EL ARTE FUNERARIO EN ESPAÑA A TRAVÉS DE SUS AUTORES (VI)
JOAN CARRERAS

04/11/2020


 

 
 
Foto: Antonio Marín Segovia

 

Un panteón tan inquietante como excepcional es el de la familia Risueño Ortiz en el cementerio de Valencia. Data de 1905 y fue esculpido por el escultor y tallista catalán Joan Carreras siguiendo un diseño del arquitecto valenciano Vicente Sancho Fuster, cuyas obras reflejan la influencia de la secesión vienesa.

El grupo escultórico representa el toque de la trompeta que marca la resurrección de los muertos y el Juicio Final, según lo descrito por Juan en el Apocalipsis. Después del toque de trompeta del ángel, los muertos resucitan para ser juzgados de acuerdo con lo que habían hecho y con lo que decían los libros.

Respecto a Joan Carreras Farré, no se tienen muchos datos sobre su trayectoria y menos aún sobre su vida personal. De hecho, debido a que solía firmar sus obras solamente con el primer apellido precedido por la inicial de su nombre, hasta ha sido erróneamente llamado Josep o José Carreras. Consta que nació en el año 1860, probablemente en Barcelona, aunque se desconocen la fecha y el lugar de su fallecimiento.

Entre los trabajos más conocidos de Carreras se encuentra la escultura en yeso a tamaño natural "Esperando el hierro" (hacia 1907, MNAC), espléndido retrato masculino, semidesnudo, de un operario de una fundición, que fue adquirido en una de las muchas exposiciones internacionales de bellas artes en las que participó. También intervino en la ejecución del monumento a Jacinto Verdaguer en Barcelona, y realizó numerosas esculturas para algunos de los muebles y edificios más emblemáticos del modernismo barcelonés, caso de los relieves de la Casa Burés o de los bustos de los mosaicos y una "Adoración de los Reyes" para la Casa Lleó Morera.

Con el conjunto de figuras para el panteón valenciano logró sin duda su pieza maestra. Sabemos que las últimas décadas del siglo XIX significaron una renovación dentro del ámbito de la escultura, tanto en referencia a los aspectos formales como la temática, gracias a la aparición de figuras como Rodin o Meunier, que fueron muy reconocidas en Cataluña e influyeron mucho entre los artistas catalanes, entre ellos Joan Carreras.

El diseño de Sancho resulta de gran dinamismo y atrevimiento. Lo que más llama la atención sin duda es el grupo de difuntos que sale de la tumba, algunos ya de aspecto vivo y animado como la figura femenina, pero otros todavía conservando un aspecto cadavérico, con la carne y la piel todavía sin cubrirlos del todo y sin haber entrado todavía el espíritu de Dios en ellos, como narra Ezequiel en sus profecías (Ez 37, 7-10).

A modo de curiosidad, comentar que el mausoleo está iluminado por una lámpara que aún funciona y que se remonta a los tiempos de su inauguración, siendo por tanto una de las primeras luces de Valencia. Cuentan que fue instalado por una anciana, supuesta integrante de la familia, que lo visitaba todas las noches.

 

FUENTES

LÓPEZ PÉREZ, Fàtima y LÓPEZ PIQUERAS, Maria Àngels. "L'escultor Josep Cardona i Furró (1878-1922), en Locus Amoenus, nº 13, Universitat Autònoma de Barcelona, 2015, pp. 197 y 205.

SERRANO, Álex. "La primera luz hacia la inmortalidad", en Levante, 03-09-2013.

 

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