XVI PREMIO DE LA HORNACINA. OPINIÓN DEL EXPERTO

Jesús Ángel Porres Benavides (31/03/2022)


 

 

Como ya decía mi antecesor José Antonio Díaz Gómez "formular un juicio crítico dentro de un proceso competitivo, es una tarea ardua, que exige atención, minuciosidad y respeto a la hora de valorar los trabajos propuestos". Efectivamente, ya he tenido esta responsabilidad y no siempre es un plato que a todos guste. Desde aquí quiero dar las gracias al grupo de La Hornacina, Jesús Abades y Sergio Cabaco, que tan bien viene haciendo su labor desde hace años y con los que he colaborado alguna vez, y reconozco también les he pedido ayuda, sobre todo por su magnífico banco de imágenes.

 

 

MODALIDAD DE ESCULTURA

 

Determinadas imágenes sagradas -y en especial las veneradas por las Hermandades y Cofradías- dice Carlos López Bravo, adquieren una fuerza extraordinaria en nuestra piedad popular y llegan a hacerse insustituibles; terminan sobreponiéndose a las advocaciones para convertirse en privilegiados hilos de comunicación con la divinidad. Es en esta imaginería destinada a la función procesional, de temática predominantemente pasional, donde comenta José Roda "la emancipación de la escultura de su marco arquitectónico alcanza su máxima expresión", constituyendo "un género no exclusivo, pero sí genuinamente hispánico".

La obra elegida ha sido el Crucificado de los Ejércitos y príncipe de la Paz, un crucificado de tamaño mayor que el natural realizado por el escultor sevillano Antonio Luis Troya Román para la capellanía castrense del mando de operaciones especiales para Alicante. La obra efectivamente tiene resabios de obras clásicas de la imaginería sevillana, en concreto de los crucificados que realizó José de Arce para la cartuja de Jerez de la Frontera o el que corona el retablo de la iglesia mayor de la Oliva en Lebrija (Sevilla). La policromía, sin duda, magistral. Por ponerle alguna pequeña pega o falta no me termina de convencer el paño de pureza, que quizás le falta profundidad y el acabado que parece algo "sintético".

Muy buena es la obra del imaginero malagueño José María Ruiz Montes, el Cristo de la Vera Cruz de Almogía (Málaga), que viene a sustituir a uno anterior que se destruyó en la Guerra Civil. Como él ha reconocido a veces en su obra, se plasma (o intenta plasmar) sus vivencias como cristiano, cuya fe como él dice, aprendió de manos de su madre. De sus obras anteriores debemos citar el Cristo de la Caridad de la hermandad del Cristo Yacente de Málaga. Como recuerda la profesora hispanista Susan Verdi Webster las esculturas "must not simply represent: it must at once invoke, evoke and provoke" y esto lo hacen muy bien las esculturas de Ruiz Montes.

De muchísima calidad me parecen los dos ángeles ceroferarios de la escultora utrerana Encarnación Hurtado para la Hermandad del Santísimo Cristo de San Agustín de Granada. Son dos ángeles muy interesantes que recuerdan la obra del taller de Roldán y en concreto las obras de Luisa Roldán. Encarna es una escultora de mucho recorrido y con mucha producción ya a sus espaldas.

Los ángeles ceroferarios de Lourdes Hernández Peña para el retablo del Cristo de Las Tres Caídas de la Hermandad de la Esperanza de Triana, han causado cierta expectación. Su obra también influida por los grandes escultores del barroco como Pedro Roldán tiene ese toque femenino tan singular de sus piezas.

También magnifica y merecedora de un premio es la imagen del sayón realizado por Juan Vega para la Hermandad de Zamarrilla, de Málaga, una escultura que aúna las claves que tiene que tener una imagen secundaria: expresividad, calidad, armonía, etcétera. Y por supuesto, que este narrando el papel que representa. Magnifico el tratamiento anatómico y la policromía.

