EL TALLER DE PEDRO ROLDÁN Y LA VIRGEN DEL SOCORRO DE VALENCIA (VENEZUELA)
Luis Manuel Díaz, José Gabriel Rabasco Aguilar y Jesús Abades (20/06/2025)
La Virgen del Socorro es patrona del estado venezolano de Carabobo y de su capital, la ciudad de Valencia, donde recibe culto en la Catedral, también conocida como Basílica Menor de Nuestra Señora del Socorro en honor a la advocación mariana que nos ocupa, cuya festividad se celebra cada 13 de noviembre. Durante siglos se ha afirmado que en el puerto de Borburata, también en Carabobo, en lugar de la Virgen del Socorro que había sido encargada por la Cofradía del Espíritu Santo y Nuestra Señora del Socorro, aproximadamente hacia 1694, descargaron por equivocación una imagen de la Virgen Dolorosa que tenía como destino una localidad de Perú. Sin embargo, el presbítero Luis Manuel Díaz, historiador de la Arquidiócesis de Valencia, afirma que la devoción por la Virgen del Socorro surgió mucho antes de que las clases más pobres de la ciudad encargaran a Sevilla la imagen, por lo que debe considerarse una leyenda la versión según la cual en la Basílica Catedral se venera una Dolorosa por otra advocación de la Virgen María. Según el presbítero, cuando llegó la imagen de Nuestra Señora de los Dolores al puerto de Borburata no se produjo un cambio de caja sino un cambio de nombre. Los grandes conquistadores encontraban seguridad y firmeza en su fe en Dios a través de la invocación maternal de la Santísima Virgen del Socorro. También en la Nueva Valencia, en los albores de la misión, habían llegado familias devotas por aquella advocación. La presencia de la Virgen del Socorro en Valencia se remonta a finales del siglo XVII; de hecho, hay constancia de que en 1694 ya se encontraba entre nosotros esta preciosa imagen. En España, una imagen de La Piedad comenzó a ser llamada Nuestra Señora del Socorro. En Guatemala sucedió lo mismo: fundaron una iglesia parroquial, y la primera imagen que llegó fue una de La Piedad, pero enseguida la llamaron Nuestra Señora del Socorro. Era costumbre darle ese nombre a la Madre de Dios. En Venezuela, los miembros de la Cofradía del Espíritu Santo de Valencia hicieron todos los trámites necesarios para adquirir una imagen de la Virgen del Socorro. Cuando escribió sobre este asunto, Enrique Bernardo Núñez afirmó que, lo más probable, es que la imagen viniera después del saqueo de Valencia por los franceses en 1677, y se la llamó el Socorro de Valencia para invocarla en tiempos de sequías y hambre, guerras, pestes y otras calamidades. Dicha cofradía data de 1616. En el Archivo General de Indias encontramos un expediente de la Cofradía del Espíritu Santo y Nuestra Señora del Socorro. Contiene la aprobación y confirmación del rey Fernando VI de unas nuevas constituciones de la referida cofradía por petición del mayordomo Juan Ambrosio Páez, y en la misma están insertadas dos constituciones, una de 1616 y otra de 1723. El 19 de mayo de 1616, fray Juan de Bohórquez, obispo de Caracas y Venezuela, había aprobado, en la parroquia de Nuestra Señora de la Anunciación de la Nueva Valencia, las constituciones de la Cofradía Espíritu Santo. Sus fundadores negros, pardos, mulatos e indios ladinos esclavos y libres eran grandes devotos. En el espíritu de las primeras constituciones de 1616 encontramos quienes dieron origen a la cofradía del Espíritu Santo y de Nuestra Señora del Socorro. Los españoles cofrades no podían ni votar ni ser dueños para que no gozaran de superioridad, porque la cofradía estaba "rendidamente constituida por esclavos". El 6 de noviembre de 1723, el obispo Juan José de Escalona y Calatayud había aprobado canónicamente la nueva constitución con el nombre de Cofradía del Espíritu y Nuestra Señora del Socorro, siendo el presbítero Pedro Thamaron cura y rector de Valencia. |
Sobre la llegada de la imagen a Valencia, la constitución de 1723 recuerda que, muchos años después que se fundó la cofradía, se consiguió la milagrosa imagen de la Virgen con la advocación del Socorro, y desde entonces se mantiene el culto y veneración. La imagen fue adquirida por los pardos de la ciudad pidiendo limosnas. Resulta de interés histórico que, en una sociedad tan discriminativa como la colonial, las clases más humildes de la Nueva Valencia (hombres y mujeres calificados en aquel tiempo de clase inferior: negros, esclavos libres, mestizos y pardos) lograran traer desde Sevilla una imagen que, prácticamente, se convirtió en patrona de la ciudad venezolana desde su llegada. Fue un sector de la sociedad colonial que, en el siglo XVII, tuvo un crecimiento vertiginoso que evidenció el mestizaje cultural. En cuanto a la fecha de su festividad, las Leyes de Indias ordenaban a todas las poblaciones de América Latina que, el segundo domingo de noviembre, se celebrase la fiesta solemne a la Virgen María bajo diversas advocaciones. En la ciudad de Valencia, aunque fundada bajo la protección de Nuestra Señora de la