MES DE JUNIO
JESÚS CAUTIVO DE MEDINACELI

Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

 
 

 

La Orden Redentorista de los Trinitarios, a raíz de la liberación de cautivos cristianos en la guarnición de La Mamora (1682), encontró, junto con otras imágenes, la que luego se convertiría en el famoso Cristo de Medinaceli. Todas esas obras de arte fueron repartidas por los Trinitarios entre quienes más colaboraron con sus recursos a la redención, cayendo en manos de la Casa de Medinaceli, principal benefactora de la causa, la hechura cristífera que, por ese motivo, habría de tomar el nombre del reputado clan de aristócratas.

Desde su hallazgo, el venerado icono ha tenido una azarosa existencia. Con motivo de la Exclaustración del XIX, tuvo que ser llevado a la Iglesia de San Sebastián y, durante la Guerra Civil, fue sucesivamente trasladado a Valencia, Cartagena, Figueres (Girona) y Ginebra, desde donde volviera en el año 1939, finalizada la contienda, formando parte de la expedición de objetos de arte remitida al Museo del Prado.

La talla es de origen sevillano y ha venido atribuyéndose al escultor Luis de la Peña (hacia 1620), seguidor de Juan Martínez Montañés. Es imagen concebida para vestir, maniatada por su condición de reo y con cabellera tallada bajo la espesa peluca de pelo natural que enmarca su dolorido rostro, lo que unido a la presencia de la corona de espinas lleva a ubicarlo mejor en la iconografía de la Presentación al Pueblo o Ecce Homo que en la de Jesús conducido al palacio del Sumo Sacerdote, tras ser prendido en el Huerto de los Olivos.

Goza de una gran devoción en su Basílica situada en pleno centro de Madrid y ha establecido un prototipo en la imaginería que ha sido imitado hasta la saciedad desde el siglo XVIII hasta nuestros días.

 

Anterior entrega en este

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com