2000-2009: UNA DÉCADA DE ESCULTURA SACRA (IV)

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

 

Darío Fernández creó a partir de los 90 un estilo basado en los grandes maestros andaluces (desde Montañés hasta Astorga, pasando por Cano) en busca de creaciones singulares y únicas. Lo suyo fue dignificar un oficio que, por entonces, no estaba ni en su mejor momento ni en las mejores manos para su expansión.

Nacido en Sevilla, en 1973, este artífice siempre ha preferido la calidad del resultado artístico a la producción abultada, una sabia regla hoy en día bastante olvidada en imaginería.

Buena parte de sus creaciones, de matices casi siempre conmovedores y grandes pequeños detalles, podrían haber figurado en este especial, pero nos hemos decantado por el San Juan de Dios que labró en el año 2003 para la Capilla del Hospital de San Juan de Dios de la capital cordobesa, pieza de impecable factura a la que hay que sumar el acentuado misticismo de su composición.

El escultor, declarado admirador de la figura de San Juan de Dios y de su obra, ha versionado en tres ocasiones al santo portugués (esta pieza que nos ocupa, la de bronce de Málaga y otra también en madera para una residencia de la sevillana Calle Sagasta), cuya iconografía considera abierta a infinitas posibilidades.

 

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