CENTENARIO DE BOURGEOIS (IX)
JANUS FLEURI


 

 

Hay en la obra de esta escultora una fuerte carga sexual, con una especial incidencia en un tema de tanto interés para el feminismo como la diferencia sexual. Obras como Janus Fleuri o Fillette presentan un contenido sexual cargado de ambivalencia entre lo masculino y lo femenino no desprovisto de ironía.

La segunda pieza citada, Fillette (Chiquilla, 1968), consiste en un gran falo de aspecto rugoso que cuelga del techo y cuya imagen contrasta fuertemente con el nombre femenino e infantil con que su autora la bautizó. Si tenemos en cuenta que ella eligió esta obra para ser retratada con ella bajo el brazo por Robert Mapplethorpe (imagen inferior), llevando como una especie de amuleto el falo domesticado, se ve el componente irónico con que se remite a las teorías freudianas de envidia de pene como elemento explicativo de la psique de las mujeres.

Respecto a Janus Fleuri (Jano Florido, 1968), al igual que Janus Colgante (hacia 1968-1971), son obras con resonancias en iconografías antiguas; concretamente, tienen precursores grecorromanos en iconos populares de la abundancia y el bienestar. Pero Bourgeois, la fantaseada destructora del padre, invierte la energía en el icono antiguo y escoge registrar el momento flácido del ciclo del pene.

En la obra de Bourgeois el pecho y el pene van más allá de lo particular para introducirse en el ámbito de lo universal, son emblemas de las fuerzas complementarias que invaden la naturaleza. En muchas de sus obras, como Clamart (1968), del fondo parecen brotar en tropel cosas con aspecto de pene y de pecho. Bourgeois siente que estas obras representan grupos de personas arracimándose en busca de seguridad (la madre y los hijos buscando protegerse del padre). No hay una gran diferencia, realmente, entre decir que es un grupo de personas y decir que es un grupo de penes, pechos o penes-pechos.

Los dos signos básicos de la iconografía de Bourgeois, al menos en esta área temática, son el pecho y el pene: mamá y papá. En cierto nivel, repiten el treno de la tragedia griega, el lamento de la familia nuclear que flota en el aire. Muchas de las obras de Bourgeois se parecen al icono hindú del "lingam" y el "yoni", una representación abstracta de los genitales masculinos y femeninos acoplados, como un acto sexual cósmico o que sustenta al mundo. Pero el drama plasmado por la artista francesa tiene un filo neurótico y siniestro. Está más en línea con la concepción trágica de la familia entre los griegos.

Las imágenes de Louise Bourgeois de un hombre devorando niños, versiones en definitiva del icono antiguo de Saturno comiéndose a su descendencia, muestran el crimen del padre por el cual el cuerpo de éste se sirvió como comida en un banquete, y en un marco temporal diferente, su venganza por el banquete.

 

 

FUENTES: ALARIO TRIGUEROS, María Teresa. Arte y Feminismo,
San Sebastián, 2009, pp. 43-44; McEVILLEY, Thomas. De la Ruptura al "Cul de Sac".
Arte en la Segunda Mitad del Siglo XX
, Madrid, 2007, p. 341-344.

 

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