VIRGEN DE BELÉN (VII)
29/12/2024
Foto: José Carlos Madero López |
Concebida con marcado sentido de la verticalidad, a modo de diminuta cariátide sacra, la última Inmaculada Concepción (1655) de la serie realizada por Alonso Cano (Granada, 1601-1667) es, sin duda, su creación escultórica más universal. Cano prescinde del estofado y trabaja los ropajes a grandes gubiazos, logrando insólitos efectos de claroscuro. El aniñado rostro de la Virgen, más abstraída que nunca en la gloria alcanzada, es el eje de una composición que estrecha los volúmenes en los extremos para ganar esbeltez en la pequeña pieza (55 cm). Concebida para figurar en el remate del facistol de la Catedral de Granada, también obra de Cano, sus extraordinarias calidades motivaron su traslado a la sacristía del templo para ser admirada con detalle y su sustitución en 1664 por la también espléndida Virgen de Belén. En fecha indeterminada, la historia se repitió, y los extraordinarios méritos de la obra sustituta hicieron que fuera llevada al museo catedralicio y reemplazada por otra Inmaculada de Diego de Mora. Con la pequeña imagen de la Virgen de Belén (45 cm), Cano sigue el esquema compositivo de su última Inmaculada Concepción con diversas variantes: la representa sedente, la cubre con liviana toca, la acompaña de un Niño Jesús desnudo, apoyado sobre el regazo materno, y le inclina la cabeza hacia abajo, en actitud de recrearse absorta con el Infante al mismo tiempo que le otorga una mayor cercanía con el espectador. La Virgen de Belén es, probablemente, la imagen mariana más bella de Cano y uno de los mejores compendios de sus habituales grafismos femeninos: ojos rasgados, boca menuda, nariz recta y larga, óvalo perfecto y cejas arqueadas. No hay que olvidar que, en su ejecución, tuvo un papel importante Pedro de Mena, discípulo de Cano y encargado de pasar a la madera gran parte de los modelos establecidos y diseñados por el maestro, quien también los policromaría. En el campo de la pintura, Alonso Cano realizó varias interpretaciones sobre el tema, destacando en este caso la versión de 170 x 110 cm que se conserva en el Palacio Arzobispal de Granada (hacia 1660-1667) por ser el equivalente pictórico de la escultura de la Virgen de Belén que realizó para el facistol de la catedral granadina. La composición de Cano presenta en esta versión la figura de María sentada sobre un trono de nubes. |
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