REINTERPRETACIÓN DE LO SAGRADO (V)
CHRISTOPHE CHARBONNEL

Con información de Aurélien Gnat (23/08/2020)


 

 
 
Cristo

 

Christophe Charbonnel (Nantes, 1967) sigue la tradición de los escultores figurativos del siglo XX. Inspirándose tanto en las figuras de la Antigüedad clásica como en los cómics o el séptimo arte, ha desarrollado una sólida obra en las últimas décadas. Hablamos de un artista que se nutre de sus recuerdos y sus fetiches para crear, sin modelos, unas figuras muy poderosas, entre las que guerreros y jinetes constituyen un tema recurrente.

Charbonnel comenzó su carrera como diseñador y luego como modelador en los famosos estudios de animación Disney, para los que trabajó en varios de sus largometrajes más populares ("Hércules", "El jorobado de Notre Dame", "Tarzán", "Fantasía 2000" o "El emperador y sus locuras" entre ellos). En 1995, año en que empieza a trabajar para Disney, lleva a cabo su primera escultura independiente tras estudiar modelado en la Escuela Duperré de París junto a maestros como Philippe Seené. Se trataba de una figura de bronce con la que reinventa el clasicismo escultórico, constante que ha mantenido en su trayectoria artística desde entonces.

Su prolífica producción, reconocida por colecciones públicas y privadas de Francia, Japón, Estados Unidos e Italia, entre otros países, se caracteriza también por la espectacularidad, mezclando figuras humanas, figuras de animales, grupos y retratos. Testimonios de este apasionado artista que, pese a su formación, se considera autodidacta, y muestran la vigorosa renovación que viene realizando en el campo de la escultura figurativa.

Últimamente realiza numerosas obras para monumentos, tanto individuales como en parejas o grupos, por las que confiesa estar especialmente seducido dadas las ambiciosas propuestas que le ofrecen y la grandiosidad que obtiene con sus resultados. Dichas creaciones llaman la atención por su majestuosidad y por sus destinos, caso del Ritz de París, lo que ha dado gran popularidad a Charbonnel, a lo que también ha contribuido su participación en las mejores ferias de arte del mundo, como TEFAF (Maastricht) o Masterpiece (Londres).

 

 
 

Goliat

 

A Christophe Charbonnel le gustan las figuras hieráticas y solemnes. Sus rostros y sus conjuntos monumentales están siempre imbuidos de una tensión dramática que les otorga una innegable belleza. Las emociones están presentes desde el proceso de creación de sus obras. Si el artista no siente nada con la pieza, una vez modelada, prefiere romperla y empezar otra vez antes que seguir adelante con un trabajo sin alma.

Partiendo de un enfoque figurativo y clásico, Charbonnel explora el cuerpo en unas esculturas que parecen desprendidas del mundo. Sus líneas son depuradas, los rostros pensativos, los cuerpos delgados y angulosos, el modelado preciso y nervioso. A veces le gusta introducir movimiento, lo que hace que sus composiciones rocen un equilibrio inestable, al tiempo que revelan nobleza y gracia. Otras veces sus piezas se fragmentan, desolla sus modelos, condicionando así la mirada del espectador, trastornándolo e hipnotizándolo.

Como hemos dicho, trabaja sin modelos, prefiere consultar los tratados de anatomía de los artistas del siglo XIX, por los que siente una gran pasión. Monta sus obras añadiendo el material por capas sucesivas, de un modo que podríamos calificar de científico, revelando la escultura más que esculpiéndola. El hecho de no usar modelos le permite liberarse de las limitaciones de la realidad, dejarse guiar por sus manos y ser su propio espectador. Sus figuras podrían definirse como un encuentro cercano con los vivos.

Charbonnel es un artista clásico contemporáneo. Al pertenecer al linaje de Rodin o Carpeaux y ser heredero del movimiento realista de finales del siglo XIX, sus creaciones sacras son minoritarias pero no por ello resultan menos valiosas, mostrando el hieratismo severo y ceremonial de la Antigüedad clásica, llegando a coquetear con los modelos griegos de Polícleto y Fidias en varias de sus versiones de David y Goliat, y plasmando el tratamiento de la figura humana del Renacimiento italiano en su Cristo en bronce que levita transfigurado y etéreo tras la muerte. Charbonnel abraza toda la historia del arte en su obra, que reinventa y recompone.

 

 
 
David y Goliat (monumento)

 

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