RESTAURACIÓN DE GESTIONARTE PARA SEVILLA

04/02/2020


 

 
     
     
Comparativa. Estado inicial y final

 

La hermandad sevillana del Baratillo (ver enlace) disfruta ya de otro de los retablos de su capilla restaurados por GESTIONARTE. Concretamente se trata del retablo de la Virgen de la Caridad en su Soledad, un retablo fechable en la segunda mitad del siglo XVIII que, originalmente, estuvo presidido por el lienzo de la Virgen del Carmen, que actualmente se conserva en el testero derecho de la nave del templo.

Los trabajos, que se iniciaron el pasado mes de octubre de 2019, se han prolongado exactamente a lo largo de los cuatro meses previstos, siendo ejecutados por un equipo de dos conservadoras-restauradoras junto con el responsable de la firma, Benjamín Domínguez Gómez, doctor en Bellas Artes y responsable del proyecto.

A ellos, además, se han sumado los profesionales correspondientes a las diferentes actuaciones que se han llevado a cabo en paralelo (trabajos de albañilería, tapizado del camarín, iluminación, etcétera) dado que, desde el principio, los trabajos se han acometido de manera integral, actuando no sólo sobre las piezas artísticas sino también sobre aquellos elementos del inmueble que inciden en su correcta conservación y uso.

 

 
 
 
 
Detalles. Estado inicial

 

El retablo es una pieza realizada en madera policromada, de planta rectilínea y adosada al muro. Consta de mesa de altar, banco y un único cuerpo articulado en base a una hornacina central abocinada, rematada semicircularmente en la parte superior y a la que le falta el remate original, hoy perdido. La talla, que combina la hoja cartilaginosa con otras piezas donde el acanto ha sido trabajado de forma más menuda, armoniza con la decoración polícroma satisfecha sobre fondo verde y donde se alterna el pan de oro, la plata y la técnica de corladuras. Incluso incorpora algunos detalles realizados a pincel en la zona superior del arco, muy propios de la decoración dieciochesca y que, afortunadamente, han llegado hasta nosotros, a pesar de su deterioro.

En la segunda mitad del siglo XX, el retablo fue remodelado para aumentar la profundidad del camarín de la imagen, incorporándosele piezas de nueva factura en los laterales. También en el banco se dispuso una nueva pieza a modo de "sotobanco" desde la que arranca el resto del conjunto y se "restauró" todo el conjunto, dando como resultado en la actualidad a numerosos repintes que han tenido que ser retirados por el equipo de restauración, no sin dificultad, lo que ha puesto en evidencia el deterioro sufrido por el retablo.

Con independencia de las alteraciones más frecuentes en este tipo de obras (acumulación de polvo, cera y otros depósitos, oscurecimiento de la superficie o pérdidas por accidentes o golpes fortuitos), los daños más importantes tenían su origen, precisamente, en estos trabajos de remodelación, tanto a nivel de soporte como de dorados y policromías que, aun perviviendo los originales, se conservan muy alterados. 

Por otro lado, el estado del apoyo de fábrica sobre el que se sustenta el retablo, así como el de los diferentes anclajes que lo sujetan al muro, aconsejaban acometer una actuación integral sobre todo el conjunto, que dotase a la obra de un estado de conservación adecuado a sus necesidades y al espacio que ocupa. En consecuencia, a tenor de las exigencias técnicas que conllevaba la intervención y la necesidad de compatibilizar el uso del templo con los trabajos a acometer, se optó por el desmontaje y traslado de la obra al estudio de conservación-restauración, donde se llevaron a cabo paralelamente los trabajos de consolidación estructural del soporte de madera, limpieza y la reintegración volumétrica y cromática de todo el conjunto.

 

 
 
 
 
Desmontaje del retablo

 

En lo referente al soporte de madera, la pieza más dañada con diferencia era la mesa de altar, la cual ha sido dotada de una nueva tapa en madera de haya laminada en sustitución de la anterior de pino que estaba en muy mal estado, entre otras actuaciones.

En una segunda fase, se procedió a la limpieza de la superficie pictórica, eliminando depósitos superficiales, repintes y barnices aplicados en reparaciones anteriores, así como en la reintegración volumétrica y cromática de aquellas piezas y lagunas que la visión general de conjunto del retablo requerían. En este sentido, en GESTIONARTE son muy escrupulosos en lo que a criterios de intervención se refiere, limitando las reposiciones de piezas a aquellos elementos de los que fehacientemente se conoce su morfología y son imprescindibles para una correcta visión del retablo, evitando incluir otros innecesarios no originales y/o que falseen o modifiquen la obra original, tal y como se recomienda en las Cartas Internacionales. Con todo, la condición sacra y en uso de este tipo de bienes culturales exige un equilibrio entre la estética y la historicidad de la obra de arte, tema al que dedicamos mucho tiempo de reflexión, pruebas, etcétera, con el fin de tomar la decisión más acertada para cada caso concreto. El resultado es una restauración estéticamente satisfactoria para los cofrades, ejecutada bajo una metodológica científica a la altura de cualquier instituto de conservación o museo europeo.

En paralelo, y aprovechando la ausencia del retablo en su emplazamiento, se acometieron trabajos de albañilería para solventar algunos problemas en los apoyos de fábrica del retablo, así como completar el zócalo de mármol que reviste los laterales del mismo y otras mejoras. Ya en enero, se inició el proceso de montaje en base al sistema constructivo original, si bien incorporando una superficie de aislamiento frente a la humedad y algunos elementos en acero inoxidable que complementan o sustituyen los a los anclajes existentes.

Para las lámparas votivas se ha dispuesto un sistema de sujeción que permita su manipulación sin necesidad de dañar el soporte de madera. Finalmente, el equipo de gestionarte completó la reintegración cromática de todo el conjunto "in situ" bajo la nueva iluminación LED colocada. 

 

 
 
 
 
Proceso de limpieza. Detalles

 

Ahora, tras la restauración del retablo de la Virgen de la Caridad, los detalles realizados a pincel en la zona superior del arco, típicos del setecientos, pueden apreciarse con mayor detalle. También se han recuperado algunos elementos originalmente plateados que, antes de la restauración, presentaban oscuros repintes dorados en purpurina, como es el caso de la pieza inferior del banco.

Forma parte del conjunto de retablos que decoran los muros de la Capilla de la Piedad, una pequeña capilla levantada entre los siglos XVII y XVIII en el Arenal, en pleno centro histórico de Sevilla. En origen, estaba presidida por un lienzo representando el pasaje de la Virgen con Jesús en brazos, al pie de la cruz y, el retablo que nos ocupa, por el referido lienzo del Carmen; no en vano, a escasos metros se encuentra el Guadalquivir y la zona ha estado históricamente vinculada al quehacer de marineros, pescadores y comerciantes.

Así como en los primeros años del siglo XX el retablo mayor fue remodelado para albergar a las imágenes titulares, la Virgen de la Piedad y el Cristo de las Misericordias, con la bendición de la Virgen de la Soledad en 1931, ésta se entronizó en el retablo que estudiamos, en sustitución del lienzo.

Más adelante, en la segunda mitad del siglo XX, como hemos indicado anteriormente, este retablo fue remodelado nuevamente para aumentar la profundidad del camarín de la imagen, incorporándosele piezas de nueva factura en los laterales, que se han mantenido en esta última intervención, como la nueva pieza que se dispuso, a modo de "sotobanco" la última vez que se "restauró" el conjunto. 

 

 
 
 
 
Consolidación de la madera y detalle de la reconstrucción volumétrica

 

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Detalles. Estado final

 

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