EL CRUCIFIJO PROCESIONAL DE DONATELLO

22/03/2020


 

 

Un largo proceso de restauración que ha durado más de cinco años ha confirmado la atribución a Donatello que el historiador del arte Gianluca Amato realizó hace algunos años respecto a la autoría del Crucifijo procesional conservado en la Iglesia de Sant'Angelo del distrito florentino de Legnaia.

Por su finalidad procesional, este Crucifijo mide 89 cm de altura, pesa solo 3,3 kg y además de haber sido tallado en una de las maderas menos pesadas, la de álamo, se encuentra ahuecado en su interior. Ha llegado hasta nosotros en un estado irregular, ya que se encuentra muy bien conservado a excepción de la cabeza, que ha perdido la capa de estuco modelada sobre la madera, así como los mechones inferiores del cabello.

El análisis del material y las técnicas de ejecución, así como la comparación de los datos estilísticos y expresivos, han permitido a Gianluca Amato, estudioso de la escultura renacentista, reconstruir la historia del Crucifijo y rastrear su autoría hasta llegar a Donatello, padre de la escultura italiana del siglo XV.

Fue en su tesis doctoral de 2013, dedicada a los crucifijos de madera toscanos realizados entre finales del siglo XIII y la primera mitad del XVI, cuando Amato relacionó por primera vez el Crucifijo con el arte de Donatello, quien lo talló en sus últimos años en torno a 1460-1466. La cruz a la que se halla fijado no es la original.

Además de procesionar en el habitual tiempo de Cuaresma, este Crucifijo era sacado a las calles de Legnaia en tiempos de calamidades y durante las epidemias, como la de la peste acaecida en el siglo XVII. Junto con una imagen mariana y una reliquia de Sant'Aurelio es el gran icono devocional de la población.

 

 

La versión de Legnaia contrasta con las otras de Donatello sobre el mismo tema, todas anteriores y de gran monumentalidad: la de madera de Santa Croce (Florencia), obra juvenil (ver enlace), y las de la Iglesia de Santa Maria dei Servi y la Basílica de Sant'Antonio, ambas en Padua y en madera y bronce, respectivamente.

El Crucifijo se relaciona también con el grupo "Judit y Holofernes" del Palazzo Vecchio de Florencia, tanto a nivel anatómico con la figura masculina, como al plegado de los paños, existiendo notables similitudes entre su perizoma, modelado en lienzo impregnado de cola y yeso, y el atuendo del mencionado conjunto.

La referida restauración ha conllevado el redescubrimiento de la policromía original del Crucifijo en aquellas zonas donde se conservaba. Dicha policromía es comparable, a nivel conceptual, con las obras de los artistas florentinos relacionados con el pintor renacentista Neri di Bicci.

Tras la restauración, el Crucifijo ha vuelto a su ubicación original en el oratorio de la Compagnia di Sant'Agostino (hoy Oratorio di Sant'Aurelio), adyacente a la iglesia de Sant'Angelo. Las cinco policromías que le fueron aplicadas desde el siglo XVII hasta la segunda mitad del siglo XIX, tanto en el cuerpo como en el paño de pureza, habían mermado sus valores plásticos y ocultado su importancia artística.

El Crucifijo ha sido restaurado por Silvia Bensi, bajo la dirección de Anna Bisceglia, de la Soprintendenza Speciale per il Polo Museale Fiorentino, con cuyos fondos se han financiado unos trabajos que, principalmente, se han dirigido a la recuperación de la policromía original o, en todo caso, de la más antigua en el tiempo.

 

 

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