1900. RETRATO DE PIONERAS EN EL ARTE
GERTRUDE VANDERBILT WHITNEY

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

 

Esta bisnieta del patriarca de los Vanderbilt, una acaudalada dinastía estadounidense de raíces holandesas, estudió escultura en la Art Students League de Nueva York y luego recibió clases en París con Rodin, quien no dudó en valorar su talento. Tras su boda con el banquero e inversor Harry Payne Whitney, por cuyo apellido es más conocida, se hizo escultora profesional y amiga de los bohemios de su época.

En 1914, tras un tiempo exponiendo el trabajo de sus amigos artistas en su propio estudio, Gertrude Vanderbilt Whitney (Nueva York, 1875-1942) abrió una galería para jóvenes artistas, el Whitney Studio Club, en el Village neoyorquino, donde cada vez era más conocida, respetada y valorada por la comunidad artística y por la prensa. La galería se convirtió en el centro más activo de los artistas liberales.

Gertrude fue también promotora de otras entidades artísticas, como la Sociedad de Artistas Independientes, así como mecenas de artistas con dificultades, pues además de compartir el respeto hacia la creatividad y el gusto por las personas creativas, Gertrude sabía por primera persona de los problemas que enfrentaba el artista en Estados Unidos, en especial si era joven e inconforme.

Después de la Gran Depresión del año 1929, Gertrude, que también era coleccionista de arte, decidió abrir su propio museo: el Gertrude Whitney Museum of American Art de Nueva York, fundado en 1931 cuando el Metropolitan Museum of Art rechazó la donación de su colección de arte moderno. Actualmente es conocido como Whitney Museum, se ubica en Madison Avenue y posee una colección permanente de cerca de 20.000 obras, en especial de artistas estadounidenses como Jackson Pollock, Jasper Jones o Edward Hopper.

 

 
     
     
Monumento a la Fe Descubridora
Fotografía de Jorge Ruiz
 
Memorial del Titanic
Fotografía de Mike Fitzpatrick

 

La obra por la que Gertrude es más conocida se halla en Huelva, el Monumento a la Fe Descubridora, donado en 1929 al pueblo español por Estados Unidos, bajo los auspicios de la Columbus Memorial Foundation, como muestra de amistad a la nación que hizo posible el descubrimiento de Cristóbal Colón, resumiendo lo que dice su placa conmemorativa. Más allá de su discutible simbología, y aunque hay expertos que afirman que está dedicado al famoso almirante -de hecho, es conocido entre los onubenses como el Monumento a Colón-, todo apunta a que representa la figura de un fraile franciscano del Monasterio de la Rábida, pues aquella comunidad desempeñó un papel crucial ayudando a Colón en el descubrimiento de América.

La figura del Monumento a la Fe Descubridora, cuya altura total es de 37 metros, fue realizada por la artista con un estilo que remite al cubismo sin descartar influencias del art déco. Más que un fraile recuerda a un imponente soldado geométrico y estilizado -siguiendo una composición propia de las esculturas que decoran los edificios art déco de Estados Unidos-, cubierto casi en su totalidad por una capa y esgrimiendo -más que apoyándose- la cruz con la que se dispondrá a evangelizar como un cruzado los nuevos territorios.

También famoso es el Monumento al Titanic, ubicado en Washington D.C. Al igual que el anterior, toma la forma de simbolismo cristiano, pues la figura, que extiende sus brazos y parece a punto de echar a volar, hace referencia tanto al sacrificio de Cristo -tributo a los muchos actos de heroísmo que ocurrieron durante el hundimiento de la nave-, como al alma de las víctimas que salen de su prisión corpórea para renacer en la espiritualidad de Cristo. La escultora tuerce la vestimenta en espirales suaves, como el apacible movimiento de un barco que corta el viento con suavidad. Los brazos extendidos y el pecho al frente evocan también a la Nike de Samotracia del Louvre, proporcionando un nivel adicional de resonancia.

Otras piezas destacadas son el Monumento al Desembarco de la Fuerza Expedicionaria en la Primera Guerra Mundial, en Saint Nazaire (Francia), destruido durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial y reconstruido en la década de 1990 por el escultor Pierre Fousenant siguiendo la maqueta del original; la estatua ecuestre de William Frederick Cody (Buffalo Bill) en el complejo museístico y cultural que lleva su nombre (Cody, Wyoming, USA); el Monumento Funerario de Samuel Untermyer en el parque homónimo de Nueva York, y la Fuente de las Tres Gracias, de la que existen varias versiones en ciudades como Montreal o Lima.

 

 
 
Memorial Untermyer
Fotografía de Allison C. Meier

 

FUENTES

AA.VV. Grandes dinastías, Plaza y Janés, Barcelona, 2010, pp. 400-401.

AA.VV. 1000 esculturas de los grandes maestros, Parkstone International, Nueva York, 2014, p. 503.

GOODRICH, Lloyd. "La revista The Arts (1920-31)", artículo publicado en Historias. Revista de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, México D.F., 2009, p. 25.

 

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