SALUS INFIRMORUM (VIII) LA ADVOCACIÓN DE LA SALUD EN LA ESCULTURA SACRA ANDALUZA
JESÚS DE LA SALUD - SEVILLA (LOS GITANOS)

08/04/2020


 

 
 
Foto: Manu Socarrás

 

Esta venerada imagen sevillana de Jesús con la cruz a cuestas presenta una erguida postura al cargar el arbóreo madero sobre el hombro izquierdo. Adelanta con firmeza el pie izquierdo, en decidida marcha hacia el Calvario, inclinando la cabeza y manteniendo la mirada baja y concentrada en su esfuerzo, lo que de paso fortalece la conexión con los fieles que, al rezarle a sus plantas, se unen interiormente al sacrificio de Cristo.

El bello rostro de Jesús de la Salud muestra los ojos policromados en la madera, realzando las pestañas de pelo natural los párpados hinchados por los golpes. Las cejas, finas y levantadas, permiten también valorar su dolor al formar un marcado entrecejo en forma de "uve". La nariz recta y los angulosos pómulos son signos morellianos del artista. La boca, entreabierta y jadeante por la fatiga, muestra talladas en su interior la lengua y la corona dentaria superior. El bigote, muy espeso, apenas deja ver el labio de arriba, algo menos carnoso que el inferior. La larga y oscura cabellera, con corona de espinas esculpida al modo del maestro escultor Juan de Mesa sobre la voluminosa cabeza, presenta raya al centro y dos ondulados mechones que caen por ambos lados, dejando visibles las orejas. La barba, bífida, ha sido también meticulosamente labrada.

La talla, de madera de cedro a tamaño natural (mide 167 cm de altura), posee un cuerpo de brazos articulados y excelente estudio anatómico que no suele verse por hallarse revestido con ricas túnicas de terciopelo. Sus carnaciones son muy tostadas, propias de la etnia gitana, apareciendo finos y escasos regueros de sangre que salen de la frente por la corona y se desplazan hacia abajo, atravesando el cuello y las contusas mejillas.

Las manos se aferran suavemente al travesaño del cilíndrico leño, labrado por Enrique Gutiérrez Carrasquilla, quien restauró la imagen del Nazareno entre 2002 y 2003 y le realizó también una nueva peana. Anteriormente había sido intervenido por José Paz Vélez (1960), quien remodeló la corona de espinas para hacerla más ramosa, y por Luis Álvarez Duarte (1979 y 1982), quien esculpió el actual cuerpo anatomizado, manos y pies, volvió a rehacer la corona de espinas y colocó nuevas pestañas postizas superiores a la talla.

 

 
 
Foto: David Garzón Medina

 

Fue el escultor José Manuel Rodríguez Fernández-Andes (Sevilla, 1908 - Madrid, 1950) quien realizó los actuales titulares de la Hermandad de los Gitanos al ser quemados los anteriores en 1936. Jesús de la Salud, donado por el abogado Juan Peinado Gómez en nombre de su esposa, fue realizado en 1938, mientras que la Virgen de las Angustias, donación de Fernández-Andes a la corporación, data de un año antes -la Virgen tallada en 1935 por el malagueño José Merino Román, hoy en día titular de la Cofradía del Sepulcro de Málaga, no fue del agrado de la hermandad-. La policromía de ambas imágenes corrió a cargo de pintores sevillanos de prestigio: Guillermo Bonilla en el caso del Nazareno y Juan Balcera de Fuentes en el de la Dolorosa.

Aunque en ambos titulares el imaginero sevillano se inspiró en las primitivas imágenes de la cofradía, fue sobre todo en el Nazareno donde se observa un mayor calco del antiguo, limitándose la Virgen de las Angustias a ser una interpretación libre por parte del artista. Consta, además, una petición expresa de reproducción del antiguo Jesús de la Salud, cuya autoría se atribuye a José Montes de Oca, por parte de la Hermandad de los Gitanos a Fernández-Andes, quien para ello utilizó fotografías de la talla desaparecida.

El primitivo Nazareno se identifica con el Jesús Nazareno de las Tres Caídas que se veneraba en el convento trianero del Espíritu Santo, donde la Hermandad de los Gitanos se funda en 1753. Dicha imagen -en origen un Cristo caído que, en fecha indeterminada, sufrió una reforma para erguirlo, labrándose nuevos pies- fue tallada en 1738 por Montes de Oca para Baltasar José Frías, prior del cenobio, tal y como el escultor declara ante escribano público. Era talla de vestir, de maneras montañesinas, con manos abultadas y de anatomía muy marcada, similar al ecijano Jesús sin Soga que Montes de Oca hizo para Écija en 1732, aunque el Cristo de los Gitanos estaba más erguido y tenía la cabeza más inclinada. La antigua Virgen, también de Montes de Oca, originalmente advocada de los Dolores, estaba en la misma situación, mismo año y mismo convento.

La actual imagen de Jesús de la Salud procesiona en la Madrugada de Sevilla sobre espléndido paso de estilo neobarroco, tallado en 1979 por Antonio Martín Fernández. Lleva trabajos de ebanistería de Francisco Bailac y se alumbra con cuatro faroles de metal dorado, cincelados en metal dorado por Manuel de los Ríos, autor también del llamador (2007). Fue dorado por Luis Sánchez Jiménez. La decoración escultórica es de Francisco Buiza, que labró las cartelas y las figuras de los evangelistas, ángeles mancebos, santos y querubines.

 

 
 
Foto: David Garzón Medina

 

FUENTES

DÁVILA-ARMERO DEL ARENAL, Álvaro. "Una revisión bibliográfica acerca de la vida y obra del escultor José Montes de Oca", en Laboratorio de Arte, nº 18, Universidad de Sevilla, 2005, pp. 272-273.

 

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