EL GRECO. IV CENTENARIO (XIX)
EL ENTIERRO DE CRISTO

Con información de Christopher Apostle


 

 

Descubierto en el año 1992 en una subasta en Madrid, este cuadro manierista pintado entre los años 1570 y 1576 ha sido unánimemente atribuido a la época veneciana de El Greco. Representa la deposición de Cristo en el sepulcro, con encuadre movido y original, factura pictórica rica con tonos sienas y azules, y dibujo suelto y rápido, afín al del Tríptico de Módena aunque un poco más evolucionado.

El grupo de las Marías se deriva de una estampa del mismo tema de Parmigianino, artista muy admirado por El Greco como demuestran anotaciones críticas suyas al margen de los Diez Libros de la Arquitectura de Vitruvio en la edición de Daniele Barbaro: "[Parmigianino] parece haber nacido sólo para mostrar, con sus bocetos y esbozos, lo que llama delicadeza y gracia de las figuras". Una "gracia" que El Greco hace suya en estas pequeñas composiciones experimentales -la presente tabla, conservada en la Pinacoteca Nacional de Atenas, mide 51,5 x 43 cm-, en las cuales prueba suerte con el arte italiano tras su primera formación cretense.

El grupo con Cristo sostenido por los dos hombres que están colocando el cuerpo en el sepulcro, ante una cueva, parece recordar por el contrario un grabado del mismo tema de Giovanni Battista Franco, un artista luego criticado por El Greco. Hay también algunas tipologías tomadas de Tiziano, como el personaje de barba blanca que sostiene a Cristo, mientras que el tratamiento de la luz recuerda las composiciones de Tintoretto.

El temperamento de Tintoretto se acomodaba mucho a la violencia interior de El Greco. Del pintor veneciano aprendió la técnica de agrupar los personajes, de darles vida en una arquitectura dotada de un movimiento único, de transportarlos al espacio escapando de las perspectivas visuales corrientes. Sabemos que El Greco conservó la costumbre de pintar, al igual que Tintoretto, conforme a figuritas de cera o madera que él mismo esculpía y que podía distribuir a su gusto en un espacio determinado.

La manera de tratar el suelo, del que brota alguna plantita medio seca hecha a base de toques de luz, es muy típica de El Greco y se halla muy próxima a la del Bautismo de Cristo y Adán y Eva, pinturas presentes en el reverso del Tríptico de Módena. El Greco se sirve de diversas fuentes iconográficas, trabajando en lo esencial con estampas; pero las reelabora de un modo bastante original, mediante nuevas disposiciones y actitudes y una rica, clara y vivaz gama cromática en óleo y temple, ya alejada de las fórmulas bizantinas.

El pasado año 2013 fue subastada en la casa Sotheby's de Nueva York otra versión del Entierro de Cristo pintada en el periodo veneciano de El Greco (imagen inferior). El influjo de Tiziano y sus coetáneos venecianos se plasma a través de la intensidad de sus colores, el tamaño y la estructura general de la composición. Con esta obra El Greco entra y evoluciona dentro del arte renacentista para después llegar a España y convertirse en un increíble y original maestro. Como curiosidad, al fondo de la imagen se puede ver un retrato del artista cretense, que probablemente lo mandó pintar a alguien que estudiaba con él y lo conocía muy bien.

 

 

FUENTES: AA.VV. El Greco, volumen 5 de "Los Grandes Genios del Arte", colección publicada en 2003 por Corriere della Sera, Milán, p. 84 y 78-80; LASSAIGNE, Jacques. El Greco, 1973, París, pp. 21-22.

 

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