Muy interesante ha sido la obra del onubense Abraham Ceada, "La aflicción de Cristo", pequeña obra escultórica en barro cocido donde recuerda a maestros de la imaginería barroca española como Francisco Salzillo o José de Arce, pero donde también hay un eco de la escultura policromada italiana que, procedente de Génova o Nápoles, arriba a Cádiz durante el siglo XVIII. La policromía también es de magnifica calidad.

De magnifica unción es la imagen titular de la pro hermandad cordobesa de Nuestro Padre Jesús de la Salud realizada por Manuel Luque Bonillo. Una imagen muy expresiva, muy bien resuelta y esperemos que las figuras secundarias están bien ejecutadas en el futuro.

José Luis López Sarmiento ha querido hacer como un revival con su imagen del Cautivo. También interesante es la Virgen del Rosario realizada por la gaditana Ana Rey para un particular de Ciudad Real.

Dentro de los denominados cristos sindónicos tenemos el Cristo de la Expiación que el profesor Miñarro ha realizado para el centro de espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús de Valladolid. Como otras obras que ha ejecutado (quizás aquí algo menos llamativo o lacerante), como el Cristo de la Hermandad de los Estudiantes de Córdoba, Juan Manuel Miñarro despliega aquí todos sus conocimientos sobre la Pasión que tan bien viene desarrollando en ese grupo de investigación pluridisciplinario de científicos de la Síndone.

Con un tratamiento más contemporáneo es el Cristo de la Humildad realizado por el imaginero Rafael Martín Hernández para Berja (Almería).

La dolorosa realizada por el escultor pacense pero afincado en Sevilla, Eduardo García Márquez es también digna de mención; recuerda modelos tempranos de Sebastián Santos y también a escultores clásicos como Montes de Oca. Muy interesante ha sido la dolorosa del cordobés Francisco Romero Zafra para el filipino Wilfredo Tadeo Layug; como recuerda la página de La Hornacina una "obra de gran belleza y muy representativa". Interesante y singular es la pequeña imagen de José María Ayala Benítez, un revival de obras de la escuela granadina como José de Mora o Risueño.

Magnifica la obra de la dolorosa para la hermandad penitencial Stabat Mater del colegio Hermanos Maristas de la ciudad de Alicante del escultor alicantino Ramón Cuenca Santo.

A Salamanca ha enviado el escultor sevillano José Antonio Navarro Arteaga el grupo de María Santísima del Dulce Nombre y san Juan Evangelista, para cuya hermandad ya realizó Nuestro Padre Jesús de la Redención. Las imágenes son de una gran belleza y esperemos que pongan algo de luz en el panorama mediocre de imaginería contemporánea en la Semana Santa salmantina.

Exquisita (y también digna de premio) ha sido la imagen de la Virgen del Rosario del escultor onubense Santiago Delgado Carrera para el templo de San Isidro Labrador de Almería. Es muy curiosa la asimilación de estilos, por un lado del escultor y ceramista Enrique Orce, que tantos trabajos realizó para la provincia de Huelva, como de los grandes imagineros granadinos del siglo XVIII como Risueño o José o Diego de Mora.

Muy bonita ha sido la representación de Jesús Cepeda de San José con el Niño para la parroquia de San Juan Bautista de Segura de Toro (Cáceres), una obra de tamaño académico que recuerda obras del barroco sevillano de artistas como Duque Cornejo o Benito Hita del Castillo. También correcto es el Ecce Homo realizado por Ángel Pantoja para la casa "María Inmaculada" de Rincón de la Victoria (Málaga).

De mucha calidad, aunque quizás llame la atención por su iconografía algo inusual, es la escultura de Cristo denominada "La Fuente" haciendo una alegoría de la famosa representación de Cristo como fuente de vida, y también una reinterpretación del Cristo de la Sangre de Bussy, del escultor jiennense Santiago Ydáñez.

