Como les informamos el pasado mes de enero, al presentar la atribución de este Ecce Homo del monasterio sevillano de San Leandro al escultor abulense Gaspar Núñez Delgado por parte del historiador Salvador Guijo, la pieza estaba siendo sometida a una restauración pues necesitaba una limpieza y una eliminación de repintes para contemplar la belleza de la policromía original, tal y como se concibió hacia 1600 por el autor.

Dicha restauración ya ha concluido y ha sido llevada a cabo por Carmen Bahíma. La restauradora sevillana se ha encontrado con una terracota policromada cuyo estado de conservación era muy deficiente, llegando a estar sostenida por cuerdas debido a las numerosas grietas y pérdidas en el barro que, afortunadamente, no afectaban a la zona del rostro, sino al busto que se eleva sobre un suplemento que lo dota de mayor consistencia. También ciertas zonas mostraban numerosos y toscos repintes que impedían la correcta observación de la obra.

Los trabajos de Bahíma se han enfocado por tanto en rescatar los valores polícromos, muy ocultos en partes como la corona de espinas, así como, principalmente, en la limpieza de la obra y la reintegración de lagunas pictóricas y elementos deteriorados por el paso del tiempo. La clámide igualmente fue alterada, llegando a encolarse y a empapelar la misma. Los mechones de pelo que caen por la espalda conservaban la policromía castaña original. En el rostro observamos ahora una policromía rosácea clara, así como en el cuello, que coincide con otras creaciones idénticas de Núñez Delgado. Salvador Guijo considera que los trabajos de policromía pudieron haber sido realizados por el afamado pintor Francisco Pacheco.

Luis Luna Moreno llegó a catalogar, en un estudio de 2008, ocho piezas distintas además de dos ejemplares más con una solución modificada como es el caso que nos ocupa, al que se eliminó el recogido de la clámide para evitar así el acentuamiento de la torsión de la cabeza y enfatizar una visión más frontal. Así pues, nos encontramos ante uno de los temas habituales y repetidos en la obra de Núñez Delgado, activo en Sevilla entre 1576 y 1606, donde fue discípulo de Jerónimo Hernández entrando a formar parte del taller del mismo.

Otro de los ejemplos significativos de la temática del Ecce Homo en la producción de Núñez Delgado pertenece a la Hermandad Sacramental del Sagrario de Sevilla, que forma pareja desde el pasado año 2021 con una Dolorosa de busto del escultor e imaginero alicantino Ramón Cuenca Santo. Esta pieza se adaptó a la del artista que llegó desde Castilla durante la segunda mitad del siglo XVI, tanto en materiales y medidas, como en detalles estilísticos como los ojos pintados y la plana policromía en tonos azules, ocres y rojizos.