Tan valioso altorrelieve, labrado en piedra policromada con vivos colores, se conserva en la Colegiata de la localidad cántabra de Santillana del Mar, magnífico templo consagrado a mediados del siglo XII y considerado el ejemplar más sobresaliente del románico montañés en nuestro país.

La figura del Pantocrátor o Maiestas Domini, heredada de los mosaicos popularizados en el arte bizantino, lleva a la plástica escultórica y pictórica la concepción terrible y antinaturalista que existía en torno a la figura de Cristo en el periodo del arte Románico.

Hablamos de una visión apocalíptica de Cristo Majestad, que retorna sobre nubes con inmenso poder y gloria para dar fe de la grandeza divina y ejercer su función de Juez Supremo sobre el pueblo cristiano.

Es por lo anterior que Jesús se halla representado bajo los rigurosos cánones del frontalismo estático, con gesto grandilocuente y autoritario a la hora de alzar su mano derecha, que más que bendecir parece amenazar al hombre y manifestarle el inmenso poder de Dios. En la mano izquierda porta el llamado Libro de la Vida que testimonia su naturaleza y atributos.

La imagen responde a la última etapa de la escultura románica, en la que empieza a advertirse una transición al gótico a través de un modelado menos arcaico y una mayor humanización de los semblantes.