Anunciación, tomaron a la Virgen del Socorro como la imagen mariana de mayor devoción. Ya en el siglo XVIII había grupos de valencianos que pedían al obispo el nombramiento como patrona de la ciudad y de la parroquia a Nuestra Señora del Socorro, que había desplazado en fervor a Nuestra Señora de la Anunciación, bajo cuya advocación fue fundada la ciudad. Pero no fue hasta 1922, al ser creada la Diócesis, cuando se estableció a Nuestra Señora del Socorro como patrona de la misma y de la Catedral. La Dolorosa fue la primera virgen en Venezuela coronada canónicamente por autorización del papa Pío XII en 1910. El templo catedralicio donde recibe culto se empezó a construir en 1580, si bien, en el transcurrir de su historia, ha sufrido varias reconstrucciones y remodelaciones, perdiendo parte de su estilo colonial originario. En 2010, con motivo del centenario de su Coronación Canónica, la venerada imagen salió de la Catedral de Valencia para recorrer las comunidades de casi todos los municipios en una cabina especial, denominada "Socorro móvil". Los numerosos actos conmemorativos incluyeron una Misa Rociera. |
Respecto a su autoría, hasta ahora anónima, el investigador cordobés José Gabriel Rabasco Aguilar apunta en este artículo su relación con el taller del escultor e imaginero sevillano Pedro Roldán (Sevilla, 1624-1699), en especial con su discípulo Ignacio López (Sevilla, 1658 - El Puerto de Santa María, Cádiz, 1718). A falta de documentación, Rabasco Aguilar fundamenta su teoría en las características formales de la Dolorosa, signo inequívoco, según él, de esa estirpe de descendientes de Roldán, caso de los párpados en diagonal, las manos carnosas y redondeadas, el labio inferior más grueso o la mueca que adoptan las aletas nasales por el gesto de dolor. No parece, por otro lado, que la Virgen del Socorro haya sido retocada, al menos significativamente, en intervenciones posteriores, ni siquiera a nivel de una nueva policromía que haya podido velar sus rasgos primitivos, algo muy frecuente en las tallas antiguas de Latinoamérica procedentes de España o realizadas por artistas indígenas siguiendo modelos españoles, en su gran mayoría sevillanos. Recordemos que Ignacio López fue un destacado escultor barroco, a cuya relegada figura, redescubierta en 2006 por José Manuel Moreno Arana, ha dedicado diversos estudios y conferencias dicho historiador jerezano desde entonces. Sevillano de nacimiento y de formación, terminará afincándose en El Puerto de Santa María (Cádiz), desde donde desarrollaría una fecunda actividad para toda la comarca a lo largo del último cuarto del siglo XVII y las primeras décadas del XVIII. Durante la segunda mitad del XVII, El Puerto de Santa María se convierte en una ciudad floreciente gracias al comercio con América. Paralelamente, Sevilla, cuyo arte llega por estos años al pleno barroco de la mano de artistas como Pedro Roldán o el retablista Bernardo Simón de Pineda, entra, en cambio, en un periodo de franca decadencia económica. Esta difícil situación, unida a la búsqueda de trabajo en un marco menos competitivo, llevará a instalarse en los principales núcleos de la actual provincia de Cádiz durante el último cuarto del XVII a diversos escultores y retablistas procedentes de Sevilla, que terminarán difundiendo en la zona las formas de Roldán y Pineda. Entre ellos se encuentran el escultor Ignacio López y el ensamblador Alonso de Morales, este último discípulo de Bernardo Simón de Pineda. Gran parte de las tallas de Ignacio López se encuentran fechadas en torno al año 1694, datación que coincide con la llegada a Venezuela de la Virgen del Socorro. Todas comparten una serie de rasgos, especialmente perceptibles en sus rostros ovales, enjutos de marcados pómulos y angulosos perfiles en el caso de las figuras masculinas, de nariz larga y ligeramente encorvada, labios carnosos y de perfilado dibujo y barbilla pequeña y redondeada. Son igualmente característicos el abocetado y dinámico tratamiento del cabello, de clara inspiración roldanesca, los esbeltos cuellos de tensa anatomía y las manos de cuidado modelado y conseguida expresividad. Consultado por Rabasco Aguilar sobre la hipótesis de la Virgen del Socorro, Moreno Arana considera sin duda que es de escuela sevillana y del círculo de Pedro Roldán, y que tiene conexiones con Ignacio López pero también con la escultora Luisa Ignacia Roldán (hija y colaboradora de Pedro Roldán durante el tiempo que estuvo en el taller paterno) y con la Virgen de los Dolores del templo sevillano de San Alberto, obra del taller de Pedro Roldán que fue mutilada en 1796 para convertirla de talla completa a imagen de candelero para vestir, cuyas cabeza y manos son las originales si bien la policromía actual de las mismas data de finales del siglo XVIII y se atribuye a Cristóbal Ramos. |
NOTAS Y BIBLIOGRAFÍA Con información de José Manuel Moreno Arana. |
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