LAS PATRONAS DE CHUCENA Y ESCACENA (HUELVA) Y EL ORIGEN PÚNICO DE ITUCI

Martín Sánchez Franco (04/06/2022)


 

 
 
Virgen de la Estrella (Chucena, Huelva)
Foto: Hermandad Sacramental de la Estrella

 

Introducción

Llama la atención que dos pueblos próximos y pertenecientes a la ciudad turdetana y púnico-romana de ITUCI, Escacena del Campo y Chucena (actual provincia de Huelva), veneren a la Virgen María con dos advocaciones astrales: LUNA y ESTRELLA. ¿Es una casualidad histórica? Que los dos pueblos, por apariciones de imágenes o por sendas inspiraciones colectivas o por mimetismo del uno respecto al otro, hayan llegado a la adopción de estas advocaciones no parece tener explicación en la casualidad. La casualidad puede darse para personas físicas, individuales. Pero no podemos entenderla en colectivos, pueblos, personas morales o jurídicas. Habríamos de buscar causalidad. ¿Cuál ha podido ser la causa?

Si se trata de apariciones de imágenes, que han sido realidades con sencilla explicación histórica, ya denotan que esas imágenes, encontradas después de la conquista de Sevilla por el rey Fernando III el Santo en 1248, habían sido previamente escondidas. En ese caso las advocaciones habrían de tener su origen con anterioridad al siglo VIII, en cuyo 711 los musulmanes invadieron la Península Ibérica, marco geográfico del anterior reino visigodo y cristiano de España, que vio su fin a causa de su debilidad interna y del furor conquistador del Islam. Hasta el siglo XII los musulmanes tuvieron relativa tolerancia con los mozárabes, los cristianos que vivían en su territorio, Al-Ándalus. Les obligaban a que se convirtieran al Islam mediante impuestos y mediante la marginación social, pero, si no provocaban con expresiones que pudieran considerar ofensivas para su religión, no solían pasar a ser víctimas de martirios.

La población en la sociedad de Al-Ándalus estaba compuesta fundamentalmente por cuatro sectores bien diferenciados, con muy difíciles alianzas matrimoniales entre ellos: árabes, bereberes, muladíes y mozárabes. Los tres primeros están ordenados por su importancia en la jerarquía social, aunque por los números de personas su orden tendría que ser el inverso. Los árabes constituían la minoría aristocrática. Los bereberes procedían del norte de África, aunque "eran bastante más numerosos, ocuparon, en general, posiciones inferiores". El tercer lugar en la jerarquía social era para los muladíes. Estos eran cristianos que habían renegado de su fe y descendientes de éstos. "Su número fue creciendo con el tiempo, llegando a alcanzar hacia el año 1000 cerca de un 75 por 100 de toda su población". El último lugar era para los mozárabes, cristianos que, permaneciendo fiel a su fe, siguieron viviendo entre los musulmanes.

Las advocaciones marianas de NUESTRA SEÑORA DE LUNA y DE LA ESTRELLA, en Escacena del Campo y en Chucena, cuyo origen parece ser anterior al Cristianismo, también nos muestran la existencia de cristianos mozárabes en sus correspondientes núcleos urbanos, existentes, por tanto durante el periodo musulmán. Serían muy pocos los mozárabes en dichos pueblos, pero los suficientes para mantener durante siglos nuestras devociones y para que, cuando se sintieron perseguidos en el siglo XII, antes de su huida, pudieran esconder sus imágenes y, durante su exilio, transmitir su memoria a sus descendientes para que estos pudieran buscarlas desde la segunda mitad del XIII. Una vez conquistado el Reino de Sevilla por San Fernando y por su hijo, Alfonso X el Sabio, a mediados del siglo XIII, los primeros repobladores de sus tierras, entre otros, hubieron de ser los cristianos descendientes de los mozárabes que habían tenido que huir un siglo antes.

Según nuestra hipótesis, al cristianizarse ITUCI en los primeros siglos de nuestra era, los cristianos, descendientes de los que veneraban a la diosa cartaginesa Tanit, vinculada a los significados mitológicos de la LUNA y de la ESTRELLA DE LA MAÑANA, adoptaron para la Madre de Dios las advocaciones actuales.

 

 
 

 

Las monedas de Ituci

Como elementos que usamos para nuestra hipótesis tenemos las monedas correspondientes a la ceca de ITUCI. Las devociones a una diosa vinculada con las significaciones de la LUNA y de la ESTRELLA DE LA MAÑANA están en la raíz de toda mitología. No era exclusiva de los cartagineses ni de su diosa Tanit, pero es a esta última a la que encontramos representada en las monedas que estudiamos.

