La restauración de la Virgen de la Esperanza, dolorosa titular de la Hermandad de Penitencia y Cofradía del Santísimo Cristo del Amor, María Santísima de la Esperanza, Santa María Magdalena y San Bernardo Abad (La Línea de la Concepción, Cádiz), ha supuesto todo un reto profesional para el escultor e imaginero sevillano debido al alto grado de deterioro en el que quedó la imagen mariana tras el incendio que sufrió el 28 de mayo del pasado año 2022.

La Virgen es obra de Luis Ortega Brú, muy reformada por Manuel Hernández León en 1986. No es la primera vez que sufre los estragos de las llamas, ya que un desafortunado incendio en el año 1960, debido a una vela demasiado cercana, provocó graves daños en su rostro y manos, siendo el propio autor quien la restauró de forma totalmente desinteresada.

En 2022 los daños han sido aún más graves, ya que el fuego ha consumido la talla hasta dejarla sin policromía ni capa de preparación, y ha atacado de manera virulenta su modelado, desfigurándola completamente con la pérdida de la nariz, las orejas y los ojos, provocando además multitud de fisuras en el embón, carbonizando el soporte hasta 1 centímetro de espesor y perdiendo varias capas del mismo en las zonas afectadas.

El candelero y los brazos quedaron inservibles, y las manos perdieron todos los dedos y gran cantidad de materia del dorso y las palmas. Los párpados, superiores e inferiores, quedaron tan consumidos y frágiles que no fue posible mantenerlos una vez eliminados los restos de sus ojos acrílicos al retirar la mascarilla. Unos ojos colocados por Hernández León, quien alteró la mirada y retalló, estucó y policromó de nuevo la figura, borrando la fisonomía de Brú.

La intervención efectuada por Fernando Aguado ha logrado estabilizar todos los restos del rostro, cuerpo y manos para poder reconstruir encima todas las formas perdidas, además de eliminar del cuerpo todos los elementos metálicos de construcción y consolidar no sólo la materia afectada por el fuego, sino todos los ensambles, fortaleciendo especialmente el del cuello, ya que la cabeza de la imagen estaba cortada de manera trasversal, pegada y cosida con puntillas, algo que quedó al descubierto también tras este último incendio.

En el caso de las manos de la Virgen de la Esperanza, se ha actuado de la misma manera, realizando todos los dedos nuevos mediante talla directa de piezas en madera de cedro.

Los trabajos han culminado con el estucado y policromado al óleo, colocando nuevos postizos de lágrimas de cristal, pestañas de pelo natural y ojos acrílicos, el mismo material de los perdidos, modificando el tamaño de las pupilas para hacerlos lo más semejantes a los que tenía originalmente. También se ha realizado nuevo juego de brazos articulados y candelero interno, labor que ha corrido a cargo de Enrique Gonzálvez.

Para su presentación en el estudio de Aguado, la Hermandad de la Exaltación (Las Viñas), de Jerez de la Frontera, cedió una enagua de la Virgen de la Concepción, que como ya les informamos en su momento también ha sido restaurada por el artista, de hecho al mismo tiempo que la dolorosa de La Línea. Por su parte, la Hermandad de la Redención, de Sevilla, cedió el manto, la saya, la diadema y la peana de su dolorosa titular, la Virgen del Rocío.