LA VIRGEN DEL PADRE CAYETANO ERRICO

Pablo Algaba Piña (21/10/2008)


 

El Padre Cayetano Errico nació y vivió en Secondigliano, una población suburbana de Nápoles, entre 1791 y 1860. Hacia finales de septiembre de 1824, en su retiro anual, Cayetano se recogió en oración, cuando San Alfonso, no tardó en aparecérsele. Le señaló a la Virgen Dolorosa que resplandecía como aurora en ese cielo paradisíaco, diciéndole: "Este es el signo de la voluntad de Dios y en este signo vencerás". El Padre Cayetano decidió hablarle a la gente sobre el mensaje de San Alfonso. El mensaje divino, no se refería a su alejamiento, sino que el Señor quería la construcción de una iglesia dedicada a la Santísima Virgen Dolorosa.

A finales de 1834, en un taller situado junto a la Iglesia de San Nicola del Pozzo, trabaja uno de los más destacados escultores de la época, Francesco Verzella. Se le encargará por petición de Cayetano un grupo escultórico de la Virgen Dolorosa con los ángeles que había visionado en una de las apariciones de San Alfonso. Plasmó su idea con pasión y entusiasmo, y Verzella se comprometió a hacer todo lo que estuviera de su parte. El escultor hizo un rostro de perfectas líneas y dulce expresión; sin embargo, Cayetano, al tiempo que reconoce su valor artístico, no queda satisfecho por lo que el artista se ve obligado a rehacerla. La tradición dice que al decimoséptimo intento, Cayetano exclama: "Es ella misma", pues había representado a la misma imagen que le había mostrado San Alfonso.

El grupo representa a la Virgen al pie de la cruz en el momento que desfallece. De su rostro suavísimo respira un dolor profundo, combinado con una calma que subyuga. Mientras un ángel la conforta apoyándola con su mano derecha, dos angelitos con los ojos lagrimosos lloran por tan grande dolor. En su angustia mortal están presentes la humilde docilidad de la Anunciación y el sublime presentimiento de la Resurrección.

Según la tradición, la Virgen hizo su entrada en el barrio napolitano de Secondigliano en el año 1835. Toda la población salió a su encuentro para acompañarla a su Capilla. Cayetano, entonces, conmueve profundamente a la población con sus palabras, insistiéndoles en que tuvieran una confianza ilimitada en la bondad de sus corazones. A partir de ese día, Nuestra Señora de los Dolores se convirtió en el consuelo de los habitantes del barrio de Secondigliano, y también en la fusión de dos nombres, el de la Virgen de los Dolores y el de Cayetano Errico. Por eso el pueblo la conoce como 'La Virgen de Don Cayetano'.

Como toda Madre es en el hogar luz y motor, fuente de vida y alegría, 'La Virgen del Padre Cayetano' fue Reina y Madre de Misericordia para toda la población. Quien quería gracias y consuelos, se arrodillaba a los pies de la Virgen del Padre Cayetano, recibiendo señalados favores celestiales.

Durante las epidemias de cólera de los años 1836-1837, de 1854 y 1884, durante las erupciones del Vesubio en los años 1854-55 y 1906 y durante la primera y segunda guerra mundial, la gente en su desamparo, levantó sus pupilas esperanzadas hacia la Virgen, trono de toda gracia, y de muchas maneras gozó de su maternal protección.

 

 

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