Los cartagineses hicieron poco más que adoptar el nombre de Tanit para la que había sido Astarté (Estrella) para los fenicios e Ishtar para los sumerios y para los acadios, que constituyeron el origen de nuestra cultura. Perteneció a Tanit igualmente las cualidades asignadas a Deméter y a su hija Perséfone, como diosas de la fecundidad de la Tierra, vinculadas a la LUNA. Quizás ello venga significado en las monedas con la presencia en ella de espigas de trigo.

Sin duda, el signo más destacable es la hoz lunar (LUNA) el cual cierra hacia abajo a un disco que representa a un astro (ESTRELLA). Ello lo encontramos en las monedas y también en la famosa estela de Tanit del tofet de Cartago. Corona este signo al denominado símbolo de Tanit. El mismo signo de la luna orientada hacia abajo y cubriendo al disco recuerda al mito de Perséfone que habría de vivir medio año bajo la tierra: enterrada, como las semillas, para dar su fruto, que fecunda, como la luna en posición incubadora.

También son significativas la estrella y a la luna creciente que, con la letra A, encontramos flanqueadas por espigas en los reversos de dos de las monedas, así como la estrella o astro solar que encontramos en los anversos de seis de las monedas. En la moneda que la ceca de ITUCI pudo haber compartido con la de ILIPA (Alcalá del Río, en la actual provincia de Sevilla), el signo del anverso más destacado es la luna creciente. Otra moneda es resellada, "labrada en hueco, a buril" con una estrella que "ha caído sobre la rodela", que "es marca que no forma parte del tipo", por lo que su posterior resellado bien pudiera fortalecer su sentido religioso.

García Bellido nos dice: "Me atrevería a decir que la casi totalidad de la iconografía monetal en la Bética republicana es de origen semita, aunque indudablemente no toda ella pertenezca a una misma facies cultural. Por un lado, están las ciudades fenicias y púnicas asentadas de antaño en la Península, que han desarrollado ya una iconografía más clásica, aunque el contenido cultual siga siendo fenicio hasta fechas bien tardías, aconsejando en muchos casos leer bajo formas grecorromanas alusiones a cultos semitas. Por otro, existen numerosas cecas cuya iconografía las une más al mundo púnico-africano de los siglos III-II a. de C. que al resto de las ciudades andaluzas. Es posible que esta disparidad se deba a la entrada y asentamiento de gentes africanas en esas fechas, gentes que indudablemente debieron suponer en estas zonas un reforzamiento, y en parte una innovación respecto a la influencia fenicio-púnica que allí existía".

A la colonización púnica en el siglo III antes de Cristo, para garantizarse los cartagineses su victoria frente a los romanos, se refiere Blázquez (1991). Entre las ciudades colonizadas hubo de estar ITUCI. Esa colonización explica su iconografía monetal.

 

 

El origen del signo de la media luna y de la estrella y de su diosa

La historia es un "continuum". Los hechos se nos dan interrelacionados. Por eso en ella no cabe la casualidad, sino la causalidad. Todo tiene su causa, su origen. Nuestra cultura no podemos estudiarla sin aproximarnos lo más posible a nuestros orígenes históricos conocidos. Mesopotamia y Egipto constituyen puntos de partidas primordiales. Desde ellos podemos vislumbrar la continuidad histórica.

Se ha conservado una estela (imagen superior), que, coronada por el conjunto de luna creciente superada por una estrella, nos muestra "libación tanto al dios-luna Nannar ... como la esposa del dios, Ningal ... padres de la diosa Inanna/ Ishtar y del dios Utu/Shamash (hermano gemelo de Inanna)". La media luna, como hemos visto, la encontramos, tanto en la estela de Tanit del tofet de Cartago, como en las monedas de ITUCI, con sus cuernos hacia abajo y albergando entre ellos a un disco, que viene también a ser símbolo estelar o solar.

Tras Ur-Nammu, conocemos como rey legislador a Lipit-Ishtar, quinto soberano de la dinastía de Isin de las ciudades de Summer y Akkad, que gobernó aproximadamente entre el 1934 al 1924 a.C. En su nombre nos muestra su devoción a la diosa Ishtar (estrella), que pasaría a los fenicios como Astarté, a los griegos como Afrodita, a los cartagineses como Tanit, a los romanos como Venus, la estrella de la mañana. Ya hemos visto que a Ishtar se le consideraba hija del dios-luna y que a Deméter ("dea mater", diosa madre) se la puede vincular con la luna por la influencia de esta en la fecundidad, concretamente en los ciclos de la mujer.

El tercer rey legislador conocido, igualmente del ámbito mesopotámico, fue Hammurabi (1810-1750 a.C.). En su estela se nos muestra en el momento que recibe sus insignias reales de manos del dios del sol y de la justicia. Ha sido constante que los reyes se hayan considerado elegidos por los dioses para hacer justicia. Con ellos se constituyó el concepto de Estado.

