2000-2009: UNA DÉCADA DE ESCULTURA SACRA (IX)

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

 

Debemos alegrarnos que andaluces como José Antonio Navarro Arteaga (Sevilla, 1966) trabajen para otras zonas del país amoldándose a sus pautas escultóricas; no renunciando a su estilo, forjado en este caso bajo los preceptos sevillanos, pero tampoco importándolo al pie de la letra, desvirtuando así la estética foránea.

Ejemplos de lo anterior, dentro de su trayectoria, los encontramos en el grupo de la Coronación de Espinas para la Cofradía del Paso Azul de Lorca (Murcia), de calidad realmente notable tanto en el modelado de las piezas como en las malignas expresiones de los verdugos, o en la Exaltación de Cristo (2000) que procesiona la cofradía leonesa del Dulce Nombre de Jesús Nazareno. Este último se halla compuesto por las figuras del Crucificado, tres sayones izando la cruz y un soldado romano. En ambos casos, todas las efigies son de talla completa.

Como buena parte de las obras del sevillano, III Premio La Hornacina por la talla hispalense de Jesús de la Esperanza en el Puente Cedrón, la propuesta es fresca y ambiciosa, logrando en los mencionados misterios sus más felices resultados hasta la fecha en lo que concierne a conjuntos para las procesiones de Semana Santa.

 

Fotografía de César Cifuentes

 

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