RESTAURACIÓN DEL CRBMC

06/02/2014


 

 

El militar Joan Prim i Prats nace en Reus (Tarragona) en el año 1814 y muere asesinado en Madrid en el año 1870. Hablamos del político catalán más importante del siglo XIX. Ocupaba el cargo de Presidente del Consejo de Ministros de España y Ministro de la Guerra en el momento de su muerte.

Por tratarse de una de las principales figuras del Estado español, el gobierno ordenó construirle un gran mausoleo en el Panteón de Hombres Ilustres de Madrid, ubicado junto a la Basílica de Nuestra Señora de Atocha, donde también reposan otros políticos de renombre. Su ciudad natal solicitó, desde un principio, los restos de su hijo ilustre, y con motivo del centenario de su muerte, el cadáver de Prim, que se encuentra momificado, se trasladó a Reus junto con el espléndido mausoleo realizado por Plácido Zuloaga. El monumento se instaló en una plazoleta entre pinos en el Cementerio General de Reus. Se trata de una de las obras capitales de Zuloaga, labrada entre 1874 y 1875 siguiendo las tendencias neoclásicas y renacentistas.

Inicialmente, el mausoleo tenía tres partes: el sarcófago o caja donde reposa el ataúd con los restos, sostenido por cuatro patas y cubierto por la figura yacente del general. Tiene una decoración central de plafones de bronce y plata repujada con las escenas de guerras "Batalla de Castillejos" y "Entrada del General en Madrid", cuatro plafones con retratos de militares romanos, el escudo esmaltado, y el nombre, orlado y damasquinado. En la parte inferior hay cuatro apliques de bronce, pintados y plateados, con el reloj y la calavera. En el resto del sarcófago, el hierro tiene una preparación con rayas hechas mediante una cuchilla o ganiveta muy afilada, que fue invención del artista para colocar los hilos de oro y plata más rápidamente y dar más calidad al trabajo, al cual se le daría una capa de sulfuros y cloruros metálicos para que no se enmohezca el hierro. Con la misma técnica del damasquinado, el mausoleo traía un baldaquino sostenido por cuatro columnas con florones y una cruz en el centro superior. Actualmente se cree desaparecido. Cuando se llevó a Reus, todavía se incluía la reja perimétrica, pero ésta desaparece en el momento en que se monta la urna de vidrio que lo cubre.

La parte actualmente expuesta se compone de unas 150 piezas: montaje pieza a pieza mediante 10.000 tornillos, con un peso total de 1.800 kg. Su estado de conservación es muy estable, en general, pero deficiente en la parte decorativa del sarcófago. El hierro, oxidado debido a las humedades sufridas, es la causa principal del deterioro. Se trata de una oxidación superficial intensa, por, sobre y por debajo del metal noble, que ha producido burbujas, levantamientos, dobladillos, desprendimientos y pérdidas de material. También muestra alteraciones de la plata, con oscurecimientos y lagunas considerables, así como una gruesa capa de grasa.

La intervención de restauración ha consistido en una limpieza mecánica drástica de la grasa, sobre todo en las zonas internas; las partes decorativas externas se han limpiado mecánicamente y químicamente en superficie, así como internamente en las zonas con levantamientos, que limpias e inhibidas han recibido la adhesión de las partes dobladas o levantadas que todavía se mantienen en su lugar, algunas sujetas por la oxidación. Una vez acabado el proceso de inhibición, se ha aplicado una capa de protección al mausoleo para preservarlo de los agentes externos que lo podrían deteriorar de nuevo.

El montaje de todo este rompecabezas en el emplazamiento de Reus será laborioso, pero ya en su fase de desmontaje se numeraron cada una de las piezas, tanto en el envoltorio como en el croquis, y esta numeración se halla hoy escrita en una etiqueta y ligada a cada pieza. También se ha constatado que cada pieza, desde un origen, trae una numeración, letra o marca -incisa o pintada- para facilitar el montaje. Este proceso se ha hecho tres veces: en 1875, con la inauguración del mausoleo en Madrid; en 1970, a su llegada al Cementerio General de Reus, y en 2014, con motivo del bicentenario del nacimiento de Prim.

Esta restauración se ha completado con la del ataúd. En el momento de la extracción de los restos, se separó la parte inferior del resto del ataúd. Cuando se hizo el estudio forense, se desvistió la momia de Prim y se constató que encima de toda ella y de las vestimentas había una capa de cera y aceites. La restauración ha consistido en sacar esta cobertura y disponer en condiciones el uniforme para volver a cubrir el cuerpo del general.

 

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