El pasado 3 de junio, la Comisión Pro-Restauración de la Parroquia Matriz de San Juan Bautista, de Gibraleón (Huelva) formalizó el contrato de compromiso con el Estudio-Taller de Arte, Conservación y Restauración de Sheila Criado, para devolver todo su esplendor a una imagen gótica de San Juan Bautista.

De dicha talla sabemos poco, salvo que llegó a la localidad onubense tras la Guerra Civil, procedente del municipio sevillano de San Juan de Aznalfarache con la idea de repoblar los templos tras los disturbios ocurridos el 21 de julio de 1936, en los que Gibraleón perdió gran parte de su patrimonio mueble religioso.

Se trata de una talla en madera con restos de policromía y estofado, de corte gótico, fechada aproximadamente entre los siglos XIV y XVI, según historiadores que han justificado su catalogación.

Esta escultura de San Juan Bautista, de muy buena calidad, está confeccionada desde una sola pieza, asentada sobre base o peana también de madera. Como hemos apuntado, en su origen estaba policromada y estofada en su totalidad, lo que se puede apreciar en ciertos testigos que han quedado en el soporte.

Su estado de conservación es pésimo, debido a su desacertada ubicación -dados sus materiales- durante muchos años en el exterior del templo, concretamente en la hornacina central situada sobre la portada principal, expuesta a todo tipo de inclemencias meteorológicas: lluvia, frío, viento, calor, etcétera.

Presenta un fuerte ataque de insectos xilófagos, que han generado una inestabilidad muy elevada en el soporte estructural, así como múltiples grietas y fendas debido a los cambios bruscos de temperatura que ha sufrido a lo largo de su estado de abandono y que han llegado a extenderse prácticamente a toda la imagen. La conjunción de esas aperturas con la carcoma ha hecho que el soporte de madera quede excesivamente debilitado y en ciertas ocasiones se han originado pérdidas del mismo, y con ello pérdidas del original de la imagen.

Con respecto a la policromía, la imagen gótica de San Juan Bautista presenta una gran pérdida que impide ver con claridad los tonos originales, pero a pesar de ello podemos ver restos que nos pueden permitir recuperar el resto de la policromía perdida. Estos testigos son de vital importancia para una correcta restauración de la imagen, puesto que no solo se recuperaría la obra original en su estado óptimo de conservación, sino que también se recuperarían los aspectos cromáticos originales.

También se ha descubierto una rica ornamentación de estofados sobre un oro fino de gran calidad. De hecho, en las zonas más protegidas del deterioro -la del dorso del santo, apenas labrado, es la mejor debido a que estuvo resguardada en la hornacina que ocupó- se conserva prácticamente todo el estofado original.

A principios del presente año 2021 se forma la referida Comisión Pro-Restauración de la Parroquia Matriz de San Juan Bautista con el objetivo de llevar a cabo tareas de restauración y conservación del templo de San Juan Bautista. Dicha comisión está formada por la Parroquia de Gibraleón, la Asociación Cultural, el Ayuntamiento de Gibraleón y el grupo constituido sin ánimo de lucro "Recuperemos La Matriz".

Además de la intervención de Sheila Criado -restauradora y pintura con estudio-taller en Castilleja de la Cuesta (Sevilla)- a esta interesante efigie de San Juan Bautista, titular de la parroquia de Gibraleón; el proyecto contempla otras tareas, como la restauración de la torre actual y la antigua torre mudéjar -ya que este templo fue en sus orígenes templo visigodo y mezquita árabe-, las campanas, el arcosolio que mandó a construir el marqués de Gibraleón, las vidrieras, las pinturas de la capilla sacramental y la pila bautismal, entre otras.

Una vez restaurada la imagen de San Juan Bautista, se procedería a colocarla en el arcosolio del siglo XVI que se habrá adaptado para ello, presidiendo el presbiterio como corresponde al titular de La Matriz. Actualmente, el artista de Carmona (Sevilla), Miguel Ángel Valverde, se encuentra realizando una nueva escultura para dicha parroquia, de talla completa, adaptada a los gustos de la imaginería contemporánea.

En 2015 se descubrió el arcosolio que mandó construir el marqués de Gibraleón durante el siglo XVI con el objetivo de dar sepultura a los familiares fallecidos. El proyecto de restauración consistiria en fijar sus pinturas para evitar el deterioro -descifrando de paso la inscripción de la de la cartela que contiene-, llevar a cabo una cata en el entorno exterior del arcosolio para descubrir posibles pinturas, y finalmente, recuperar su visibilidad en el presbiterio con la posibilidad de colocar en su peana al titular del templo parroquial.