ISAÍAS (10:1-2), JEREMÍAS (22:3), SALMO (82:3-4)

06/11/2025


 

 
 

 

Isaías (10:1-2), Jeremías (22:3), Salmo (82:3-4) es una obra viva alegórica que une la causa palestina con el mundo cofrade a partir de la imagen de Jesús de la Humildad, llamada así en honor de la imagen homónima de Granada, una talla procesional de la familia de escultores barrocos Mora que representa el Escarnio de Cristo.

La obra ha sido diseñada, idea, dirigida y conceptualizada por el artista Luis Gallas Martínez, que ha contado con la colaboración del escultor e imaginero Mario Melero en la parte escultórica. Las indicaciones para la realización de este busto fue de realizar un apunte rápido y sin detalle, a tamaño natural, de la citada imagen del Señor de la Humildad.

En la obra, que formó parte de la exposición La Cañilla, 100 años de Realejo, también han participado Alejandro Pérez Cuadros (corona de espinas), Pedro Sánchez (confección del costal), Pablo Fernández Hurtado (lágrimas), Óscar Martín del Pozo (ajustes de la obra) e Ignacio Martínez González (fotografías).

 

 
 

 

Esta creación representa la carga de Dios en este conflicto a través de la figura del costalero, vistiendo un costal realizado en tisú de plata ("El Señor reina vestido de majestad"); loneta con los versículos del título en la diadema (extraídos de la versión árabe de la biblia) y un medallón que representa el hermanamiento del Cristianismo con el Islam. En la parte inferior, y sin ser visible cuando está puesto en el busto, una cenefa barroca con la granada en el centro.

Gallas quiere dedicar esta obra a las víctimas del genocidio y defiende una Palestina libre. Su pedestal busca jugar con el reflejo de las personas que se encuentran frente a la obra. Hecho de espejo, aparecen escritas bajo los colores de la bandera palestina las cifras de los fallecidos desde el inicio del conflicto en Gaza y actualizada cada día. Sobre el busto, una corona de espinas dorada, basada en la original, simboliza el dolor de los inocentes.

 

 

 
 
Para la misma muestra Mario Melero realizó Coronación de Espinas, su primer dibujo a gran escala. El artista interpreta, mediante el grafito, dicho pasaje bíblico vinculado a la iconografía procesional de la Cofradía de la Humildad (La Cañilla). La composición centra la atención en la figura de Cristo, sentado y maniatado, coronado de espinas por tres hombres: a la derecha, un sayón que ejerce violencia sobre la corona; a la izquierda, dos soldados romanos, uno sosteniendo la clámide púrpura con gesto impasible y otro que, portando una cañilla, llega irrumpiendo en la escena para ayudar al sayón. Melero no se limita a reproducir fielmente las tallas, sino que, inspirándose en ellas, las dota de un gran realismo expresivo a través de variadas posturas y gestos. El resultado es una escena naturalista y violenta, de intensa carga emocional, que combina tradición devocional y sensibilidad contemporánea.

 

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