BELENES EN VALLADOLID. LA OBRA DE JOSEP MARIA SERT

23/12/2012


 

 

Al belén napolitano del Museo Nacional de Escultura le faltan este año algunas de sus casi 200 figuras; entre ellas, algunas de las más bellas y originales (la Arménide del cortejo de los Magos, el pastor dormido, un paje africano, varios músicos o la mujer del bocio); pero no están lejos: han "viajado" a la planta baja del Palacio de Villena; a una muestra sobre Josep Maria Sert (ver enlace), donde son las estrellas protagonistas y en la que domina un ambiente muy distinto del amable, doméstico y navideño Nacimiento.

Sert fue un artista internacionalmente célebre en el periodo de entreguerras que empleaba las estatuillas articuladas de un belén napolitano. Con ellas montó teatrillos, que fotografió entre los años 1927 y 1935 para luego trasladar esas imágenes a la escala de las imponentes decoraciones murales encargadas por los Rockefeller, la Sociedad de Naciones o los Rothschild. Los visitantes podrán descubrir, bajo el disfraz de marineros vascos, trapecistas (imagen superior) o incluso monjas carmelitas, a los mismos personajes que se pasean aquí por el bullicioso Nápoles.

Aunque convivió con las vanguardias del siglo XX, Sert desarrolló una obra "barroca" con la que obtuvo un gran reconocimiento internacional. Como hemos apuntado, Sert manipulaba las figuras de belenes napolitanos del siglo XVIII hasta convertirlas en auténticos actores dramatizados para sus fotografías.

En la muestra se pueden ver 18 de esas figuras que el pintor utilizaba como referente, junto al resultado de su trabajo. Todas ellas forman parte de la colección permanente del museo, y dos de ellas (la Arménide y el Caballo de Paso) fueron propiedad del artista, quien las adquirió a través del marchante Vincenzo Castello.

Estas figuras tenían para Sert gran interés por las posibilidades expresivas que le brindaba tanto la articulación de sus cuerpos, como el realismo de sus facciones. El artista las sometía a complicadas poses y el montaje final es lo que captaba con su cámara desde inesperados ángulos. Con ellas recreaba todo tipo de situaciones: desde el disparate goyesco, pasando por los castellets (imagen inferior), hasta llegar a la fantasía exótica. Las ropas las confeccionaba una costurera, y ese realismo es el que le permite observar después, sobre la fotografía, cómo incide la luz sobre esas telas que plasmaría más tarde en sus lienzos. Es así como bajo el objetivo de su cámara, Sert transforma la tradición popular navideña en un universo tan alucinado como inquietante.

 

 

Por otro lado, la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Valladolid invita cada año a contemplar un gran Belén en el bello espacio de la Sala de las Francesas. En esta ocasión, el encargo ha sido realizado a la Agrupación Belenista La Adoración, que nos presenta el trabajo de uno de sus fundadores: José María Villa.

En la construcción de su Belén inciden variedad de elementos que, desde la concepción del proyecto y hasta el montaje final, precisan de conocimientos, estudio de técnicas, experiencias de taller, intercambios de ideas, lecturas bíblicas, etcétera. Todo ello constituye el bagaje de un buen belenista: información y vocación; es decir, lo que José María Villa plasma en sus belenes.

José María Villa inicia muy pronto el aprendizaje en la familia, primera y verdadera escuela del belenismo, donde aprende el uso y manipulado de diversos materiales como el corcho, el papel de aluminio para el riachuelo, etcétera, y donde se va sensibilizando con el inconfundible olor a musgo. En los recuerdos de Villa permanecen los escenarios familiares: el pasillo de la casa, la buhardilla compartida con la carpintería del abuelo, y un largo etcétera. Aquellos belenes tenían el encanto de la espontaneidad, donde no importaban ni la perspectiva ni la proporcionalidad en las representaciones.

En esta Navidad del año 2012, Villa nos ofrece un belén de corte eminentemente paisajístico. El escenario donde se sitúa el Misterio (imagen inferior) sorprende y cautiva a sus visitantes por el realismo, la estudiada composición y el acertado tratamiento del paso del tiempo en la arquitectura que conforma la urbe. En el centro, una casona atrae la atención: en la cuadra, entre pequeños objetos y utensilios, al calor de los animales el hijo de Dios ha nacido entre nosotros.

En el pueblo destaca su calle empedrada a dos vertientes, por la que los habitantes transitan acarreando diversas herramientas de labor, las casas, con sus puertas y herrajes, chimeneas, balcones corridos... notas tradicionales en este tipo de aldeas como medio de relación de sus moradores. Una singular y típica fuente pone una nota de vida con su continuo fluir de agua a través de sus dos caños que discurre hasta el abrevadero.

 

 

Belén del Museo Nacional de Escultura: hasta el 4 de enero de 2013 (Palacio de Villena, Calle Cadenas de San Gregorio, Valladolid); de lunes a sábado, de 11:00 a 14:00 y de 16:30 a 21:00 horas; los domingos, de 11:00 a 14:00 y de 18:00 a 21:00 horas; cerrado los lunes y los días 24, 25, 31 de diciembre de 2012 y 1 de enero de 2013. Belén de la Sala de las Francesas: hasta el 6 de enero de 2013 (Calle de Santiago, nº 20, Valladolid); de martes a domingos y los días festivos, de 12:00 a 14:00 y de 18:30 a 21:30 horas; los lunes, cerrado.

 

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