RESTAURACIÓN DE SHEILA CRIADO PARA GIBRALEÓN (HUELVA)
25/11/2025

Hoy se ha presentado en el templo parroquial de San Juan Bautista, de la localidad onubense de Gibraleón, la intervención del antiguo santo titular, llevada a cabo por Sheila Criado Cañas en su estudio-taller de arte, conservación y restauración ubicado en Castilleja de la Cuesta (Sevilla), su localidad natal. Como les informamos en su momento, el 3 de junio del año 2021 la Comisión Pro-Restauración de la Parroquia Matriz de San Juan Bautista, de Gibraleón (Huelva), formalizó el contrato de compromiso con la artista y restauradora para devolver todo su esplendor a una imagen gótica de autor anónimo, fechada por la mayoría de los expertos en el siglo XV. Fue en 1948 cuando el por entonces párroco de Gibraleón, Francisco Pérez Ruiz, redactó el inventario de bienes de las tres iglesias del pueblo: la de Nuestra Señora del Carmen, la de Santiago Apóstol y la de San Juan Bautista. Dicha publicación recogía la hechura de una imagen de San Juan Bautista, de 170 cm de altura, que fue cedida por la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache para formar parte del patrimonio de Gibraleón, muy mermado tras los disturbios de 1936. La imagen del Bautista presidía el retablo mayor repuesto tras la Guerra Civil, una obra que fue reemplazada en 1948, el mismo año del inventario, por el actual baldaquino con la imagen de la Inmaculada Concepción, desconociéndose cuál fue su ubicación en la iglesia hasta que a finales del siglo pasado se coloca en una hornacina exterior del templo, situada en la fachada que da a la plaza de la Cilla. A principios del siglo XXI la talla es retirada de la hornacina y colocada en la sacristía que está detrás del altar mayor como algo a desechar, pues su estado de conservación era pésimo debido a su desacertada ubicación durante muchos años en el exterior del templo, expuesta a todo tipo de inclemencias meteorológicas. |

Años después la talla es puesta en valor por varios expertos, entre ellos historiadores de la Universidad de Sevilla. La mencionada comisión -formada por la Parroquia de Gibraleón, la Asociación Cultural, el Ayuntamiento de Gibraleón y el grupo constituido sin ánimo de lucro "Recuperemos La Matriz"- decide restaurarla, si bien se encuentra con la negativa de varios restauradores ante el deterioro de la escultura; entre ellos los profesionales de la Junta de Andalucía, que recomiendan hacer una copia y conservar el original en una vitrina sin intervenir. Fue Sheila Criado la que finalmente decidió afrontar el que ha sido hasta la fecha su proyecto más complejo y laborioso, que ha durado más de tres años -desde el 30 de septiembre de 2022 hasta su presentación realizada hoy martes 25 de noviembre de 2025- y que ha resultado tan arriesgado como satisfactorio. Y es que el estado de conservación de esta efigie de San Juan Bautista era realmente deplorable. Conservaba solo el 20 % de su policromía original, focalizada sobre todo en la zona del dorso, cuyo estado de conservación era mucho mejor por estar muy adherido al muro de la hornacina. Lo demás estaba muy afectado por la carcoma, a lo que había que añadir las numerosas grietas, fendas, pérdidas y desuniones, debidas a las lluvias y a los bruscos cambios de temperatura que soportó en el exterior, junto con una gran acumulación de polvo, excrementos de animales, hongos y pudrición parda. Estudios previos realizados con luz rasante revelaron interesantes datos. Fundamental fue el TAC practicado por el Hospital Nisa Aljarafe en Castilleja de la Cuesta, gracias al cual se comprobó que la imagen, tallada en madera de conífera, es de muy buena calidad, ahuecada en su interior, confeccionada desde una sola pieza, asentada sobre base o peana también de madera, y policromada y estofada en su totalidad, lo que se podía apreciar en ciertos testigos que quedaron en el soporte. Dichos estofados pueden datarse en el siglo XVIII. Una vez realizado el examen organoléptico y reportaje fotográfico, Sheila Criado llevó a cabo la complicada fase de desinsectación de la imagen, que entre otros trabajos tuvo que someterse a dos procesos de anoxia de seis meses de duración cada uno, tal era la virulencia del ataque de xilófagos. |

A continuación se realizó la limpieza superficial de la suciedad acumulada, la fijación de la policromía original, por el gran peligro de desprendimiento que presentaba, y el desmontaje de piezas para el saneamiento de grietas y fendas, eliminando los elementos metálicos oxidados que resultaban también muy perjudiciales para su estructura. Tras la retirada del papel japonés se procedió a un tratamiento de limpieza química controlada, reposición de piezas faltantes, estucado y enrasado en aquellas zonas donde era necesario, y dorado y estofado de las partes donde había desaparecido, siempre con materiales reversibles y criterios diferenciadores, respetando al máximo el original. En el caso de la reintegración del estrato de color, se emplearon técnicas al agua. Por último, se procedió a un primer barnizado de protección final y retoques aplicados también con técnicas al agua, para culminar con un barnizado final satinado para matizar brillos y unificar texturas. Además de la intervención de Sheila Criado, el proyecto de La Matriz de Gibraleón contempla otras tareas, como la restauración de la torre actual y la antigua torre mudéjar -ya que este templo fue en sus orígenes templo visigodo y mezquita árabe-, las campanas, el arcosolio que mandó a construir el marqués de Gibraleón, las vidrieras, las pinturas de la capilla sacramental y la pila bautismal, entre otras. Una vez restaurada la imagen de San Juan Bautista, se procedería a colocarla en el arcosolio del siglo XVI que se habrá adaptado para ello, presidiendo el presbiterio como corresponde al titular de La Matriz. Dicho arcosolio, construido por el entonces marqués de Gibraleón, Francisco Diego López de Zúñiga, con el objetivo de dar sepultura a los familiares fallecidos, fue descubierto hace diez años y está prevista también su restauración, que consistiría en fijar sus pinturas para evitar el deterioro, llevar a cabo una cata en el entorno exterior del arcosolio para descubrir posibles pinturas, y finalmente, recuperar su visibilidad en el presbiterio con la intención, como hemos dicho, de colocar en su peana al titular del templo parroquial. |

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