CENTENARIO DE BOURGEOIS (VIII)
SIN SALIDA


 

 

A mediados de los años ochenta, Louise Bourgeois ampliará el motivo de la casa a escala arquitectónica, creando como hemos visto verdaderos habitáculos en los que el espectador puede penetrar.

En dos de estas primeras instalaciones de Bourgeois, Sin Salida (1988) y Sin Escapatoria (1989), aparece, en lugar preeminente, una escalera. Si bien pueden sugerir la idea de la evasión o la huida hacia lo alto, estas escaleras no conducen a sitio alguno, de tal modo que la única opción que parece tener el espectador, convertido en un moderno Sísifo, es subir y bajar los peldaños sin cesar.

El escritor francés Albert Camus ya utilizó en los años 40 el mito de Sísifo como una metáfora del absurdo de la existencia, y la propia Bourgeois, gran admiradora de los existencialistas, propondrá una interpretación existencial del motivo de la escalera: "cuando llegas a lo alto de los peldaños, no hay nada, pero aún así para continuar [existiendo] hay que seguir, incluso si eso significa volver a empezar de nuevo".

En Sin Salida, la escalera de madera se halla rodeada de un parapeto hecho de puertas adosadas entre sí, pintadas en azul y negro. Frente a ella se sitúan dos grandes bolas que, según Bernadac, hacen de la escalera una suerte de falo erecto en medio de un círculo de formas femeninas. Se trata de una interpretación discutible, si bien recoge el importante papel que cumple para Bourgeois la diferencia sexual en el entorno doméstico.

Detrás de la escalera, en un pequeño rincón secreto que recuerda los recovecos en los que se guardan los tesoros escondidos de la infancia, aparecen suspendidos dos corazones gemelos, realizados en caucho de color azul claro. Como las manitas y los piececillos que parecían pedir auxilio en otras dos obras de Bourgeois, Untitled (with Hand) y Untitled (with Foot), estos corazones desvalidos desprenden una intensa sensación de vulnerabilidad. ¿Qué significan esos dos corazones solitarios colgados en un rincón escondido de la instalación? ¿Qué historias de amor y de dolor tienen lugar en el entorno de la casa?

Lo más interesante, en cualquier caso, de Sin Salida es la relación que entabla con el espectador. Éste se halla al mismo tiempo dentro y fuera de la "casa", toda vez que las puertas de madera que rodean la escalera no forman un círculo completo, sino que se abren al espacio de exposición.

Si en algunas de las Celdas de los años noventa el observador tendrá que violar, contemplándolo a través de una mirilla, el recinto cerrado de la instalación, aquí lo interior y lo exterior, lo público y lo privado se interpenetran, formando un espacio ambiguo a caballo entre dos mundos. Hay un elemento, no obstante, que contradice esta aparente disolución de límites entre el adentro y el afuera: el título de la obra (Sin Salida) remite a la idea de la reclusión. Como parece sugerir esa escalera que no lleva a ningún sitio, la casa (y así nos lo hacían ver ya las primeras Femmes-Maison de los años cuarenta) puede terminar convirtiéndose en una prisión.

 

FUENTES: MAYAYO, Patricia. "Louise Bourgeois", en Arte Hoy, nº 15, 2002, pp. 53-55.

 

Anterior Entrega en este

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com