastor con su forma humana portando sobre sus hombros la oveja descarriada.

La cronología de su aparición en el álbum de iconografía cristiana no es exacta en sus orígenes por la falta de documentación, pero su historiografía lo data sobre finales del siglo II o principios del III. Al no existir documentación escrita, su datación hay que situarla dentro de un contexto histórico; estudio de acontecimientos que por lógica justifican la existencia de estos iconos religiosos de la protohistoria del cristianismo. Deja de estar de moda a partir del siglo VI por la aparición de una iconografía propia de Jesús y desaparece su representación durante toda la Edad Media para volver entre los siglos XV y XVI, sobre todo en Francia y Portugal. En los siglos XVII y XVIII surge una nueva interpretación de la imagen versionada en género femenino que da lugar a la encarnación de la Divina Pastora, y desde el XIX el uso de su figura queda relegado a un segundo plano.

En la protohistoria artística de la cultura cristiana el tipo de imagen que prevaleció fue la imagen-signo para representar a Cristo. Eran imágenes simples y esquemáticas que cumplían una triple función, la de decorar los sarcófagos, la de significar alegorías de la doctrina católica y como talismán para la salvación del alma.

Estas primeras representaciones de Cristo eran metáforas visuales cuyo significado transcendía lo representado y más bien tenían un sentido abstracto; su grafía eran signos que figuraban de la forma de un pez, cordero, pescador y pastor. Este tipo de encarnación gráfica de origen alegórico no se correspondía con imágenes con una significación real de lo representado. El cristianismo acudió a la tradición cultural de su entorno, aunque fuera de origen pagano, recogiendo una herencia iconográfica que le sirvió para enriquecerse de su simbología de índole moral, filosófica, e iniciar de paso su propia creación gráfica.

 

 

Iconografía del Buen Pastor (II)

El cristianismo surge inmerso en la cultura romana, de la cual recoge parte de su simbología y la transfigura en propias representaciones de sus preceptos. De este modo, para entender e interpretar las imágenes, se debía de conocer el código semántico de la narración y el código visual de su iconografía.

Esta situación evolucionó hacia una simplificación de la interpretación figurada buscando una representación más real, y es a partir del siglo V cuando aparece por primera vez la imagen de Jesucristo con una representación propia; es decir, con rostro, cuerpo humano y atributos. Es una imagen representativa, pero no real, del rostro de Jesús. El Pez, el Cordero, El Buen Pastor se dejaron de usar en beneficio de una iconografía más directa e inmediata; solo era necesario el uso del código visual para interpretar la lectura de la imagen. La pedagogía visual evolucionó para alcanzar su máxima eficacia.

Los orígenes de la figura del Buen Pastor, personaje erguido con un cordero encima del hombro, lo encontramos en la imagen de Orfeo (1) de la mitología romana, que porta un cordero entre los brazos y simboliza la filantropía. Aunque unas veces Jesús aparece representado de pie o sentado cuidando el rebaño, la composición más extendida es la del cordero extraviado sobre sus hombros.

También encontramos más antecedentes iconográficos en la escultura del Moscóforo (2), de origen griego, que presenta una composición similar (personaje enhiesto con un cordero sobre sus hombros). Otro anticipo lo tenemos en Hermes (Crióforo) (3), que lleva la oveja al sacrificio, Endimión (un pastor) y Aristeo (4). Estos mitos de la cultura precristiana son la herencia que sirvieron de inspiración a la joven iglesia para elaborar el material simbólico y así poder desarrollar la bondad redentora de la imagen de Dios.

 

 

Iconografía del Buen Pastor en Motril. La obra de Manuel González Ligero

La localidad granadina de Motril no podía privarse de esta manifestación artística y conservar en su contenido cultural y religioso una muestra de esta iconografía de la imagen de Dios decorando un espacio público. En este contexto icónico, encontramos la representación del Buen Pastor en la iglesia de los Agustinos.

