APERTURA DEL BELÉN DEL PRÍNCIPE EN EL PALACIO REAL DE MADRID

05/12/2019


 

 

Desde el viernes, 6 diciembre de 2019, a partir de las 10:00 horas, y hasta el lunes, 6 de enero de 2020, se puede visitar en el Salón de Alabarderos del Palacio Real de Madrid el tradicional Belén del Príncipe, iniciado por Carlos III para su hijo, el futuro Carlos IV.

Como ya es tradición cada Navidad, los técnicos de Patrimonio Nacional han incorporado elementos inspirados en las Colecciones y Sitios Reales. Este año gira en torno a las figuras de los reyes Carlos IV y su esposa María Luisa de Parma, de quienes en 2019 se cumple el bicentenario de su fallecimiento. Así como a los Patronatos Reales madrileños de los conventos de la Encarnación y las Descalzas Reales, protagonistas también de la exposición temporal La otra Corte. Mujeres de la Casa de Austria en los Monasterios Reales de las Descalzas y la Encarnación (ver enlace), que puede verse en las Salas Génova del Palacio Real de Madrid.

Cerca del mercado, como homenaje a la primera vuelta al mundo cuyo centenario se celebra este año, se sitúa la maqueta de la nao Victoria. En torno a la fachada del Monasterio de la Encarnación, se desarrolla una escena que evoca el tapiz de Goya Los zancos. Este año los músicos portan reproducciones del "Cuarteto Palatino" de Stradivarius, comprado por Carlos III a los descendientes del gran luthier de Cremona, para la orquesta de cámara de su hijo el entonces Príncipe de Asturias, futuro Carlos IV.

El Misterio se encuadra en el zaguán del Palacio Real de Madrid. Los reyes Carlos IV y María Luisa, ataviados como los retrató Goya a finales del siglo XVIII, presentan al Niño Jesús, los símbolos de la monarquía -la corona y el cetro- y una maqueta de la Iglesia de San Antonio de la Florida, construida por mandato de este monarca y donde hace justo un siglo, en 1919, se inhumaron los restos mortales de Francisco de Goya.

Junto a la fachada del convento de las Descalzas Reales, se sitúan el jardín neoclásico y la estatua ecuestre de Carlos IV, obra original, fundida en bronce por el artista Lucien-François Feuchère (1750-1828). La escultura fue encargada en 1803 por Jean-Philippe-Guy Le Gentil, conde de Paroy, y llegó a España en 1806, en los últimos años de reinado de este monarca, perteneciendo desde entonces a las Colecciones Reales.

 

 

Felipe V, en su viaje a Italia en 1702, recibió como regalo un Belén napolitano. Será su hijo Carlos III, Rey de Nápoles desde 1735, quien traiga un Belén en 1760 para colocarlo en el Palacio del Buen Retiro en sus primeras navidades como Rey de España. Antes de esa época, la belenística se limitaba a los monasterios de clausura y a reducidos conjuntos de imágenes que eran propiedad de algunas de las familias nobles de Madrid.

Sin embargo, los nacimientos de origen napolitano, que se caracterizan por contar con gran cantidad de figuras, no tardaron en ser adoptados en todos los lugares como elemento imprescindible para celebrar la Navidad. Esta afición la heredaron los hijos de Carlos III, el Infante don Gabriel y especialmente el Príncipe don Carlos, futuro Rey Carlos IV, quien encargó que se adquirieran las mejores figuras de belén que existieran en los mercados napolitano o genovés, que más tarde formarían el llamado Belén del Príncipe.

Las figuras del Belén son piezas con movimiento en sus articulaciones para poder adecuar cada una de ellas a la escena que interesa representar. Las napolitanas están realizadas a la manera tradicional: cuerpo de alambre y estopa, cabeza de barro y extremidades en madera, vestidas con ricas telas, mientras que las genovesas son articuladas, con sistema de rótulas, pero todas talladas en madera y vestidas con tejidos suntuosos.

El Belén del Príncipe se fue incrementando con el paso de los años con figuras realizadas por artistas españoles, principalmente José Esteve y José Ginés. Se ha llegado a decir que el Belén del Príncipe tenía la gran cifra de 5.950, si contamos todos los elementos, como animales y "finimenti" que adornaban cada una de las figuras, o escenas como la posada, la taberna, el mercado, etcétera. El paso del tiempo, el cambio de gusto e incluso la ausencia de interés por este tipo de manifestaciones culturales y religiosas, son algunas de las causas por las que el Belén del Príncipe perdió parte de sus piezas.

Las condiciones de acceso al conjunto belenístico han variado con el tiempo. Por ejemplo, a mediados del siglo XIX, era necesario presentar un boleto expedido en Palacio para entrar en el recinto y visitar el Belén.

La escenografía o montaje se cuidaba con sumo detalle; los pintores de cámara y los arquitectos del Palacio Real eran requeridos para diseñar el gran espectáculo navideño. En 1845, un pintor del prestigio de Vicente López fue el encargado de la disposición escenográfica del Belén, contando para ello con la colaboración de todos los oficiales del Palacio Real. En esta ocasión, además, se ha contado con la colaboración interdisciplinar de los técnicos del Patrimonio Nacional.

El Belén del Príncipe se podrá visitar todos los días, salvo cierre por celebración de actos oficiales, de 10:00 a 18:00 horas (último acceso a las 17:00 horas). La entrada es gratuita.

 

 

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