Mención también especial habría que hacer al Cristo que ha realizado Fernando Aguado para la localidad alemana de Turkenfeld. Es una imagen de tamaño académico de un Ecce Homo con una interesante iconografía que quizás bebe de las estampas alemanas. Esta arrodillado en el suelo, con las manos atadas a la espalda y en los momentos previos a la crucifixión. Magnifica la policromía y el tratamiento anatómico.

Joaquín Barrera Cortes ha realizado un magnifico Ecce Homo de busto, muy elegante en madera de cedro con telas encoladas, me parece un escultor con buen desarrollo. También son interesantes la pareja de Ecce Homo y Dolorosa realizados por Manuel Martín Boillo. Muy elaborados son los relieves de la canastilla de Manuel Martín Nieto para la hermandad de Jesús Cautivo de su localidad natal y para la malagueña hermandad del Rescate. Muy buena, bien planteada y anatómicamente correcta es la imagen del Cristo de la Fe en su Sagrada Cena para Ayamonte (Huelva) que ha realizado el escultor onubense Juan Manuel Parra Hernández, aunque quizás no se entienda bien esa cabellera tan voluminosa.

Aunque no se le pueda dar el premio (o no se le deba dar) de manera consecutiva, es excepcional la obra de Darío Fernández de Nuestro Padre Jesús de la Presentación al Pueblo para Osuna. Una obra totalmente anatomizada que se distancia de la típica iconografía de Castillo Lastrucci, haciendo una reinterpretación de una obra barroca de la imaginería sevillana del siglo XVII sin hacer un pastiche, sino haciendo propio ese lenguaje plástico con unos resultados espectaculares.

De correcta factura y que recuerda a obras anteriores de figuras secundarias de escultores sevillanos es la imagen de Malco para el paso del Prendimiento de Albox (Almería), realizada por Manuel Madroñal Isorna.

En categoría de retratos o esculturas de santos me ha parecido muy buena la escultura del padre Arnaiz para la iglesia del Sagrado Corazón de Málaga realizada por Alejandro López. También dentro de las hagiografías de santos destaca la imagen de San Diego de Alcántara realizada por José Antonio Cabello. También bien tratada y de talla completa es la imagen de Santa Mónica para el templo de San Agustín en Valladolid que ha realizado el escultor jiennense Antonio José Martínez Rodríguez.

Del joven Juan Manuel Montaño Fernández decir que es bonita la imagen del San Fernando para Cuenca, aunque quizás sin algunos detalles iconográficos.

En pequeño formato destacaría las esculturas realizadas por el escultor murciano Arturo Serra para un Belén. Son pequeñas piezas de unos 24 cm. de altura realizadas en barro cocido. Aunque sin duda el autor está dentro de la gran tradición en la región murciana del Belén, pero su estilo y tratamientos más naturalistas y sencillos se distancian afortunadamente de los estereotipos belenísticos, de los cuales muchos carecen de calidad. Muy emotivos y bien resueltos el grupo de la fragua o los centuriones a caballo, y el grupo del regreso de Egipto a Nazaret. También en el campo belenístico me ha gustado la Adoración de los Reyes Magos del escultor de Campo de Criptana, Francisco Javier Muñoz Boluda.

Del San José realizado por Francisco Malo Guerrero para la localidad de los Villares (Jaén) me ha gustado especialmente la imagen del Niño Jesús y la cabeza del santo patriarca.

Muy bien realizada y técnicamente impecable, ha sido la imagen realizada por los Hermanos Cava para Almería. Quizás lo mejor (y también lo peor) es que han asimilado perfectamente el estilo de Francisco Salzillo. También dentro de las imágenes josefinas, de las que afortunadamente se han realizado tantas este año (por el año dedicado a él por el Papa Francisco), se puede mencionar la obra del murciano José Hernández Navarro para la ermita de la Virgen de la Huerta en su localidad natal.

