RESTAURACIÓN DEL IAPH PARA HUELVA

09/04/2011


 

 

 

El Cristo de Jerusalén y Buen Viaje es una estremecedora talla que representa a Jesús muerto en la cruz. La imagen, que acaba de ser restaurada por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), está tallada en madera de pino, mide 150 centímetros de altura e inclina la cabeza hacia abajo y levemente al lado derecho. Se halla crucificado por tres clavos al arbóreo madero, montado el pie derecho sobre el izquierdo.

La corona de espinas, pegada al cráneo, ha sido elaborada con cordel tintado y encolado. El cabello se dispone en simétricos y estriados mechones, cayendo una espesa guedeja sobre el hombro derecho. El rostro del Crucificado, actualmente uno de los titulares de la cofradía onubense de Los Judíos, es de notoria estirpe hebrea y posee la nariz larga y afilada, los ojos cerrados, abultados párpados, pestañas pintadas en la madera, y labios entreabiertos que permiten ver la lengua y la corona dentaria superior esculpidas en la madera.

 

 

Es un Cristo enjuto y dramático, con un impecable estudio anatómico que se esmera en recrear afanosamente las huellas de los crueles tormentos sufridos, desde la abundancia de regueros de sangre hasta la representación de heridas y contusiones con estuco y pergamino, llegando a verse los huesos de la espalda. Los brazos aparecen colgantes del travesaño y las manos, semicerradas. Llaman la atención las cruentas señales del martirio, cuya representación es muy característica del entorno artístico al que pertenece.

 

 

 

La restauración del IAPH ha consistido principalmente en la limpieza exhaustiva de la policromía, eliminación de repintes, restañado de grietas, resanado de ensambles y establecimiento de un nuevo sistema de sujeción al madero, en el dorso del perizoma, con el fin de prevenir daños estructurales. La imagen, venerada en la Catedral de Huelva, sufrió una actuación de limpieza y mantenimiento en 1983 a cargo de José Antonio Díaz Roca.

Hablamos de una pieza perteneciente a la escuela gaditano-genovesa de escultura sacra, como ya indicara en su momento el historiador José González Isidoro, fechable en torno a los años 1755 y 1762. La composición se relaciona con la del gaditano Cristo de la Piedad, obra documentada del escultor e imaginero Francesco Maria Maggio (1754), y con la del Cristo del Amor de las Capuchinas de El Puerto de Santa María (Cádiz), también vinculado a la producción de dicho artista genovés, considerado uno de los más interesantes de la mencionada escuela.

 

 
     
     
 
     
     
 

 

Noticia Relacionada en este

 

Volver         Principal

www.lahornacina.com