LA ICONOGRAFÍA DE LA NAVIDAD EN EL MUNDO DEL ARTE (III)

Con información de Eva López Añón


 

EXPECTACIÓN DEL PARTO
 
 
 
 

"Pondré sobre sus hombros la llave de la casa de David. Abrirá y nadie podrá cerrar, cerrará y nadie podrá abrir".

(Is 22, 22)

 
 
Atribuida a Francisco de Ocampo (1579-1639)
Hacia 1616
Madera policromada
Parroquia de Santiago Apóstol de Castilleja de la Cuesta (Sevilla)
 
 
La escultura muestra a la Virgen arrodillada, con las manos juntas en actitud orante, apreciándose la presencia del Niño en el vientre de su Madre. Ha sido atribuida por Amores Martínez a Francisco de Ocampo y Felguera, escultor nacido en la localidad giennense de Villacarrillo y afincado en Sevilla, donde se convirtió en uno de los artistas más destacados de la escuela del primer tercio del siglo XVII. La policromía corrió a cargo de Lázaro Pantoja (1616). Se la conoce también como Virgen de la O, interpretación española del título de Virgen de la Expectación por la forma abultada del vientre y por iniciarse con la letra O las antiguas liturgias que precedían a la Navidad. La iconografía existe desde el siglo XIII y es habitual a partir de finales de la Edad Media, si bien en los siglos XVIII y XIX muchas de estas imágenes se mandaron retirar del culto. A diferencia de lo habitual, en este caso María no aparece de pie ni con la mano dispuesta sobre el vientre.
 
 
 
 
NACIMIENTO DE JESÚS
 
 
 
 

"Y dio a luz a su Hijo primogénito. Y lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había sitio para darles cobijo en el albergue".

(Lc 2, 4-7)

 
 
Federico Barocci (1535-1612)
1597
Óleo sobre lienzo
Museo Nacional del Prado de Madrid
 
 
El Niño Jesús está a la derecha, dentro del pesebre, con el buey y el asno situados a su lado para procurarle calor. La Madre, arrodillada, le reverencia en la mitad exacta del cuadro. San José, casi de espaldas, está a la entrada del establo, abriendo la puerta a los pastores e indicándoles el lugar donde reposa el Mesías. A la izquierda vemos sacos de grano, un sombrero, una cesta con pan... Todo ello ambientado en una encantadora atmósfera nocturna. Es sin duda una de las composiciones más íntimas y líricas de Barocci, que utiliza su gran destreza para crear notables efectos lumínicos -una luz divina, no natural- y realizar una composición intensa y altamente poética, con gran sensibilidad y atención al detalle; algo que notamos especialmente en los objetos de la izquierda, en las carnes de las figuras -muy delicadas las del Niño- y en la representación de los animales. Observamos influencias de Correggio combinadas con una cierta originalidad en algunos aspectos, como poner al Niño en la derecha, ligeramente apartado, en lugar de en el centro de la escena, como norma general. Esta pintura es uno de los trabajos más célebres y apreciados de Barocci, así como uno de los más famosos entre el público. El artista la realizó para Francesco Maria II, quien en 1603 la envió como regalo a Margarita de Austria, casada desde 1599 con Felipe III de España. Desde entonces, ya no se movería de Madrid.

 

Fotografías de Roberto Villarrica para www.fotoscofrades.com (Castilleja) y Museo del Prado (Madrid)

 

FUENTES: DE CARLOS, María Cruz. La Imagen Religiosa en la Monarquía Hispánica: Usos y Espacios, Madrid, 2008; GIANNINI, Federico. Federico Barocci, 2011.

 

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