HALLAZGO DOCUMENTAL DE ARIAS RESTAURO (I)

01/07/2014


 

 
 
La conservadora Carmen Arias acaba de extraer el documento

 

El Cristo yacente articulado custodiado en la capilla del Santo Cristo de la localidad gaditana de Chiclana de la Frontera es de autoría genovesa y fue encargado por el mayordomo de la antigua hermandad de la Soledad y Santo Entierro a principios del siglo XVIII. Así se explica en un manuscrito autógrafo de su escultor hallado en el interior del Cristo por la conservadora Carmen Arias Guerrero mientras se realizaba una inspección ocular ante el preocupante estado de conservación de la talla, conocida en Chiclana como "Cristo yacente" o "Santo Entierro" y que se expone en un altar lateral en la capilla del Santo Cristo.

El documento encontrado en su interior de forma casual e inesperada es un folio plegado de unos 30 cm de largo y 22 de ancho, manuscrito a tinta, redactado en letra "humanística". Son veinte líneas escritas entre los años 1700 y 1800, según el análisis preliminar realizado por la profesora María Belén Piqueras de la Universidad de Cádiz (UCA). También está siendo analizado y transcrito por varios investigadores, entre ellos Jesús Romero Montalbán, quien ya había avanzado en el año 2010 la posibilidad de que esta imagen fuera la titular de la antigua hermandad de la Soledad y Santo Entierro, que entonces residía en el desaparecido convento de San Agustín (conocido también por su advocación de San Martín).

La autoría del Cristo yacente por un escultor de "nasión genovés", como explica el texto, la convierte en una talla única. Sería así el único Santo Cristo articulado conocido y realizado por una artista genovés y además afincado en Chiclana de la Frontera. Los artistas genoveses, según recientes estudios, se consideran una "escuela" artística única, fruto del ambiente cosmopolita que se vivía en la bahía de Cádiz en el siglo XVIII, que dejó notables ejemplos de su calidad escultórica en el patrimonio artístico-religioso de la provincia. El hallazgo permite abrir nuevas líneas de investigación sobre los genoveses en Chiclana de la Frontera o las vicisitudes de la antigua hermandad de la Soledad y del Santo Entierro y su relación con el convento de agustinos ermitaños de San Agustín (ubicado en las inmediaciones de la calle Convento).

 

 
 
Los especialistas Jesús Montalbán y Diego Vidal revisan el documento

 

El equipo multidisciplinar que está investigando tan singular imagen quiere ser prudente y estima que próximamente estará en condiciones de revelar los nombres del autor y del mayordomo de la antigua hermandad del Santo Cristo que encargó la talla. El documento, que también tiene un delicado estado de conservación, habla de que el Cristo "se isso" en un "agno santo", aunque no dice cuál. Los investigadores presuponen que era un "año santo" para la hermandad o para el convento agustino.

La inspección ocular que tenía por objeto valorar el grado de deterioro de la talla, realizada el pasado 26 de junio, fue autorizada por el Rvdo. P. Francisco Aragón y se realizó en presencia de miembros de la actual Hermandad de la Vera Cruz, con sede en la capilla del Santo Cristo. El dictamen, más allá del descubrimiento, alerta de que esta pieza singular del patrimonio artístico de Chiclana de la Frontera debiera ser restaurada urgentemente para evitar su deterioro. En la inspección se ha podido constatar que el brazo derecho está suelto, y que solo el izquierdo conserva todavía el antiguo sistema que permitía su articulación: un elemento metálico y piel de animal para permitir el movimiento. El Cristo tiene las piernas flexionadas y tobillos cruzados para favorecer su estética cuando se colocaba en la posición de crucificado.

El Cristo yacente tiene la peculiaridad de pertenecer al grupo iconográfico de los "cristos articulados" o "cristos del Descendimiento", que incluían un mecanismo para articular los brazos y cambiar su posición. Este tipo de imágenes articuladas se usaban en antiguos cultos del Descendimiento y Entierro de Cristo durante la Semana Santa. Al estar articuladas, la misma escultura se utilizaba en la escena de la Crucifixión y posteriormente en el Descendimiento. Los investigadores especializados aluden al origen medieval de estos ritos litúrgicos y de los cristos articulados (Cristo de los Gascones, Santo Cristo de Burgos) que tuvieron tal devoción que se siguieron tallando imágenes de este tipo en siglos posteriores por toda España.

Los pocos Cristos articulados de esta tipología que quedan en la provincia se están poniendo en valor gracias a las labores de restauración (como por ejemplo el Yacente del Santo Entierro de Puerto Real, el Cristo de las Ánimas de Tarifa o el Cristo Yacente de la iglesia de San Francisco de Sanlúcar de Barrameda). En otras localidades de España se están recuperando este tipo de imágenes y junto a ellas las tradiciones y los cultos en torno a la ceremonia del Descendimiento.

 

 
 
Detalle del estado de la articulación

 

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