Muy bonita y con mucha unción sagrada es la imagen de Borja Peña titulada María Santísima de la Salud con destino a Sanlúcar de Barrameda.

Por su juventud también tenemos que citar al imaginero sevillano pero formado en Córdoba con Antonio Bernal, Carlos Zafra, que ha realizado un busto de dolorosa en barro cocido y con telas encoladas de mucha expresividad. La imagen de María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso para la localidad jiennense de Villacarrillo también presenta mucha calidad. Ha sido realizada por el escultor malagueño Israel Cornejo.

Como recuerda Carlos López Bravo, "la imagen cumple una función catequética, auxiliar, constituye una ayuda para visualizar el misterio, para hacerlo plásticamente tangible las esculturas sagradas encarnan la realidad sobrenatural y la hacen visible y tangible para las personas". A través del tiempo la imagen ha constituido un vehículo para el creyente, un medio material que le acerca a la divinidad, evolucionando y adaptándose a las modas y técnicas artísticas de cada momento. La imaginería procesional y devocional se erige como una de las manifestaciones artísticas que a lo largo de los siglos ha conservado su función principal, la de ser expuesta al culto en la calle, derivando de ello toda la estructura simbólica y ritual que poseen.

 

 

 

 

 

MODALIDAD DE PINTURA

 

La elección en el apartado de pintura de este año ha sido el Cartel de la Semana Santa de Osuna de 2021 de Rubén Terriza. Muy interesante considero que es la pintura del joven pintor (Puebla del Río, 1996) que ya había pintado el magnífico cartel de la Navidad sevillana de 2021. El cartel muestra con una sencillez (que se agradece en estos tiempos de cartel, collages de demasiados elementos, todos "importantes y simbólicos" como la espadaña de la capilla, el nazarenito de la misma, el acólito que es el hijo de la prima del pintor, la cabeza del Cristo de tres cuartos fundida con la cabeza de la Virgen... en fin, no sé si en los textos como en la radio se percibe la ironía) lo fundamental, la Verónica con el paño de Cristo, en donde se ve la cabeza de Jesús Nazareno de Osuna. La obra recuerda elementos de la pintura simbolista y con guiños a los iconos griegos o la pintura gótica con esa diadema dorada. La Verónica que está sacada de un retrato, de una mujer normal... (que se agradece esto también...) está acompañada de unos pocos elementos florales a su alrededor (unos lirios y unos cardos tratados con mucha elegancia). Sin duda, como todo tipo de elecciones es una tarea compleja y realmente dolorosa el hecho de decantarme por un solo cuadro, con lo que sí me gustaría al menos comentar una serie de obras que me han parecido, al menos, interesantes.

Me ha gustado el cuadro de la Virgen de la Luz del pintor Josué Hernández, una especie de trampantojo moderno basado en la famosa imagen que se venera en la ciudad grancanaria realizada por el insigne escultor José Lujan Pérez. También reseñable es el cartel del Carmen para las fiestas de la Orotava 2020 por su elegancia y la originalidad del logo con el fondo de iglesias de la población como si fuera un negativo fotográfico.

La obra del pintor de Benalmádena (Málaga) José Antonio Jiménez Muñoz impresiona por sus modernos valores. Me ha gustado la peana que realizó para el Cristo apodado "El Chiquito" en la reciente exposición "El Verbo Encarnado" de la Catedral de Málaga. Muy interesante también ha sido por ejemplo el basamento de La Piedad por Ángel Sarmiento.