La obra fue realizada por el escultor e imaginero Manuel González Ligero y se encuentra ubicada en la parte superior de su portada, metida dentro de una hornacina. Se halla realizada en piedra artificial (compuesta por cemento blanco y marmolina de color beige), con un tono cromático cálido que ofrece un contraste visual con el color gris de la piedra, por lo que queda perfectamente dibujada su silueta de composición clásica dentro del espacio cóncavo de la oquedad de la hornacina. Por su lugar de emplazamiento, la obra se organiza con un fuerte dominio de la visión frontal, y su silueta se independiza de su entorno al estar sometida visualmente a unos límites lineales determinados, realizada con formas netas y robustas de depurado relieve al gusto estético de su autor. La estructura lineal del contorno es sencilla y sinuosa, sin brusquedades, para terminar expresando una forma cerrada y convexa que guarda fuertemente el sentido del bloque.

La figura se nos presenta con sus atributos más extendidos: reproduce un personaje maduro y barbado, vestido con una túnica y portando sobre sus hombros una oveja. En otras ocasiones, también le acompañan otros objetos, como un cayado y un recipiente de leche. La imagen del Buen Pastor se nos presenta en pie y dispuesta en dirección vertical, sosteniendo sobre sus hombros el mencionado cordero. Ambos elementos participan de la misma unidad formal en cuanto al sentimiento del volumen, modelado y relieve. Sus formas convexas se acoplan en torno al eje vertical e inspira un fuerte predominio de lo tectónico y la frontalidad.

En las imágenes se muestra la imagen del Buen Pastor de la Iglesia de la Victoria de Motril. La apariencia que el artista imprimió a esta imagen es la de una persona con aspecto noble, vestido con túnica y una especia de toga recogida entre un brazo de la misma manera que un patricio o senador romano de su época. González Ligero presenta con ello una imagen con una dimensión más divina que mundana del personaje, eleva su dignidad al rehusar representarlo como un típico pastor vestido con una túnica corta y sin mangas (exomis), con un cayado en las manos (pedum) y los pies vendados (fascias crurales); atributos todos ellos que se han utilizado repetidamente a lo largo de la histórica icónica de esta representación divina.

Este es un ejemplo clásico del repertorio figurativo de este tipo de imagen religiosa representativa de Jesucristo, que viene a completar el conjunto, junto con las imágenes más devocionales, del álbum iconográfico catecuménico de esta localidad costera. Su localización estratégica en un lugar destacado del centro económico y cultural de Motril, visible su presencia en el entorno urbano desde un amplio ángulo, cumple a la perfección su influencia espiritual, haciéndose presente de una manera ostensible la imagen de Jesús en la alegoría del Buen Pastor como protector de las almas de sus creyentes. Es una presencia directa y testigo diario de la vida de los motrileños.

 


 

NOTAS

(1) Personaje oriundo de la mitología griega, hijo de Apolo y Caliope que heredó el don de la música y el canto, encantaba a los animales tocando la lira.

(2) Escultura del tipo kurós fechada en el año 570 antes de Cristo. Procede de Ática, región antigua de Grecia, y pertenece al periodo arcaico. Es un exvoto, ofrenda dedicada por Rhombos, hijo de Pales, a Atenea. El término mosco significa "ternero", y el termino foro significa "que lleva".

(3) Joven dios griego protector de los caminos y guía de los viajeros.

(4) Dios pastor de la mitología griega, hijo de Apolo y Cirene, protector de los rebaños.

 


 

BIBLIOGRAFÍA

(1) ANDRÉ GRABAR. Las Vías de la Creación en la Iconografía Cristiana, Alianza Forma, Madrid, 1993.

(2) CHARBONNEAU-LASSAY. El Bestiario de Cristo, Editor José de Olañeta, volumen I, 1997.

 

Nota de La Hornacina: Extracto con ligeras modificaciones del artículo "La Escultura del Buen Pastor",
publicado en la revista Motril Cofrade, nº 18, año XVIII, Motril (Granada), 2011, pp. 61-63.

 

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