La imagen de María Santísima de la Fuensanta, patrona de Murcia, ha recibido una destacada ofrenda en los días de su festividad. Se trata de un nuevo traje completo, ofrendado por la Corte de Damas de la Virgen con motivo de su centenario. El conjunto está compuesto por el manto y el vestido de la Virgen y la túnica del Niño Jesús, y ha sido diseñado y confeccionado en los talleres de bordados "Virgen de la Amargura" del Paso Blanco de Lorca, donde han empleado cuatro meses para realizar esta joya del bordado lorquino (ver enlace) que viene a enriquecer, el ajuar de la patrona de Murcia, constituyéndose en su décimo traje de gala o bordado.

El director artístico del proyecto ha sido Miguel Ángel Lario Ruiz, la jefa del taller Marisol Pérez Gil, y el equipo de bordadoras ha sido el siguiente: Fina Gómez, Maruja González, Catalina del Vas, Catalina Llamas, María de las Huertas Úbeda, Agustina García, Nasera, Encarna Abellaneda, Elena Romera y Toñi Ruiz. Todos bajo la supervisión de la presidenta de la Corte de Damas, Pilar Cáceres Hernández-Ros, y de Teresa Gómez Aguilera, nuera de la camarera de la patrona de Murcia (Pilar de la Cierva) y vestidora de la imagen sagrada.

Sobre un raso de seda natural color blanco roto se despliega una amplia greca bordada en oro que recorre todo el manto, siguiendo un barroco diseño de hojarascas y flores, ocho de ellas bordadas al aire y con su interior bordado en plata. La espalda del manto o cola está presidida por la paloma del Espíritu Santo, bordada en sedas con las famosas técnicas del bordado lorquino de estas características, mediante las cuales da la sensación pictórica. Bajo el Espíritu Santo se encuentra el motivo que da nombre a la "Morenica": la Fuente Santa, con sus líneas arquitectónicas bordadas en oro y el agua representada con cientos de pequeños cristales de roca. Son también muy armoniosos los bordados realizados en el vestido y en la túnica del Niño Jesús.

El conjunto estuvo expuesto en el Museo de la Catedral de Murcia hasta el pasado 12 de septiembre, día en el que pasó a vestirlo y estrenarlo la Virgen de la Fuensanta con motivo de su festividad. La imagen es el resultado de la remodelación efectuada por Roque López en el año 1800 a un icono de origen medieval.