La imagen de San José de Raúl Berzosa para el centro cultural y deportivo Monteverde de Bogotá, un centro de acción social dirigido por el Opus Dei y que tiene entre sus fines la promoción de la juventud en ámbitos desfavorecidos, me ha parecido realmente genial. La obra muestra a San José orante con las manos cruzadas en actitud de veneración, como si estuviera delante de Jesús niño. Otro cuadro de Berzosa que me ha parecido muy bueno ha sido un pequeño lienzo titulado el Nacimiento de Cristo que ha sido encargado por una popular cadena de establecimientos de Málaga, su ciudad natal para una edición limitada de cajas de surtidos navideños. También muy bien tratado ha sido el cuadro de "San René Goupil" para la capilla de los Padres Jesuitas en Miami (Florida, USA). Realmente sublime a la vez que tierna dicha composición. La obra de Berzosa tiene unas calidades pictóricas extraordinarias como así lo demuestran sus últimas creaciones y también el éxito cosechado en España y en el extranjero con la realización de múltiples obras para hermandades, capillas o instituciones católicas.

De la reciente exposición de las Penas de Cádiz me gustan una serie de obras como son "Esencia de la Viña" de Rubén Terriza, y el bodegón de Jarén (José María Méndez) -al que desde aquí le enviamos un cálido abrazo por la reciente perdida de su madre-, "Devociones, I, II y III", formando un tríptico.

Muy elegante el cartel de Jesús Gil Pérez para el centenario de la Hermandad de la Virgen del Valle, patrona de La Palma del Condado (Huelva). De la pintora y restauradora Sheila Criado me ha gustado su pintura del Gran Poder.

Fantástico ha sido el cartel de Antonio Díaz Arnido por el 125 aniversario de la reorganización de la cofradía de Humildad y Paciencia de Cádiz (1896-2021). La simplicidad en cuanto a la resolución del cartel con la portentosa cabeza del Cristo que tallara Jacinto Pimentel entre 1637 y 1638 con ese fondo neutro morado, un color también emblemático en la hermandad, pues por ejemplo es el color de las túnicas, que destaca tanto la cabeza con esa orla amarilla donde van la tipografía en morado, rojo y negro.

Interesante también es el cuadro del pintor y escultor Víctor García de la Semana Santa de Torrevieja 2021 por representar una escena religiosa como es la Resurrección (haciendo un guiño a la mejorada situación sanitaria quizás) con el paso de Jesús por las magníficas playas alicantinas y como dice Sergio Cabaco por "un nuevo amanecer". Cuadro luminoso, bien planteado formalmente y con ecos de la pintura mediterránea de Sorolla.

Interesante por esos recuerdos de fotografía antigua el cartel del Jueves Santo de 2021 de Antequera de Andrés Carrasco, con un tratamiento algo naif pero muy emotivo.

Una mención especial merece el paño de la Verónica de la Hermandad del Valle del año 2020-2021 que ha realizado Paco Montañés. Es una imagen muy sencilla, a la par que pictórica y muy elegante que nos acerca a una idea contemporánea del paño de la Verónica, siendo a la vez clásico como lo fueron los retratos de Diego Velázquez.

También me han parecido muy interesantes las recreaciones antiguas como el trampantojo de la Virgen de la Fuensanta, patrona de Murcia, la Virgen del Rocío, patrona de Almonte (Huelva), o el Cristo Nazareno. Estas imágenes "reales" tenían su correspondencia en imágenes "pintadas" que Pérez Sánchez denominó "trampantojo a lo divino", o sea una pintura ilusionista que intenta crear engaño a la vista del observador. Estas imágenes se pintan tal como se las venera en sus altares, acompañadas de sus accesorios, tales como cortinillas, floreros, jarrones de plata o joyas o incluso cirios encendidos que vienen a corroborar la idea del "retrato" de la escultura. No eran por tanto figuraciones ideales de los personajes sagrados sino "verdaderos retratos" de sus imágenes de culto.

Interesante por ser una especie de revival y estar muy bien ejecutado técnicamente es la obra "Madonna degli arcangeli" del pintor Manuel Peña Suarez, en las que mezcla concepciones de la pintura de los Nazarenos británicos con el estilo renacentista italiano.

Llamativo por el material en que está realizado, el cobre (que se deja al descubierto para la tipografía) fue la obra de la Esperanza de Triana 2021 de José Antonio Jiménez Muñoz.

 

 

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