LA CANÍCULA EN PÍLDORAS (II)

Jesús Abades


 

 

Píldora antigenocidas

Para Omar Al Bashir, presidente de Sudán, y todos esos buitres imperialistas que matan y ordenan matar, quisiera dedicarles un poema de Cortázar que dice así: “Zona donde la rata se ennoblece / y hay banderas innúmeras y cantan himnos / y alguien te prende, hijo de puta / una medalla sobre el pecho / Y te pudres lo mismo”.

Píldora de moda

La implacable Miranda Priestley que Meryl Streep (ahora nueva "Dama de hierro") interpretó admirablemente en la adaptación cinematográfica de El Diablo Viste de Prada (2006) bajo trapos y vituallas de Dior, Hermés, Manolo Blahnik, Valentino y, por supuesto, Prada, mereció aplauso cerrado, sobre todo por encarnar en plan alter-ego a Anne Wintour, editora del Vogue estadounidense, que acaba de ser condecorada como Legionaria de Honor por Sarkozy y cuyo vitriolo fue puesto en evidencia por una antigua asistente con su novela.

Píldora gacetillera

Si hay un colectivo social que aborrezco hasta el páncreas es el grupo formado por pseudogacetilleros, polemistas desinformados, ineptos, inmaduros, carroñeros, reporterastros acabados y demás listillos de poca monta que invaden los medios de comunicación de hoy en día. Mi desprecio, acoso y derribo hacia esos personajuelos no solo se debe a que, cuando abren el pico, echan toneladas de mierda sobre el tejado de quienes ejercen de cronistas con oficio y dignidad, sino también a que su única manera de contribuir a las atenciones que reclama el periodismo, además de las suyas propias (forrarse, alimentar el ego y conseguir los cinco minutos de gloria a costa de lo que sea y de quien sea), reside en levantar una mano para lanzar proclamas sobre ética laboral, mientras con la otra practican el dedo en el ojo para que, tras los justificados improperios del agredido, los rankings asciendan al parnaso de los soplagaitas. Qué triste y rastrera decadencia del periodismo nos ha tocado vivir...

Píldora griega

La penosa situación económica que atraviesa Grecia me siembra añoranzas por los buenos tiempos vividos con Melina Mercouri. Conocida como “La última diosa griega” por su rostro de Medusa y su extraordinario talento, la protagonista de clásicos como Topkapi (1964) o Nunca en Domingo (1960) es toda una institución en su país. Su férrea militancia izquierdista la condenó al exilio francés durante la dictadura militar. Regresó por la puerta grande, entre aclamaciones y con la cartera de Cultura como regalo, siendo la primera mujer que asumió la dirección de un ministerio en Grecia. Su labor se reflejó en una ardua lucha por recuperar los mármoles del Partenón, usurpados por el colonialismo británico, y en la creación de la famosa Capitalidad Cultural que una ciudad europea ostenta cada cuatro años. Tras morir de cáncer en el año 1994, su marido, el director francés Jules Dassin, creó una fundación que lleva su nombre para perpetuar su trabajo.

Píldora corrupta

Lo de la SGAE es un caso de corrupción a espuertas que va a salpicar a muchos y ha estado amparado por un ministerio que ahora se escuda en el socorrido refugio de las competencias autonómicas. Un feudo donde imperaba la Ley del Oeste desde la dirección del Judas de la versión española de Jesucristo Superstar. Algo así como el PGOU de la Marbella de 1986, modificado sistemáticamente desde que llegó el GIL al poder cinco años más tarde; una época para olvidar en la que se daban licencias para la construcción de 60 viviendas donde sólo cabían 20, y en la que existía una friolera de reclamaciones presentadas que los trincones de turno se pasaban por las lorzas. Pues la historia que vivía la SGAE, como casi todas estas historias, venía a ser más o menos igual.

Píldora asexual

Intentando organizar mi madriguera veraniega, encuentro una revista ya jurásica que no resisto hojear y me detengo en un artículo sobre los asexuales. El término me suena a asepsia, lo que equivale a higiene, depuración y, en lujuriosas ocasiones, falta de morbo o atractivo (o guáramo, como dirían en Maracaibo). Leo que son "gente que, sencillamente, no practica el sexo, no por cuestiones morales o éticas, sino porque no les interesa y prefieren canalizar su energía hacia otros ámbitos, como el intelectual o el profesional" (sic). Creo que ninguna celebridad se ha declarado abiertamente asexual, pero yo ya empiezo a hacer quinielas en mi lista. ¿Será Tom Cruise asexual? A ver si todo el marasmo mediático con Katie Holmes lo que realmente esconde es una asexualidad camuflada por la implacable Cienciología. ¿Y George Clooney? ¿Y Mariano Rajoy? Lo único que tengo claro es que si se prescinde del sexo para potenciar el intelecto, María José Campanario (¿se inspiró en la SGAE?) no es asexual.

Píldora ladrona

Me mosquea bastante que el lamentable robo del Códice Calixtino sea tratado como una raya en el agua por algunos opinadores "oficiales" del reino. No tienen más que echar un vistazo a este su portal y rondar con nosotros los oscuros túneles de pillaje que padece el patrimonio eclesiástico español de los últimos años: robos de tallas, de lienzos, de platería e incluso de murales. Lo peor es que esa práctica no siempre viene de fuera del convento, ermita o catedral de turno, y lo terrorífico es que lleva haciéndose desde siglos y hasta ha estado bien vista. Jo, país.

 

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