SOBRE LA RESTAURACIÓN DEL CRISTO DEL PRENDIMIENTO
DEL CONVENTO DE LAS DESCALZAS DE CÁDIZ

José Miguel Sánchez Peña (08/09/2011)


 

 

Con relación al artículo publicado en La Hornacina el pasado 5 de septiembre sobre el tema, ya espinoso, del Prendimiento de las Descalzas de Cádiz, no salgo de mi asombro sobre las falsedades que vierte al final del mismo Alfonso Berraquero, persona ya conocida por mí desde los tiempos de la Facultad, que siempre se caracterizó por ser un personaje deslenguado (por llamarlo de una forma fina). La verdad es que di un gran respiro y vi el cielo abierto cuando saqué la Plaza de Conservador/Restaurador en el Museo de Cádiz y abandoné la de Artes Aplicadas (de interino), evitando de esa forma convivir con semejante individuo.

En esos párrafos se intuye, aunque no se me cita, que yo soy el que ha levantado la polémica y el culpable de toda la cadena de denuncias surgidas en relación a la futura Intervención en la Talla del Prendimiento. No obstante, ya está el asunto en manos de un abogado para que, llegado el caso en un futuro próximo, actúe contra este individuo, para que de esa forma mida sus palabras antes de hablar.

Para comenzar diré que mantengo una antigua y buena relación con la Comunidad de las Descalzas (o mantenía, a la vista de las circunstancias). A partir de 1985 comencé la relación profesional restaurando las cuatro tallas de santos que figuran en sendas hornacinas del altar mayor del convento: San Francisco, San Joaquín, Santa Ana y Santa Bárbara, obras todas que atribuí al artista genovés Domingo Giscardi. Después continué con la Oración en el Huerto que remata el ático del retablo del Prendimiento, obra que atribuí al también genovés Francesco Galleano. También al Cristo del Prendimiento le coloqué un sistema de seguridad para el anclaje de los dos juegos de potencias que tenía en aquel momento, porque luego fueron robadas (en la fotografía superior, del año 1985, aparece el Cristo con las potencias desaparecidas); de hecho, ha salido en el pasado Via Crucis Diocesano de Cádiz con las potencias del Cristo titular de la Cofradía de la Columna. ¿Por qué las monjas no han denunciado éste y otros robos? Otro asunto más para hablar.

Más recientemente, restauré dos ángeles pasionistas (pleurants) de vestir, de tamaño académico, que solían acompañar al Señor del Prendimiento en su paso procesional, y que en esta ocasión no han salido. Hace unos meses, y por segunda vez, he vuelto a dar presupuesto, requerido por la abadesa del convento, para intervenir el grupo de la Sagrada Familia realizado por la escultora sevillana Luisa Roldán (La Roldana), y que se ha ido demorando porque tengo una lista de espera bastante larga. Espero que el Profesor Berraquero lo intervenga ahora, en una ocasión única, para mayor gloria de Dª Luisa Roldán.

Con este preámbulo, se entenderá perfectamente que, cuando leí en la prensa que el Cristo del Prendimiento iba a salir en el mencionado Via Crucis gaditano, me puse en contacto con la Abadesa para ofrecerme a revisar la peana de dicha imagen y verificar si estaba en condiciones de salir a la calle, por motivos de seguridad. Algo normal, lo mismo que hice durante esos días en la iglesia gaditana de San Juan de Dios, requerido por la Hermandad de la Santa Caridad, con el Cristo Atado a la Columna de Francisco de Villegas, una obra del siglo XVII que no se hizo para procesionar. Como decía, cuando contacté con la Abadesa me respondió que ya el tema estaba en manos de Berraquero; decidí entonces enviarle una carta a la Madre Abadesa cuando me enteré (aunque él lo niegue) que ya tenía ultimado un cuerpo nuevo de poliéster para hacerle la "sustitución" al Cristo. Como se comprenderá, por lógica, puse el tema en conocimiento del Obispado de Cádiz y de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, a sabiendas de que no se podía hacer nada dada la autonomía de los conventos. Me pregunto:¿Si El Greco del Hospital de Mujeres estuviese en las Descalzas, habría actuado así la Comisión de Patrimonio del Obispado? Por mi parte, ahí terminó mi cometido, así que esos anónimos que supone ese individuo yo estoy enviando a la comunidad de religiosas, carecen de sentido porque mi bagaje y profesionalidad están por encima de todas esas bajezas.

Desde que saltó la noticia en la prensa, muchas personas se están movilizando, enviando denuncias a la Delegación de Cultura o yendo personalmente; algunas de ellas también vía internet, según el modelo que circula en la red, y que La Hornacina publicó el 5 de septiembre y que este individuo cree que es obra mía, cuando todo el mundo en Cádiz sabe quiénes están detrás de todo ese movimiento de "Indignados", que con buen criterio piden una Protección o Catalogación como Bien de Interés Cultural para tan excelsa Imagen.

No obstante, está siendo muy positivo esta conciencia colectiva, unánime, en contra de que el susodicho "engrose" con otra obra más, o lo que es lo mismo "El Catálogo del Cádiz Destruido". Es más, desde hace unos días la red se ha hecho eco, para variar, del despropósito llevado a cabo en la imagen de vestir de San Juan de Dios (que recibe culto en la iglesia de Cádiz que lleva su nombre), obra también de Francisco de Villegas (siglo XVII). Da la impresión que las Monjas están cegadas totalmente...

En fin, podríamos seguir llenando espacio, pero no merece la pena perder más tiempo. De forma inexorable y por fortuna, el tiempo colocará a cada uno en su lugar y en el que se merece.

 

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