VISIÓN ARTÍSTICA DE SAN FRANCISCO DE BORJA
PEDRO DUQUE CORNEJO

24/01/2022


 

 
 
Foto: Santiago Rodríguez López

 

El escultor sevillano Pedro Duque Cornejo (Sevilla, 1678 - Córdoba, 1757) realizó dos magníficas imágenes de San Francisco de Borja: una para la Iglesia de San Luis de los Franceses, noviciado de la Compañía de Jesús en Sevilla, y otra para la Iglesia de los jesuitas en Las Palmas de Gran Canaria. Las dos tienen en la mano izquierda la calavera, signo distintivo de su iconografía, y las dos esculturas tienen también el movimiento de los paños tan característico de la escultura barroca.

La escultura en la Iglesia de San Luis de los Franceses de Sevilla es un prodigio de movimiento barroco manifestado en la talla de madera estofada y policromada. Como en otras imágenes del santo, su mirada se dirige fijamente a la calavera que lleva en la mano izquierda, mientras que la mano derecha está extendida en señal de admiración. Es una de las imágenes más sorprendentes de Borja en el siglo XVIII.

De gran interés iconográfico, la pieza de San Luis de los Franceses apoya el pie derecho sobre la bola del mundo, en alusión a su propósito de abandonarlo, de dejar los bienes terrenales ante el espectáculo de la muerte, cuyo símbolo es el cráneo de la emperatriz.

 

 
 
Foto: Santiago Rodríguez López

 

En contraste con esta imagen sevillana de San Luis de los Franceses, la de la Iglesia de San Francisco de Borja de Las Palmas de Gran Canaria (imagen inferior) es más calmada dentro de la misma fuerza expresiva. Esta obra fue encargada a Duque Cornejo por el Deán Bartolomé Benítez de Lugo, quien la donó en 1732 al Colegio de los jesuitas en Las Palmas de Gran Canaria.

Julián Escribano describe así la obra de Duque Cornejo conservada en Las Palmas de Gran Canaria: la figura del santo es de rostro estilizado, con la mirada absorta en la calavera, que sostiene con la mano izquierda. La mano derecha, larga y sutil, se aprieta blandamente sobre el pecho. El ascetismo del Santo tiene forma de espiritualidad etérea. El ropaje, sotana y manto negro, es voluminoso y movido, como una masa agitada de fuertes contrastes, y de su opacidad emerge como un rayo de luz la anatomía del santo.

 

 
 
Foto: Centro Loyola Canarias

 

FUENTES

GARCÍA GUTIÉRREZ, Fernando. "Iconografía de San Francisco de Borja en España", en Temas de estética y arte, nº 24, Sevilla, Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, 2010, pp. 398-399.

CARMONA MUELA, Juan. Iconografía de los santos, Madrid, Akal, 2003, p. 165.

 

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