También se nos muestra como constante el sentido astral (sol, luna, estrella) de las religiones. Hemos de considerar que las deidades paganas eran factores que se consideraban protectores vinculados a conceptos (la guerra, la fecundidad, las travesías por los mares, etcétera), que adoptaban distintos nombres, pero, en el caso de las diosas, siempre, entre otras características, "diosa de la luna, diosa del fuego puro, del fulgor de las estrellas, diosa virginal y marcial". 

 

 
 
Virgen de Luna (Escacena del Campo, Huelva)
Foto: Hermandad de la Virgen de Luna

 

La religión de los fenicios, heredada de Mesopotamia

Los fenicios constituyeron un pueblo organizado en distintas ciudades. La primera fue Biblos, que ya existía hacia el año 3000 antes de Cristo. Destacó como pueblo de navegantes, comerciantes y colonizadores. En su influencia cultural destaca la introducción del alfabeto, "compuesto de 22 signos, que representaban sonidos elementales de la voz humana, con los cuales podían escribir cualquier palabra... mejorado por los griegos, quienes agregaron las cinco vocales". Su primer periodo destacable fue el que tuvo a Sidón como su ciudad más importante, durante los siglos XV al XIII antes de Cristo.

Los fenicios veneraron a una tríada de dioses: Baal, Melkat y Astarté. La religión era muy importante para ellos, como lo ha sido para todos los pueblos. Su valor para la convivencia, para la cohesión social, lo llegó a destacar científicamente el padre de la Sociología, Durkheim (1858- 1917). Los fenicios eran fundamentalmente comerciantes. En la fidelidad a los dioses fundamentaban la fidelidad a los compromisos comerciales.

Su segundo periodo tuvo lugar bajo la hegemonía de Tiro durante los siglos XII al VII a.C. Colonizaron la ciudad de Cartago y otras ciudades del Mediterráneo, entre las que destacamos las del sur de España: Gadir/Gades (Cádiz) y varios lugares de la costa mediterránea oriental: Sexi (Almuñécar), Mainake/Malaka (Málaga) o Abdera (Adra). "Contamos con la existencia de templos y santuarios que sacralizaban un lugar, garantizando, mediante la divinidad, la limpieza, neutralidad y respeto en la transacción comercial. En torno a los santuarios podían surgir factorías, y, como primer caso, podríamos mencionar el Templo de Melqart de Gadir, que gozó de mucho prestigio incluso hasta en época romana".

El tercer periodo, iniciado por la caída de Tiro en poder de los asirios, tuvo como centro a Cartago (ciudad situada en el Norte de África, a unos 17 kilómetros de la actual Túnez), que se expandió por lugares del mar Mediterráneo, como la isla de Sicilia. Sus intereses en la misma, frente a la expansión romana, fueron el origen de las llamadas guerras púnicas entre Roma y Cartago. En la primera (264 a 241 a.C.) Roma conquistó toda Sicilia, excepto la ciudad de Siracusa. Por aliarse ésta con Cartago, para reforzar su independencia, Sicilia fue totalmente conquistada por los romanos durante la segunda guerra púnica (218 a 201 a.C.).

 

 
 

 

Religión púnico-cartaginesa en el sur de España

No podemos pensar que la primera influencia religiosa en España fuera la fenicia ni la cartaginesa que la sucede. Concretamente en el sur y en el este de España se advierten influencias muy anteriores y también otras simultáneas, griegas concretamente. Pero hemos de destacar que la religión que nos muestran las monedas de ITUCI, aunque con posteriores influencias romanas, es la púnico-cartaginesa.

Los cartagineses eran fundamentalmente fenicios que, procedentes de Tiro, habían poblado la ciudad de Cartago. Todo el norte de África fue en la Antigüedad una zona de profundo desarrollo cultural, más por influencia fenicia y griega y finalmente romana, que egipcia. La religión de Cartago era la de los fenicios, si bien para Astarté adoptaron el nombre de Tanit: diosa madre, estelar, fecundadora, guerrera. Su simbología se nos muestra en su estela del tofet de la misma ciudad, que ya hemos visto y descrito.

En su organización de la segunda guerra púnica, los cartagineses conquistaron el sur y el sureste de la Península Ibérica, constituyendo en la misma a Cartago Nova (Cartagena), fundada por el general Asdrúbal en el año 227 a.C. como su capital. Los cartagineses fundaron otras ciudades, como Barcino (Barcelona) y, sobre todo, poblaron muchas ciudades. Entre ellas hemos de contar nuestra ITUCI. Eso explica su influencia religiosa, que vino a ser el principal legado cartaginés a la Hispania romana, como nos muestra Blázquez (1991) en su artículo de este título, en que, para referirse al área de culto a Tanit y Melkart, reproduce el mapa de López Monteagudo con las cecas que acuñaron monedas.

