FRANCISCO RIBALTA (X)
JUAN RIBALTA

Con información de Antonio Monzonís Guillén


 

 
 

 

Nacido en Madrid, Juan Ribalta (1596-1628) es el mejor discípulo y continuador de la obra de Francisco. Ya Palomino nos dice: "No se distinguen cuáles sean (las obras) del padre y cuales las del hijo". Hay, no obstante, peculiaridades en el arte de Juan respecto de la obra paterna: más atención a los temas secundarios, a los segundos planos y al diseño de pequeñas figuras, más abarrocamiento en concepciones escenográficas y menos dramatismo en su realismo, aunque Juan hace gala de un tenebrismo más consciente y perseguido.

Juan, formado desde niño en el taller paterno, se mostró pronto como un pintor de talento que con 18 años firmó Los Preparativos para la Crucifixión para el Monasterio de San Miguel de los Reyes (imagen superior), hoy en el Museo de Bellas Artes de Valencia. Su estilo es desigual y contradictorio: a veces supera a su padre en destreza de ejecución y composición, otras sin embargo se muestra más regresivo y seco que Francisco. En cualquier caso, Juan reduce el ámbito de la composición e insiste en el tratamiento vigoroso y plástico de las formas.

Para las grandes puertas del retablo de mayor de la Parroquia de la Asunción del municipio valenciano de Andilla, donde trabaja con su padre, Juan Ribalta realiza en solitario la Presentación de la Virgen (firmada), el Abrazo en la Puerta Dorada, la Disputa de los Doctores, la Circuncisión, la Presentación en el Templo y la Natividad, de notorios ecos italianizantes, todavía en la línea del manierismo hispano. Dichas puertas fueron contratadas con el obispo Ginés de Casanova para proteger, a manera de mamparas, el retablo parroquial, siguiendo el esquema implantado por los Hernandos en el retablo mayor de la Catedral de Valencia.

Otras obras suyas se conservan en la iglesia parroquial de Torrent (Valencia) y en Segorbe (Castellón). Destacar también la Adoración de los Pastores del Museo de Bellas Artes de Bilbao (imagen inferior), varios retratos de valencianos ilustres, el San Jerónimo del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) y el San Sebastián de la Catedral de Valencia. A la vista de las obras indicadas, la muerte de Juan Ribalta, a los 32 años en una epidemia que asoló Valencia, constituyó una gran pérdida para la pintura española.

El pasado año 2014, José Gómez Frechina, conservador de pintura del Museo de Bellas Artes de Valencia, identificó una obra de una colección particular de Granada con el gran cuadro de San Martín que Juan Ribalta pintó para la Cartuja de Valldecrist (Altura-Castellón) en honor a su fundador, el rey Martín el Humano. En opinión de Frechina, el estilo de este lienzo de altar de grandes dimensiones (281 x 183 cm) corresponde al periodo final del artista, en torno a 1620 y 1624, cuando realiza las pinturas para Andilla y el magnífico Sueño de San Martín para la iglesia del monasterio de agustinas de San Martín en Segorbe.

Por último, señalar que la muerte de Juan no extinguió la escuela creada por Francisco Ribalta: a ella se adscribieron los dos yernos del pintor, Abdón Castañeda y Vicent Castelló, quienes también tuvieron una importante participación en los lienzos de Andilla y, probablemente, sobre todo el segundo, intervinieran también en el encargo de Porta-Coeli. Como discípulos de Francisco se han mencionado también al mallorquín Gregorio Bauzá (1590-1645) y al problemático Pablo Porta, llamado "Maestro de San Roque" por Darby.

 

 
 

 


 

FUENTES

MORALES Y MARÍN, José Luis. La Pintura del Barroco, Barcelona, 1998, p. 135.

LAFUENTE FERRARI, Enrique. Breve Historia de la Pintura Española, vol. II, Madrid, 1987, p. 253.

MONZONÍS GUILLÉN, Antonio. Cortos, Recortes y Poliedros. Madrid, 2012, p. 17.

http://www.levante-emv.com/cultura/2014/02/16/cuadro-inedito-joan-ribalta-aparece/1080693.html 

AA.VV. Goya y Maella en Valencia: del Boceto al Cuadro de Altar, Valencia, 2002, p. 31.

 

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