Como si de una novela por entregas se tratara, casi veinte días después del hallazgo casual en su interior de un documento autógrafo del autor de la escultura (ver enlace) ha sido revelado el nombre del escultor genovés que labró entre finales del siglo XVII y principios del XVIII el Yacente en madera policromada y articulada que se conserva en la Capilla del Santo Cristo de Chiclana de la Frontera (Cádiz).

Se trata del desconocido Andrea Cuesta, un "maestro de nasión genovés" como indica el manuscrito, que se hallaba avecindado en la villa y estaba casado con una chiclanera. Activo en la última década del XVII, recibió el encargo del Yacente por el mayordomo de la "ermanda de la soleda y del santo intierro, en el conbento del nuestro padre San Agustín" como señala el documento extraído. Esta desaparecida hermandad es la que aparece en otros legajos como Hermandad del Santo Entierro de Cristo Nuestro Señor la Soledad y su Santísima Madre en su Soledad y que efectivamente tenía su sede en el también desaparecido convento de San Agustín.

Se sabe que Andrea Cuesta recibió otro encargo para otra iglesia de Chiclana de la Frontera en la primera década del siglo XVIII. El hallazgo del documento permite abrir nuevas líneas de investigación sobre la colonia de genoveses en la villa, la historia de la antigua hermandad del Entierro de Cristo y María en su Soledad así como la vinculación con el convento de agustinos ermitaños fundado en 1577.

Además de la investigación histórica y el aspecto cultural que tiene el Yacente, otro factor importante a tener en cuenta es la conservación del mismo, ya que está padeciendo los problemas de la humedad que le transmite el muro lateral de la capilla. El brazo derecho de la figura está desprendido de la articulación del hombro. El izquierdo conserva todavía el antiguo sistema que permitía su articulación: un elemento metálico y piel de animal para permitir el movimiento. La escultura tiene las piernas ligeramente flexionadas, tobillos cruzados y un singular nudo tallado en el centro del sudario.

Con el apoyo del párroco y de la hermandad de la Vera Cruz ya se ha llevado a cabo una consolidación de emergencia de la policromía, así como una ventilación adecuada de la hornacina donde reposa el Yacente. Este tipo de imágenes articuladas se usaban para recrear en Semana Santa las escenas del Descendimiento y Entierro de Cristo. Los investigadores especializados aluden al origen medieval y centroeuropeo de estos ritos litúrgicos y de los cristos articulados (los más antiguos en España son el Cristo de los Gascones de Segovia y el Santo Cristo de Burgos). Con los cambios de liturgia y los cambios estéticos muchas de estas primitivas imágenes se sustituyeron, incluso a algunas se les quitó la articulación y se dejaron en una sola posición. En la provincia de Cádiz se han conservado algunos ejemplos, como el Santo Entierro de Puerto Real, el Cristo de las Ánimas de Tarifa o el Cristo Yacente de la iglesia de San Francisco de Sanlúcar de Barrameda.

El documento que albergaba esta talla en su pecho fue localizado por la restauradora Carmen Arias (Arias Restauro) mientras realizaba la inspección ocular del deterioro que sufre la imagen. El estado de algunos ensambles es tal que uno de ellos se desprendió dejando ver su ahuecado interior. La video endoscopia permitió constatar la existencia de un manuscrito a la altura del torso que fue minuciosamente extraído.

Desde la extracción del documento un equipo de especialistas busca desentrañar las claves del Yacente: María Belén Piqueras realizó un análisis preliminar y trascribió el texto, Jesús Romero Montalbán está realizando una búsqueda de documentación en el archivo parroquial y Diego Vidal Pérez, archivero municipal, revisa los datos que aportan el documento extraído y el origen de la familia genovesa mencionada. Por otro lado, la restauradora y máster en patrimonio Carmen Arias Guerrero se encarga de la investigación de la talla a nivel artístico, así como de la conservación de la imagen y del documento de autoría.