REINTERPRETACIÓN DE LO SAGRADO (VI)
ARSEN SAVADOV

25/08/2020


 

 
 
Holywood

 

Arsen Savadov (Kiev, 1962) es un fotógrafo y pintor ucraniano de ascendencia armenia. Figura importante en la historia del arte contemporáneo de Ucrania, es además un destacado representante de la transvanguardia que apuesta por el retorno al colorido y a un eclecticismo clásico frente a la abstracción y síntesis del arte conceptual. Su talento para el dibujo lo heredó de su padre Vladimir Savadov, un excelente ilustrador de libros.

Savadov empezó a darse a conocer como fotógrafo, aunque en los últimos años ha vuelto con fuerza a la pintura. En realidad, aunque alterne los proyectos pictóricos con los fotográficos, la línea entre estos ambos en su trabajo es muy delgada; de hecho, las mismas imágenes y motivos resuenan en sus pinturas y representaciones fotográficas, manteniéndose siempre fiel al tema del cuerpo humano, plasmado en escenas que suelen ser grotescas, elegantes y misteriosas al mismo tiempo. En cualquier ámbito, son composiciones provocativas que causan conmoción, aversión y admiración al mismo tiempo entre los espectadores.

Ciertamente las obras de Savadov provocan por su franqueza y por su poderosa expresión estética. Sus primeras series fotográficas llaman el interés de la audiencia para mostrarle qué se escondía realmente detrás de las imágenes alabadas por la Unión Soviética, caso del infrahumano trabajo de los mineros. También presta mucha atención a la libertad personal en los llamados "países postsoviéticos" tras la disolución de la URSS, entre ellos su Ucrania natal. Una libertad siempre enfrentada tanto a la ideología política como a la religión.

La obra de Arsen Savadov, que actualmente vive entre Kiev y Nueva York, rompió con la tradición del arte oficial soviético y fue pionera en un nuevo lenguaje artístico. Muchos de los problemas que tuvieron que enfrentar los artistas en la Rusia poscomunista son comparables a los de 1917, año de la Revolución de Octubre en Rusia, y están provocados en buena parte por la pérdida de la identidad social e individual.

 

 
 
Underground

 

Las creaciones de Savadov forman parte de ese activismo postsoviético de las últimas décadas, caracterizado por un arte-protesta que abarca una crítica no solo al fracaso del comunismo ruso, sino también a lo que vino después, sobre todo al modo en que emblemas tanto de su industria como de su cultura y patrimonio, cuyos integrantes fueron considerados héroes por la propaganda soviética, fueron lamentablemente desatendidos tras la desintegración del régimen, obligando de paso a muchos de los artistas a emigrar a Occidente.

Su obra presenta un inapelable barroquismo, heredero directo de la abigarrada cultura ucraniana. Violencia, cinismo e ironía son las armas que utiliza para sorprender al público, jugando libremente con los clichés de la URSS y del salvaje capitalismo que la ha reemplazado, mezclando referencias tanto de la religión ortodoxa en la serie Underground como de la iconografía soviética en Collective Red con un dominante color rojo.

El papel de la religión en Rusia y Europa del Este desde el colapso del imperio soviético es uno de los temas recurrentes de Savadov dada la amplia influencia que la Iglesia ortodoxa ha alcanzado sobre la vida de los ciudadanos de dichos territorios más allá de su función puramente espiritual. Reprimida e inactiva durante la etapa comunista, dicha confesión del cristianismo ha evolucionado en el último cuarto de siglo para convertirse en una extensión intrínseca y poderosa de los tentáculos del Estado.

Para la generación de artistas a la que pertenece Savadov, frente a la influencia opresiva de la Iglesia ortodoxa, a la que consideran anacrónica, hueca y obsoleta, así como una institución espiritual que se dedica a destrozar el mundo aunque dice pretender repararlo, hay que apostar por otra fuerza biológica más pragmática que apela a la necesidad de reconstruir la sociedad a partir de las ruinas de la ortodoxia, reciclando así la religión en lugar de erradicarla. Según Savadov y otros creadores como Pussy Riot o Vladimir Kozin, censurados en ocasiones por Rusia y sus confederados, el arte puede trascender la tradición y descubrir lo nuevo dentro de lo viejo.

 

 
 
Reflection

 

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