IMAGINERÍA SEVILLANA DEL BARROCO EN MADRID
Con información de Jesús Porres Benavides (19/10/2025)
En Madrid y en ciudades limítrofes como Alcalá de Henares se encuentran, a pesar de la ingente perdida de obras durante la guerra de la Independencia o la Guerra civil, algunas imágenes realizadas por escultores sevillanos o de su escuela. Muchas de estas obras reflejan la fuerte conexión artística y devocional entre la corte madrileña y el ámbito andaluz. Los jesuitas y otras instituciones religiosas contribuyeron a consolidar este flujo de esculturas. A todo ello hay que sumar adquisiciones efectuadas por museos e instituciones durante los siglos XIX y XX. |
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Cristo de la Buena Muerte Esta imagen presidia un retablo en una capilla en la iglesia del Colegio Imperial de Madrid, actual Colegiata de San Isidro el Real. Dicha capilla fue mandada construir por el consejero de Castilla Francisco de Tejada y Mendoza. Parece que el tracista o mejor dicho el "decorador" no era otro que el noble romano Giovanni Battista Crescenzi, marques de la Torre. Según consta, en el centro de dicha capilla debía disponerse "el cristo grande que tengo en mi oratorio". Se sabe de dos encargos de crucificados al escultor Juan de Mesa por el pintor Jerónimo Ramírez: en 1621, actuando como intermediario del mencionado Francisco de Tejada, y otro en 1627 de parte de Antonio Pérez. En ambos casos Mesa se comprometía a tallarlos según el modelo que realizó para la casa profesa de los jesuitas en Sevilla, actual titular de la cofradía hispalense de Los Estudiantes. Foto: Museo de la Catedral de la Almudena |
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Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli Esta talla también es de origen sevillano y está actualmente atribuida al círculo de Juan de Mesa. Durante un tiempo fue relacionada con Luis de la Peña, seguidor de Juan Martínez Montañés, maestro de Mesa. Es imagen concebida para vestir, maniatada por su condición de reo, que posee el cabello tallado bajo la característica peluca espesa de pelo natural que enmarca su dolorido rostro, lo que unido a la presencia de la corona de espinas lleva a ubicarlo en la iconografía de la Presentación al Pueblo por Poncio Pilato, también llamada Ecce Homo, que en la de Jesús conducido al palacio del Sumo Sacerdote, tras ser prendido en el Huerto de los Olivos. Foto: Archicofradía de Jesús de Medinaceli |
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Virgen de la Misericordia La imagen de Nuestra Señora de la Misericordia de Antezana se encarga en 1611 a un jovencísimo Juan de Mesa con destino al hospital del mismo nombre en Alcalá de Henares. Este hospital fue fundado a finales del siglo XV por don Luis de Antezana, a quien debe su nombre, y su mujer Isabel de Guzmán, con un origen muy modesto, contando solo con doce camas. La actual capilla es posterior y la preside esta imagen mariana, dependiente del modelo creado por el maestro Montañés con la Virgen y el Niño del monasterio de San Isidoro del Campo (Santiponce, Sevilla), cuya inicial advocación era Nuestra Señora del Remedio y Amparo. Foto: Fundación Antezana |
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Crucificado En la iglesia del Sacramento, del antiguo convento de religiosas bernardas o cistercienses, actual Catedral Castrense de las Fuerzas Armadas en Madrid, se conserva un crucificado que también tiene una clara relación con lo sevillano y que podría datarse en el primer tercio del siglo XVII. La obra se puede relacionar con otras del maestro de Villacarrillo Francisco de Ocampo (1579-1639) como el cristo del Calvario de Sevilla. Foto: Yolanda Pérez Cruz (Don de Piedad) |
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San Jerónimo Esta pieza, atribuida a Juan Pascual de Mena y Luis Salvador Carmona, guarda más relación con lo sevillano que con lo madrileño. Según nuestro criterio, corresponde más a una obra del círculo de Pedro Roldán y de la segunda mitad del siglo XVII. El perfil recuerda mucho a algunas obras de Roldán donde hay improntas de su plástica respecto a la técnica de talla, ausencia de postizos, etcétera, que, como comenta José Roda Peña, comparten muchos escultores contemporáneos al sevillano, entre discípulos, seguidores y admiradores de su plástica, lo que dificulta mucho su catalogación. Hubiera sido interesante definir más la autoría, pero resulta bastante problemático al contar solo con la cabeza. La presunta identidad iconográfica del busto de santo que estudiamos también es problemática, pues lo mismo podría tratarse de un San Jerónimo -al que, cuando no se le representa de cardenal (y no de simple diácono como éste) aparece como eremita-, como de San Pedro Nolasco, pues sus rasgos fisonómicos se parecen más al fundador de los Mercedarios. Tampoco a San Jerónimo tampoco se le suele representar tonsurado. Foto: Jesús Morate Roldán |
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San Joaquín Joaquín Sorolla realizó una serie de viajes a la ciudad hispalense entre 1902 y 1918. En estos parece ser que se dedicó a la compra de algunos objetos para la decoración de la casa que se estaba construyendo en Madrid. Algunas de los más relevantes tienen un origen andaluz, como la escultura policromada de San Joaquín, fechable en la segunda mitad del siglo XVIII y de escuela sevillana, que atribuimos a la órbita de Cayetano de Acosta o a alguno de los seguidores de Pedro Duque Cornejo. La peana de esta imagen fue adquirida a Antonio Roldán, comerciante de espejos, molduras y ornamentación religiosa en Sevilla y parece ser que la propia imagen también fue adquirida a la misma persona. Al lado del santo figuraba una imagen desaparecida de la Virgen María niña. Foto: Susana Vicente Galende |
FUENTES PORRES BENAVIDES, Jesús. "Escultura sevillana barroca en Madrid", en Escultura moderna y contemporánea en España: focos de creación artística, técnicas y artistas, Madrid, Dykinson, 2025, pp. 101-125. PORRES BENAVIDES, Jesús. "Obras escultóricas andaluzas en el Museo Lázaro Galdiano", en Actas del Congreso Internacional "Coleccionismo, mecenazgo y mercado artístico: Orbis Terrarum", Sevilla, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 2020, pp. 333-341. |
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