Blázquez nos dice: "Turdetania, la Bética posterior de los romanos, recibió durante la Segunda Guerra Púnica gran cantidad de colonos púnicos, que se asentaron en ella". Esto significó una colonización cultural y religiosa que explican los símbolos religiosos que aparecen en las monedas.

Con respecto a la importancia de la influencia púnico-cartaginesa en la religión, dice Blázquez: "La llegada de los fenicios al Occidente a finales del segundo milenio a.C. y el asentamiento de una serie de enclaves costeros, ya que la conquista del territorio no se dio hasta la llegada de los Bárquidas, después de la Segunda Guerra Púnica, motivaron una profunda semitización de la religiosidad de los pueblos hispanos, que más directamente se pusieron en contacto con ellos; o sea, de los íberos y de los turdetanos, pueblos que tenían una religiosidad, heredada de la Edad del Bronce, de dioses de la fecundidad en su más variado aspecto, que era un excelente caldo de cultivo para las diosas fenicias, como Astarté, que era también una diosa de la fecundidad".

 

 
 
Foto: Rafael Gómez

 

Conclusión: desde las monedas de Ituci hasta las devociones cristianas a la Madre de Dios

La influencia de Cartago en la cultura de la zona de España que hemos señalado se nos pone de manifiesto en las monedas y en la religión. A ellas se refieren un gran número de autores, entre los que mencionamos a García Bellido con sus obras "La religión de los pueblos de la Hispania Prerromana" e "Iconografía fenicio-púnica en moneda romana republicana de la Bética", a Blázquez Martínez con "El legado cartaginés a la Hispania Romana", y a Antonio Delgado (1871-1876) y Antonio Vives y Escudero (1924- 1926).

La religión se nos pone de manifiesto en los símbolos que utilizan las monedas de ITUCI, a los que también nos hemos referido, destacando el que corona la estela de Ur-Nammu (la luna creciente superada por una estrella), fechada en el siglo XXII o XXI antes de Cristo, con la que constatamos la influencia religiosa de la primera cultura de la humanidad. Lo encontramos, invertido, en la estela de Tanit del tofet de Cartago (imagen superior) y, por ello, en las monedas de ITUCI: con la luna hacia abajo albergando al disco, con el que se representa a la estrella solar o a la estrella de la mañana, Venus.

No nos puede sorprender que, con su sentido histórico, en pueblos que han surgido en el ámbito de ITUCI, en Escacena del Campo y en Chucena, su cristianización se haya dado vinculada a las advocaciones marianas de NUESTRA SEÑORA DE LUNA (la actual imagen es de José María Cerero Sola, 1959) y de NUESTRA SEÑORA DE LA ESTRELLA (la Virgen es obra anónima sevillana de fines del siglo XVI y el Niño se atribuye al círculo de Pedro Duque Cornejo, ambos muy reformados en 1942 por Sebastián Santos).

 


 

BIBLIOGRAFÍA

Blázquez Martínez, José María (1990). La religión de los pueblos de la Hispania Prerromana. ZEPHYRVS, núm. 43, pp. 223-233. Revista USAL, Salamanca: Universidad de Salamanca.

Blázquez Martínez, José María (1991). El legado cartaginés a la Hispania Romana. M’hammed Hassine Fantar y Mansour Ghaki (eds.), Actes du IIIe. Congrès International des Études Phéniciennes et Puniques, Tunis, 11-16, noviembre 1991, Túnez, vol. 1, 149-164.

Delgado Hernández, Antonio (1871-1876). Nuevo método de clasificación de las medallas autónomas de España, 3 volúmenes. Sevilla: Imprenta de D. Antonio Izquierdo y García.

García Bellido, María Paz (1990). Iconografía fenicio-púnica en moneda romana republicana de la Bética. ZEPHYRVS, núm. 43, pp. 371-383. Revista USAL, Salamanca: Universidad de Salamanca.

http://akropolis.es/colonizacion-fenicia/

http://artehistoriaestudios.blogspot. com/ 2017/11/capitulo-8-periodo-neosumerio.html

http://enciclopedia.us.es/images/5/ 55/Ciudades_y_colonias_fenicias.png

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https://historiaespana.es/edad-media/economia-sociedad-al-andalus

https://mihistoriauniversal.com/edad-antigua/cultura-fenicia/

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/ commons/7/7e/Tunisise_Carthage_Tophet_Salambo_03.jpg

Vives y Escudero, Antonio (1924-1926). La Moneda Hispánica, 5 volúmenes. Madrid: Real Academia de la Historia.

 

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